Después de un par de derrotas en el Federal C y de siete clásicos sin victorias, Alem sacó a relucir su potencial y goleó 4-1 a Alumni, que no estuvo a la altura en Plaza Ocampo
Escribe Juan Manuel Gorno
Después de casi dos años en los que padeció distancia de categoría, anoche Alem se sintió superior en un clásico ante Alumni y se lo hizo saber de principio a fin en Plaza Ocampo.
Con una clara supremacía y mayor certeza de cómo debía ganar este tipo de partidos, el “León” goleó 4 a 1, el mismo resultado que había sufrido en contra el domingo, en Río Cuarto, ante Atenas y por el Federal C.
En ese contexto, el equipo villanovense parecía decidido a cortar la mufa. Hacer borrón y cuenta nueva de las caídas consecutivas en el plano nacional (donde espera mejorar para la segunda etapa) y, de paso, cortar la racha de siete clásicos sin victorias que parecían transformarse en un karma.
Quizás no había otro momento que anoche, porque más allá del potencial propio que se vio resentido por algunas ausencias (Martín Porporatto, por ejemplo), pero que se engalanó con Claudio “Lanita” Díaz y Carlos Jacobi (por citar dos pilares de este equipo), enfrente se paró un Alumni que está obligado a reinventarse y que si bien ganó en la primera fecha, estuvo lejos de ser un rival de fuste para la formación “Tricolor”.
Sin grandes figuras y con juveniles que -en muchos casos- dejaron de serlo, el “Fortinero” hizo partido en pequeñas dosis y, en lo demás, anduvo preocupado, buscando una brújula que no encontró.
Si el gol de Alem no llegó temprano fue porque se mostró muy bien el arquero debutante del rojo y blanco, Ayrton Cena (no es un Fórmula 1, pero trabaja para serlo), quien tomó confianza de inmediato cuando, a los 20 segundos de juego, le tapó un mano a mano al debutante de Alem, Manuel Márquez (reciente campeón con Argentino).
El portero luego se quedó con un remate de Franco Gozzerino y desvió al córner un cabezazo difícil de Martín Artico.
Corrían 13 minutos y Alem ya había generado tres ocasiones de gol, como para demostrar que podía ser peligroso, aún repartiendo el manejo de la pelota.
Alumni buscó hacerse fuerte desde la zona central, con la idea de neutralizar el juego de Pablo Fernández y Díaz para jugar rápido con el tándem Peñaloza-Galleguillo, pero el equipo se desinfló en los últimos metros, mientras atrás no ofrecía garantías.
La opción más nítida del conjunto de Germán Vicario, cuando el partido estaba cerrado, fue un contragolpe que encabezó Nicolás Delsole y que no pudo finalizar Federico Figueroa, quien rápidamente debió salir remplazado (supuestamente, por una lesión).
Tras esa acción, Alumni sumó otra chance con un cabezazo de Depetris que el arquero David Formosa controló abajo.
No obstante, fueron sólo unos pocos minutos en los que Alumni estuvo tranquilo.
Cuando Alem empezó a buscar más a “Lanita” y encontró la velocidad de sus delanteros, se acercó al gol que finalmente llegó a los 39 minutos, curiosamente, de contragolpe y con la inexorable “ley del ex”: Brian Verón se escapó por el sector izquierdo, quedó solo ante el arquero y la tocó hacia la derecha para el ingreso de Fabián Martínez, que apareció por sorpresa y como un delantero para anotar el 1 a 0.
A partir de allí nació “otro partido” porque Alumni no capitalizó la única situación clara que generó inmediatamente, cuando Maximiliano Ramírez adelantó la pelota y perdió con el arquero Formosa. En la réplica, un minuto antes del final del período inicial, “Lanita” sacó un tiro libre que generó una serie de rebotes, Verón la tomó por la izquierda, llegó hasta el fondo y la devolvió al medio, donde “Ricky” Juárez sólo tuvo que empujarla para establecer el 2-0.
Pelota al diez
Alumni, que había cambiado su fisonomía por la salida obligada de Figueroa (Delsole quedó en soledad arriba y hubo más gente en la mitad de la cancha), necesitaba soltarse para descontar en el arranque del complemento. Sin embargo, cuando apenas intentaba acomodarse en la línea de volantes y en el fondo con el ingreso del otro refuerzo (el central Matías Francucci), se le escaparon los “chiquitos” rivales y fueron imparables: Corrían 5m de la etapa cuando Juárez eliminó al ingresado Francucci y, exigido, tocó hacia la puerta del área grande, allí donde “Lanita” frotó la lámpara y colocó el botín izquierdo como los que saben para darle el mejor destino a la pelota, bien pegada al palo, al ras del piso, al gol imposible de desviar. Y 3 a 0.
Alem estuvo a punto de florearse rápido: Jacobi, en offside, dilapidó un mano a mano con el arquero, mientras Alumni daba vueltas en la telaraña de su propio desconcierto.
Con la tranquilidad del resultado, Pablo Suárez pensó en cuidar a sus figuras y metió cambios en un equipo que se tomó un respiro y dio algunas concesiones en defensa.
Mientras, perdido por perdido, el “fortinero” apeló a los arrebatos individuales del “Sapito” Delsole y alcanzó a descontar con un remate del delantero.
Tras marcar el 1-3, Delsole tuvo otra chance que desaprovechó con remate alto, así como alto también fue un tiro libre de Gonzalo Ñáñez.
Alumni se animó, pero la ilusión fue muy corta porque a los 30 minutos, Wartel bajó a Juárez en claro penal que causó el segundo gol de “Lanita”, con remate seco y con cara interna del pie izquierdo.
El 4 a 1 ya reflejaba bastante la realidad entre unos y otros, de hecho, Alem pudo haber llegado al quinto si no fuera porque Cena sacó un violento frentazo de Juárez.
Es por eso que después de un período de espera, los leones pudieron celebrar un clásico sin nada que lo declare injusto.
El conjunto de Suárez fue superior y demostró estar un escalón arriba de este Alumni que desnudó una realidad angustiante, propia de los equipos que necesitan más que chapa y pintura, aunque lo tenga a Ayrton Cena y tenga tiempo de hacer los arreglos.
La figura
Claudio Díaz. En su primer clásico, el “Lanita” expuso su categoría y marcó dos goles, uno espléndido. También se lució Brian Verón, generando dos situaciones. Bien por los arqueros Formosa (Alem) y Cena (Alumni).
El árbitro
Juan Ferreyra. Se equivocó en algunas cuestiones disciplinarias, como no amonestar a Páez por una fuerte plancha sobre un rival y sí hacerlo con otra infracción menor de Peñaloza. Pero en líneas generales, el árbitro finalizó el partido sin problemas. Mal el primer asistente en un offside enorme de Jacobi que no vio.