Remataron ayer cuatro vehículos y un lote en el Parque Industrial de Planeta Aberturas. Esperan que en noviembre puedan rematar los más de 300 lotes de perfilería de aluminio para comenzar a pagar las acreencias
El martillero José López fue el encargado de la subasta realizada ayer en Tribunales, donde se comercializó la primer tanda de bienes de Planeta Aberturas, la empresa que el 29 de febrero de este año cerró sorpresivamente sus puertas y se declaró en quiebra.
A partir de allí se inició un proceso judicial en el juzgado a cargo de Fernando Flores. Una de las primeras acciones fue el sorteo del síndico, responsabilidad que recayó en el contador Alberto Kohan.
El profesional estuvo receptando la documentación de los acreedores, entre los que están los empleados de la firma, los proveedores y los ciudadanos que confiaron en Planeta para adquirir las aberturas pagando por adelantado y que no recibieron nada a cambio.
Según informó en su oportunidad el juez Flores, en total, hay 129 damnificados que verificaron acreencias por 16 millones de pesos. Con el remate de ayer se reunió el primer millón.
La subasta
En la Sala de Remates de Tribunales, repleta de interesados en comprar los bienes y de algunos damnificados que quieren seguir de cerca el proceso, se comercializaron los artículos de Planeta a un precio calificado por la sindicatura como “razonable”.
Concretamente se vendieron cuatro vehículos y un lote del Parque Industrial. Las tres primeras pick ups alcanzaron un precio de venta de 168 mil, 178 mil y 162 mil pesos; mientras que la Amarok se comercializó a un valor de 275 mil pesos.
El lote llegó a 302 mil pesos, lo que totaliza algo más de un millón.
El dinero se utilizará en esta primera instancia para pagar los primeros gastos de la quiebra, tales como el alquiler del galpón y el salario de los empleados que separaron en lotes los perfiles de aluminio, entre otras erogaciones que derivan del proceso judicial.
Lo que quede, se guardará hasta que se recaude el dinero del segundo remate, él que todavía no tiene fecha fijada, pero estiman que se llevará a cabo en noviembre.
En esa segunda subasta saldrán a la venta más de 300 lotes con material de aluminio y aberturas.
Sobre esta segunda instancia la Sindicatura se encuentra ahora con un nuevo escollo, dado que al tratarse de bienes muebles, la legislación vigente impone que se vendan a través del sistema de subasta electrónica.
Sobre el particular, el juez adelantó que solicitarían un permiso especial para hacer el remate presencial, a los efectos de que todos los damnificados puedan seguir la instancia de la que dependerá cuánto recuperen de lo perdido.