Parece que la Copa Villa María se disputará bajo el intenso calor, producto de las altas temperaturas registradas. De todos modos, ni el calor, ni el frío viento que se desató sobre la tarde de ayer impidieron que los chicos que vienen de distintos puntos de la geografía argentina disfruten de una estadía en las ciudades hermanas, Villa María y Villa Nueva. Sobre el final del día la tormenta dijo presente, el agua también y preocupa el estado de los campos de juego para la jornada de hoy.
Como dijimos en ediciones anteriores, la gran cantidad de chicos y familias presentes hacen que el contexto comercial tenga más movimiento que lo habitual. La costanera (de ambas ciudades) es protagonista, las piletas de los clubes también, el centro por las noches muestra otro color…
Es que el “Mundialito” genera siempre eso cada vez que llega una nueva edición. Por supuesto que no es casualidad que este campeonato no se desarrolle durante el invierno u otra estación, ya que eso impediría que los visitantes puedan disfrutar a pleno de las ciudades que con mucho cariño los han recibido, como sucede todos los años.
Con la participación de equipos de Villa María, Villa Nueva, la región, provincias del territorio nacional y hasta tres equipos pertenecientes a Paraguay, el campeonato va tomando cada vez más un sentido de confraternidad y hermandad a través del fútbol. Por supuesto que a nadie le gusta perder cada vez que se juega al fútbol, un deporte que en este costado del mundo es pasión de multitudes, pero el concepto de jugar para divertirse, para disfrutar el momento, y saber que la pelota es capaz de generar un contexto tan amplio como el que se vive aquí, late cada vez más fuerte.
Es casi una ceremonia anual… todos se preparan para este ritual donde la pelota y las familias que acompañan a los jugadores son los protagonistas estelares.
Desde que el “Mundialito” se inició, cada año cobra más fuerza, a punto tal que los más pequeños ya quieren tener la edad necesaria para poder participar, como aquellos que crecen y lamentan ya no poder formar parte de la competencia.
Las ilusiones siempre se renuevan y la Copa Villa María cada día crece más. El fútbol y el turismo conviven, eso es innegable.
La pasión los convoca y desde mitad de año muchos ya piensan y planifican vacaciones, descanso, fútbol y familia… en el “Mundialito” de Villa María.