Advirtieron al intendente Gill sobre la peligrosidad – El pyriproxyfeno causa problemas de malformación y retrasos mentales
Médicos de la Red de Ambiente piden detener la puesta en marcha del programa previsto para Villa María y en otras ciudades de la provincia, ya que no está comprobada su eficiencia y utiliza un producto que afecta el crecimiento de niños. También es dañino para la biodiversidad de cada lugar
El veneno que tienen previsto utilizar en las trampas para mosquitos en Villa María es altamente peligroso para la biodiversidad y está comprobado que daña la salud humana, pudiendo afectar puntualmente el crecimiento de niños hasta causar microcefalia y enfermedades relacionadas con el retraso madurativo.
El plan denominado “Estrategias integradas para la vigilancia y control de mosquitos transmisores de enfermedades virales en Córdoba”, que impulsa el Gobierno provincial junto con el Conicet, recién se encuentra en la primera etapa: la de colocación de trampas para monitoreo.
Por ende, todavía se puede evitar el ingreso del pyriproxyfeno a los hogares; la sustancia que se diluye en el agua donde las hembras va a colocar sus huevos y luego trasladan el veneno a cualquier otra parte.
Esto permite que también se vean afectados los animales que beben de los depósitos de agua, desde perros hasta las aves, por mencionar ejemplos.
La situación fue advertida por la Red Universitaria de Ambiente y Salud – Médicos de Pueblos Fumigados, desde donde elaboraron un informe que alerta sobre las consecuencias que hubo en Brasil con uso de ese producto.
“Allá se empezó a aplicar en 2015 y hay 2.000 casos de microcefalia. Los investigadores apuntan al pyriproxyfeno”, comentó el pediatra y neonatólogo Medardo Avila Vázquez, coordinador de la Red, en diálogo con EL DIARIO.
Aún se está a tiempo de detener lo que podría significar un grave problema para la salud de los villamarienses, es por eso que enviaron una carta al intendente Martín Gill -como al resto de los mandatarios de las ciudades donde se realiza el experimento- para que suspenda este programa.
“Le tocan la puerta a la gente y no saben que puede tener algo que puede ser dañino”, reclamó el profesional.
La sustancia en cuestión funciona como un “inhibidor del desarrollo en las larvas, alterando la muda o metamorfosis (crecimiento) mediante la generación de alteraciones en este proceso. Este efecto lo logra porque es un análogo químico de la hormona juvenil de los insectos que regula este desarrollo y el pyriproxyfeno lo altera de tal manera que provoca malformación, muerte o incapacidad del mosquito”, explican en la carta enviada a Gill.
“Esta gente se ve que no sabe que los humanos también somos larvas. En la primera etapa después del embarazo, ese embrión funciona igual que una larva y su desarrollo se da por activación de genes”, expresó Avila Vázquez, coordinador de la Red Universitaria de Ambiente y Salud.
“Muy recientes investigaciones (2016, 2017 y 2018) han confirmado que el pyriproxyfeno genera malformaciones congénitas en modelos de vertebrados (ya no solo en insectos) que incluyen procesos idénticos a los del desarrollo embriológico de los humanos”, alerta el informe que ya está en manos de los intendentes de Jesús María, San Francisco, Río Cuarto, Marcos Juárez, Salsipuedes y La Para.
Un método poco efectivo
Otra de las contras que señaló el médico Medardo Avila Vázquez tiene que ver con la transmisión horizontal del veneno por medio del propio mosquito. “Esto significa que puede haber vecinos que no autoricen que pongan las trampas en sus casas, pero el químico va a llegar igual a sus hogar”, indicó.
En el informe entregado a Gill se detalla que esta iniciativa “no se ha reconocido efectiva” para evitar nuevos enfermos por virus que transmiten los insectos (dengue, zika, etcétera), “lo que la convierte, además de peligrosa, en una estrategia de dudosa eficacia”.
“Le solicitamos encarecidamente que suspenda estas acciones, todavía está a tiempo de impedir que diseminen este veneno teratogénico por los barrios de su ciudad evitando así agravar la contaminación y el riesgo para las personas, sobre todo las embarazadas y las mujeres en edad reproductiva”, solicitan en la misiva.
La responsabilidad del programa involucra a los Estados nacional, provincial y municipal, ya que es financiado por el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (Cofecyt), gestionado por el Ministerio de Ciencia provincial como autoridad de aplicación de los fondos, y es avalado por la Municipalidad de Villa María para la experimentación en esta zona.
El caso Brasil
A fines de 2014, el pyriproxyfeno empezó a aplicarse en el agua potable del nordeste del país vecino, justo antes de la epidemia de zika de los años 2015 y 2016. Lo que en Argentina está a punto de usarse para prevenir esa enfermedad, en Brasil resultó ser incluso peor que el mismo virus, ya que causó más daños.
“Hoy muchos médicos e investigadores admiten que las causas de la gran cantidad (2.000 casos) de niños que nacieron con microcefalia en esa zona están tanto o más vinculadas a la exposición al pyriproxyfeno de sus madres que a la infección con el virus del zika (solo en el 15% de las microcefalias se pudo reconocer la infección viral como antecedente)”, detallaron desde la Red de médicos en uno de los informes.
“Nos parece una medida muy temeraria que vecinos de estas importantes ciudades estén expuestos a este poderoso veneno capaz de producir malformaciones durante el embarazo”, agregan.
En la investigación que publican en Reduas.com.ar piden que se concreten “otras estrategias de comprobada eficiencia comunitaria como mejorar las condiciones ambientales, de saneamiento y económicas de la población y se evite la intervención con pyriproxyfeno”.
“No olvidar -reflexionan los especialistas en el final de la nota- que la pobreza, la marginalidad, la fragilidad ecológica, la pérdida de biodiversidad y la falta de acceso a los servicios de salud son, fundamentalmente, las razones de fondo a partir de las cuales se genera el avance de las enfermedades trasmitidas por artrópodos. Acentuar esta situación sólo generará un contexto socioambiental más proclive a la evolución de las mismas en nuestro país”.
Las mujeres embarazadas y en edad reproductiva son las más expuestas ante este veneno. Es importante aclarar que, más allá de que el municipio detenga o no este programa, cualquier vecino puede negarse a que se instale la trampa para mosquitos en su propiedad.