El fiscal René Bosio le imputó al detenido la supuesta autoría del delito de “homicidio calificado, doblemente agravado por críminis causa y femicidio”. El sospechoso tiene antecedentes policiales
En una sucesión sin pausa de procedimientos ordenados por el fiscal René Bosio, al mismo tiempo que toda la comunidad de Pozo del Molle, a la que se sumaron muchos residentes de la región, despidió los restos de la joven ultrajada hasta la muerte durante la noche del lunes pasado, un trabajador rural, de los llamados “golondrina”, fue llamado a declarar como testigo, se convirtió en sospechoso y, en consecuencia, terminó detenido, al punto que durante las últimas horas de la víspera terminó su derrotero en la cárcel de Villa María.
Todo ocurrió ayer, mientras el dolor por el crimen de Brenda Jael Arnoletto (24) sumió a todo el país (así lo hicieron trascender los distintos medios de comunicación) en la aflicción más profunda.
Dolor y bronca
Un día después del hallazgo del cuerpo de la joven “en la obrita”, tal como denominaron el casi seguro escenario del ultraje y homicidio por tratarse sólo de paredes en construcción, el fiscal de Instrucción del Tercer Turno de Villa María volvió a constituirse en la vecina localidad con un único objetivo: hallar al presunto autor del inconcebible episodio.
El martes las calles “del Molle” se transformaron en caja de resonancia de un reclamo unánime: “¡Justicia! ¡Justicia!”.
Y la gente se llenó de bronca y algunos cuantos denunciaron la inacción policial e incluso del intendente Carlos Salvático.
Precisamente ayer, la Jefatura de la Policía de la Provincia de Córdoba quitó de escena a al comisario general Gerardo López y, en su lugar, designó a Marcelo Larrey, según lo informó el propio titular de la Unidad Departamental Río Segundo, Héctor López.
El detenido
Pasaron las horas y, según informó el propio fiscal a EL DIARIO, la convergencia de varios testigos orientó la investigación.
Fue así que salto a escena Emanuel Heraclio Retamar (37), santafesino, actualmente con trabajo y afincado en el campo Ricca, situado en el predio de la ex-Estancia Zanello, en Trinchera, paraje junto a la ruta nacional 158 entre Pozo del Molle y Las Varillas.
Bosio lo escuchó como testigo. Poco antes un camionero, había revelado que durante la noche del lunes lo trasladó hasta Trinchera “porque hacía dedo”.
Y Retamar entró en contradicciones, lo vieron los parroquianos en un carribar donde tomó cerveza, dijo que perdió el colectivo, pero alguien también dijo que, tras verla pasar a Brenda, “la siguió, la esperó escondido detrás de un árbol” y la atacó, “hasta hacerla caer”.
El testimonio se cortó por decisión del propio fiscal, quien escuchó decir a Retamar: “Me mandé un cagadón”.
Bosio explicó: “Suspendí la indagatoria para cuidar el procedimiento” y desde ese momento dispuso la detención de Retamar porque se convirtió en sospechoso.
A las 16 fue trasladado a la sede de la Policía Científica en Córdoba, donde se realizaron las pericias que determinarán si tiene relación con el hecho.
En tal sentido, el fiscal fue contundente: “Para mí es sospechoso y lo voy a fundar con la prueba científica”.
Anoche, tras los peritajes de rigor, Retamar fue ingresado a la cárcel, mientras la Policía allanó el campo de Trinchera en busca de pruebas.
