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El primer “almacén del cannabis” debutó con éxito en las ventas

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El primer “almacén del cannabis” debutó con éxito en las ventas
Nada de lo que ofrece puede encuadrarse dentro de la ilegalidad, ya que no vende ni la cosecha ni la semilla de la planta de cannabis

Por el momento funciona como tienda virtual, pero espera abrir un local por la gran demanda. Su impulsor asegura que en Villa María “hay mucha gente que consume, pero no lo dice”. Vende fertilizantes y productos para favorecer el cultivo de la planta

Nada de lo que ofrece puede encuadrarse dentro de la ilegalidad, ya que no vende ni la cosecha ni la semilla de la planta de cannabis

La aprobación -sin la correspondiente reglamentación- de la ley de uso medicinal del cannabis, despertó nuevamente el debate sobre el autocultivo de esta especie, también utilizada con fines recreativos.

En la ciudad cada vez son más las personas que deciden plantar cannabis sativa en sus casas y por tratarse de una planta muy particular, necesita cuidados especiales.

El Villa María Grow Shop es el primer “almacén del cannabis”, donde se ofrecen fertilizantes y productos que favorecen su crecimiento, además de pipas y accesorios para quienes eligen consumirla en su tiempo de ocio.

Darío tiene 32 años y es el impulsor de este espacio. En su caso, comenzó a investigar sobre el tema luego de que su tía empezara a consumir a raíz de una enfermedad: esclerosis múltiple.

También fuma. Se convirtió en un experto en la materia e incluso integra grupos en redes sociales que significan un asesoramiento colectivo en pos de obtener las mejores flores posibles de cada ejemplar.

“Tenía dos estantes llenos apenas comencé con el Grow y ahora tengo la mitad. Tuve que encargar más productos”, comentó al inicio de la entrevista con EL DIARIO.

El emprendimiento cobró vida hace unos tres meses y llegó para cubrir una demanda que existía en la ciudad.

Por el momento, la gente se contacta a través de la página de Facebook, pero con su pareja ya sueñan con abrir una local para ofrecer tabacos y cervezas artesanales, entre otras cosas.

Nada de lo que comercializa se podría encuadrar dentro de la ilegalidad, pero no se olvida de que vive en un Estado que tiene aprobada una ley de uso medicinal del cannabis y que, al mismo tiempo, encarcela a los productores locales para obligar a los pacientes a importar esa sustancia.

Es por eso que decidió no tener más plantas, al menos mientras perdure en el negocio.

“¿Cómo puede ser que no esté reglamentado algo que le hace tan bien a la gente? No tiene sentido tener que importarlo y pagar hasta cinco mil pesos un frasquito, cuando podes generar lo mismo en tu propia casa”, expresó Darío.

 

Todo crece

“Tengo productos tanto para la germinación de la semilla, como para la floración y el secado y lavado de raíces, por ejemplo”, explicó el dueño del emprendimiento.

“Si bien es una planta que tirás la semilla en cualquier lado y crece, también tiene muchas probabilidades de morirse”, recordó.

Hay líquidos que regulan el PH del agua, jabones potásicos para las plagas y gel de enraizamiento, entre tantos otros.

A cada persona que va, sobre todo si es novata en el cultivo de cannabis, le entrega un manual que garantiza una buena cosecha.

 

Villa María y el “porro”

“En Villa María fuma mucha gente, pero no se lo dice a nadie… Se tiende a esconder algo que debería salir a la luz”, aseguró Darío.

Hace varios años integra un grupo de autocultivadores, quienes se “fortalecen” entre sí. “Lamentablemente se debe cultivar en la oscuridad, por eso es importante juntarse para intercambiar experiencias”, señaló.

Entre esas personas el pensamiento que reina es: “El que tiene su planta, se la fuma toda”. Es decir, no promueven la venta de las flores, que son lo más codiciado y llegan a tener un valor de hasta dos mil pesos un frasco de café lleno.

Si no son flores, la otra opción es el llamado “prensado”, que no es ni más ni menos que la misma marihuana que se distribuye ilegalmente en “ladrillos” compactados -de ahí el nombre-.

“El vecino que denuncia al que tiene su planta en el patio está favoreciendo el narcotráfico”, analizó Darío, entendiendo que el consumo ya no se puede negar y que frente a las dos formas de obtener el cannabis, hay una que aparece como la más saludable: el autocultivo.

“Lo que proviene del narcotráfico tiene, además, muchísimos químicos sintéticos”, explicó.

El impulsor del primer Grow Shop de la Villa tiene un hijo de 12 años y afirma que es “súper abierto” a la hora de hablar del tema en familia.

“En algún momento la planta llega a tu vida. Es así. Yo prefiero que me pregunte a mí y decirle lo que pienso. Y el día de mañana prefiero saber lo que está fumando y no que ande consumiendo cualquier porquería que anda dando vueltas”, finalizó diciendo.