
San Lorenzo confirmó su clasificación hacia la final tras vencer 1-0 al Atlético Ticino en la reprogramación del encuentro suspendido siete días atrás. Gastón Moyano anotó el único tanto para un elenco perdiceño que sufrió las expulsiones de Ignacio Sassia y Lucas Bolatti
Escribe: Federico Gazzoli
Fotos: Osvaldo Carballo
El partido que ayer debían completar San Lorenzo de Las Perdices y Atlético Ticino, por los incidentes del domingo pasado, tenía una previa tan caliente como insólita por todo lo que se habló durante la semana previa y debido a la inferioridad numérica con la que el elenco ticinense debió salir a la cancha, además de tratarse del duelo que terminaría de definir al equipo que enfrentará al Deportivo Argentino en la final del Torneo Clausura.
Los de Francisco Fiandino arrancaron el “minipartido” con ocho futbolistas y con la obligación de anotar dos tantos para forzar una definición por penales, mientras que los de Heraldo Pereno debían aprovechar la desesperación del rival para revalidar el 3-0 parcial conseguido siete días atrás.
Y volviendo a lo raro que fue el encuentro, en un principio nada de ello sucedió. Es que cuando se jugaban apenas dos minutos de la primera parte, el delantero ticinense Rodrigo Fassi se fue expulsado por una dura falta sobre Ignacio Sassia y dejó a los suyos con siete hombres. Otro aliciente para suponer que apenas apretara un poco el acelerador San Lorenzo terminaría de sentenciar la historia, algo que lo costó mucho hacer. ¿El motivo? De no creer. Con toda la superioridad que tenía, tanto numérica como en el tanteador, el Santo entró en el único camino por el que no debía transitar, el de la “calentura”. Antes de la finalización de los primeros 23’, Lucas Bolatti se fue expulsado por insultar a un hincha de Ticino que, en una nueva demostración de que los inadaptados que arruinan al fútbol lamentablemente no se acaban, le gritó al mediocampista “te tendrías que haber muerto cuando te golpeaste jugando para nosotros”. Un hecho aberrante ante el que Bolatti no supo controlarse y lo terminó pagando con la tarjeta roja.
En lo estrictamente futbolístico, el Atlético se paró con tres en el fondo, dos volantes para luchar en el medio y dejó a Páez sólo arriba para pelear contra el mundo.
Mientras tanto, el dueño de casa afrontó el trámite con tranquilidad y apostó a la tenencia y constante rotación del balón para que se le abrieran los espacios.
La primera clara llegó a los 11’ cuando, luego de una salida fallida de Trecco, Moyano remató y Lorca despejó sobre la línea.
El local generaba todo desde los pies de Páez, quien por medio de un tiro libre (16’) obligó a Giraudo a revolcarse para despejar el peligro.
La última antes del final fue un remate de Jonathan Silva que se fue por arriba del larguero, tras una buena maniobra de Ellena desde el sector derecho.
En la segunda mitad los espacios se abrieron más y así las ocasiones de riesgo se incrementaron. Primero avisó Ellena con un disparo que se fue por encima del travesaño, Ticino contestó con un disparo a colocar de Páez que pasó muy cerca del horizontal y el local volvió a hacer con un remate de Moyano que murió manso en las manos de Trecco.
A los 9’ los de Pereno sufrieron otra baja pensando en la final, cuando Ignacio Sassia vio la segunda amarilla (la primera la había visto el domingo pasado) y dejó al Santo con nueve.
Después de eso, y pensando en liquidar la historia para no sufrir más sobresaltos, San Lorenzo apretó el acelerador y se decidió definitivamente a quebrar la paridad.
Fue así que los 13’ Facundo Bolatti le metió un gran pase a Moyano para que, mano a mano con el arquero, el Chino definiera sobre la salida del portero y estableciera el 1-0.
El Azulgrana pudo aumentar la ventaja, pero el palo derecho de Trecco se lo negó en dos ocasiones. Primero, a los 15’, tras un derechazo de Jonathan Silva y después, a los 21, tras un zurdazo de Branco Rojas.
Fue 1-0 y se dio lo que muchos pensaban, la clasificación de San Lorenzo a la final para buscar desquitarse ante Argentino de lo que fue la final perdida del Apertura, aunque el conjunto perdiceño quedó algo preocupado por las dos nuevas bajas que le generaron las dos expulsiones.