La Copa Villa María recuperó ayer su normalidad en su tercera jornada de disputa, luego que el pasado domingo se viera complicada por la intensa lluvia caída en esta región. Los partidos suspendidos fueron reprogramados y disputados ayer.
Ayer, con una jornada menos tórrida que días anteriores, el “Mundialito” volvió a ser una muestra de confraternidad, dentro y fuera de cada rectángulo de juego, en que se desarrolla el torneo.
En este tercer día el sol le devolvió la sonrisa robada, en la tarde del domingo, a los chicos de las varias decenas de clubes presentes en esta nueva edición.
Los pibes de distintas provincias argentinas (entre ellas Neuquén, Chubut, Santa Fe, La Rioja, San Juan, Jujuy, Buenos Aires, Mendoza, Río Negro, Chaco, Corrientes, La Pampa, San Luis, Tucumán, Tierra del Fuego, Catamarca, Formosa, Entre Ríos), además de tres clubes de Paraguay, otros tantos de distintos puntos de nuestra provincia, al igual que los equipos villamarienses, villanovenses y de esta región, recuperaron ayer la alegría de ver rodar la pelota en las distintas canchas.
El fútbol se vivió con la misma intensidad en los distintos representantes, que desde los cuatro puntos cardinales llegaron a Villa María y Villa Nueva, para confraternizar a través de la “mejor amiga”, la pelota; un fútbol que ha permitido en estos primeros días del torneo escuchar gritar gol en una veintena de tonadas.
La misma intensidad que se disfruta adentro de la cancha, se vivencia detrás de los alambrados, donde los familiares que acompañan a los más pequeños comparten espacios, alegrías por los goles y tristeza por la pelota que pegó en el palo y se fue por el costado. Entre mate y mate, los más grandes, también disfrutan de la camaradería, la hermandad y la confraternidad que provoca el deporte.
Los pibes buscarán hoy multiplicar las sensaciones vividas en los días anteriores, cuando se desarrolle la cuarta jornada.
LA JORNADA EN IMAGENES