El túnel peatonal Hermanos Seco, dos veces declarado Patrimonio Histórico de la ciudad, hace años fue clausurado y continúa su deterioro sin que se concrete el debido rescate y refuncionalización. El próximo año Villa María cumplirá 150 años de existencia, será una gran oportunidad para restaurar esta y otras construcciones que, a pesar de ser consideradas parte del patrimonio histórico y cultural, parecieran no haber merecido el cuidado necesario para su preservación.
Durante el año 1994 la Ordenanza municipal 3.461 estableció que el túnel peatonal Hermanos Seco fuera Patrimonio Histórico y Cultural de la ciudad junto “al edificio de la Estación del Ferrocarril General Bartolomé Mitre, emplazado en el cuadro comprendido entre calles Hipólito Yrigoyen, Bartolomé Mitre y Buenos Aires”. Esa misma norma legal autorizaba al municipio a suscribir, «con las autoridades del Nuevo Central Argentino, concesionario de la explotación comercial de la línea ferroviaria General Mitre (cargas), los convenios pertinentes destinados a recibir en comodato el inmueble» de la referida estación. También establecía que ese edificio se dedicara «al funcionamiento de un complejo destinado a contener el Museo Regional de Villa María u otras dependencias de carácter cultural».
En el año 2004, mediante la Ordenanza 5.322 y olvidando lo establecido en la década del 90, el Concejo Deliberante volvió a declarar el túnel Patrimonio Histórico y Cultural de la ciudad. En tanto que con otra ordenanza, la 5.323, dispuso la conformación de una comisión de carácter técnico para evaluar el estado de conservación y las posibilidades de recuperar ese espacio. Todo esto se produjo como reacción a la demanda para el rescate del lugar que venía realizando la Comisión Amigos del Túnel, conformada durante 2003. En diciembre de 2005, EL DIARIO publicó una nota titulada «Celebra sus dos años de existencia la Comisión Amigos del Túnel». Allí se refiere al grupo de vecinos que nos habíamos organizado para trabajar en favor de la reapertura y puesta en valor de la construcción que había sido cerrada años antes cuando se construyó el Subnivel. En el artículo se menciona a quienes entonces integrábamos esa comisión: «Jorge Torriglia, Matías Gilleta, Alejandro Zayat, Mónica Fornero, Olga Delgado, Evelia Verdenelli, Eduardo Belloccio, Horacio Cabezas, Aldo Ruiz, Lilia Fracaroli, Víctor Fonseca, Carlos Pajón, Jesús Chirino y Marcelo Dughetti». También se citan actividades realizadas durante esos dos años, «movilizaciones al Deliberante, tomas simbólicas, muestras artísticas, certámenes literarios y preludio de la Declaración de Patrimonio Público». Todas esas acciones lograron poner en debate la recuperación del túnel, pero no se pudo modificar la realidad de la construcción que actualmente continúa cerrada. En varias oportunidades se han mencionado proyectos para su reapertura, pero ninguno ha llegado a concretarse. Las puertas de acceso que aún conserva están enrejadas, los ingresos de los extremos fueron demolidos cegando esas aberturas. Una de ellas daba a la avenida Hipólito Yrigoyen, en tanto que la otra permitía ingresar desde la avenida Bartolomé Mitre.
Orígenes y futuro
El túnel fue una original solución para el problema replicado en muchas localidades de esta llanura que crecieron hacia los dos lados de la línea férrea. Aquí, en lugar de erigir un puente, como se discutió oportunamente en el Concejo Deliberante, se construyó el túnel que permitió que los vecinos pasaran de un lado al otro del predio ferroviario que entonces cerraba el paso a lo largo de cinco cuadras, desde la calle Entre Ríos a San Juan. También debe recordarse que detrás de la estación ferroviaria existían vías y había vagones. Es decir que ese predio dividía la localidad.
En relación a cuándo fue construido, no existe una fecha precisa. María del Carmen Rodríguez escribió una historia del lugar en el año 1971, publicada entonces por «El Popular», donde plantea diferentes hipótesis acerca del tema; sin embargo, en ningún caso se tiene certeza acerca de la fecha de construcción, pero sí puede sostenerse que existe desde principio del siglo XX. Bernardino Calvo en su libro «Historia de Villa María y sus barrios» señala lo que él plantea como la primera referencia documental sobre el túnel, datando la misma en el año 1904. Se trata de una carta del intendente municipal al jefe de la estación ferroviaria reclamando por el «estado de abandono» del servicio de alumbrado en el lugar. Con fecha anterior se encuentran notas que hablan del proyecto de un puente para ir desde la actual Hipólito Yrigoyen a la avenida Mitre.
Tampoco existen muchos datos acerca de los constructores, aunque dado que el ferrocarril dependía de compañías inglesas se supone que arquitectos o ingenieros de ese origen fueron responsables de la obra. Los testimonios que recogió Rodríguez señalan que primero fue construido con material de nuestro país, «pero como no se confió en la resistencia y duración de dicha construcción, ya que sobre ese túnel debían pasar trenes de mucho peso, se volvió a construir, pero esta vez se importó todo el material de construcción desde Inglaterra». En el referido escrito se sostiene que la construcción está realizada con ladrillos refractarios, lo que le aportaría interesantes propiedades acústicas a ese ámbito subterráneo que tiene alrededor de 82 metros de largo, un ancho de dos metros en la parte inferior y dos metros con 30 centímetros en la parte más ancha y 2,5 metros de alto. En 1971 tenía dos faroles en los extremos exteriores.
Otro dato que agrega Rodríguez es que «al comienzo sus paredes interiores estaban revestidas de una capa tipo blecke, de color negro, el cual le daba aspecto frío y lúgubre». Fue el intendente municipal Emilio Seydell, alrededor de 1939, quien encaró la remodelación del túnel colocándole los azulejos blancos que, según señala la mencionada Rodríguez, eran de origen inglés.
La designación de Hermanos Seco fue impuesta mediante una ordenanza del 27 de noviembre de 1987, cuando el Concejo Deliberante era presidido por José Redondo y Horacio Cabezas era el intendente del municipio. El nombre fue impuesto en honor a un grupo de hermanos que llegaron a la ciudad, provenientes de la ciudad de Rosario, para aportar al crecimiento de Villa María.
Como ya señalamos, han existido proyectos para refuncionalizar el lugar, pero ninguno fue concretado. Ahora que se ha dado un paso importante dándole el lustre merecido a la fachada de la antigua sede de la administración municipal en calle Mendoza, quizás sea oportuno encarar la refacción de aquellas construcciones consideradas parte del patrimonio histórico de la ciudad, como es el caso del túnel.