Rivadavia, campeón defensor, venció 2 a 1 a Alumni con goles de Demarchi y Ortiz en el partido de ida de la final de la segunda división. Cristóbal descontó para un Fortinero que terminó con nueve jugadores
Escribe Pablo Luna Broggi
Con cinco minutos de demora hasta que arribaron los uniformados y el balón comenzó a rodar, las ilusiones verdes y albirrojas de quedarse con el título de Reserva dieron inicio.
El partido entre Rivadavia y Alumni comenzó duro y parejo como toda final, muy disputado en mitad de cancha y sin demasiadas aproximaciones a las áreas. La primera chance llegó recién a los 17 minutos luego de un disparo de larga distancia de Vincenti que Cativelli alcanzó a desviar con lo justo.
Luego, Iván Pessutto ingresó en lugar de Elías Delsole, quien debió dejar la cancha rápidamente por un fuerte golpe sufrido apenas comenzado el partido.
Rivadavia era más que el local y, a pesar de no tener el control total del partido, contaba con más oportunidades de gol que el fortinero.
A los 23 minutos un tiro libre de Vincenti casi se convierte en gol, pero Cativelli evitó la conversión de milagro: un remate complicadísimo, que luego de la tapada del uno albirrojo debió ser despejado de chilena por un defensor local.
Sin embargo, el arquerito fortinero minutos después cometió un grave error en la salida que le costó el gol de Rivadavia. El que aprovechó el yerro del uno albirrojo fue Demarchi, quien sin problemas anotó el 1 a 0 para el delirio de todo el banco visitante.
Más allá del tanto cabralense, Alumni empató rápidamente. Los dirigidos por Maximiliano Burello pusieron en práctica una jugada preparada practicada durante la semana: un tiro libre ejecutado por Agustín Galleguillo se convirtió en un pase en cortada que posibilitó que Marcos Cristobal definiera ante la salida de Frandino.
El empate era justo, porque, más allá de que Rivadavia había sido un poquito más que su rival, esta superioridad no justificaba la diferencia que el Verde había encontrado luego de un error.
En el inicio del complemento comenzó a definirse el primer chico, cuando a los 4 minutos Esteban Ortiz anotó de cabeza el 2 a 1 luego de un preciso tiro de esquina.
Luego de la ventaja obtenida por los de Santoni, el partido comenzó a descontrolarse. Primero, fue expulsado Iván Pessutto tras una pelea con Falucho Ferreyra (quien también debió haber sido expulsado, pero siguió en cancha por un error arbitral) y sobre el final Facundo Molina también debió dejar antes de tiempo el campo de juego tras una patada descalificadora a un jugador verde.
Los pibes de Alumni entraron en una dinámica que no solo no les favoreció, sino que además hizo crecer más al rival.
El local no pudo hacer pie en todo el segundo tiempo: ni dos pases seguidos pudieron conectar los dirigidos por Burello. Ni siquiera se atrevieron a pasar la mitad de cancha. A decir verdad, Rivadavia no fue mucho más, pero jugó con la apatía de su rival y con la tranquilidad de afrontar la segunda final con una ventaja.
Si el Verde cabralense juega inteligentemente el partido de vuelta, tiene un 90% de probabilidades de quedarse con el titulo de reserva. Alumni, con todo en contra, deberá apelar a la rebeldía de sus jugadores más habilidosos para torcer una historia que viene complicada.