Rivadavia venció sin problemas 2 a 0 a Atlético Ticino con goles de Martínez y Zalazar y, con un 5 a 2 global, se metió en semifinales donde se medirá ante su eterno rival Colón
Mucha expectativa había desde temprano en Arroyo Cabral, porque Rivadavia en la ida había vencido de visitante, en un gran partido, a Atlético Ticino 3 a 2. Pero los de Carlos Bonaveri estaban aún con vida y dispuestos a “dejar todo” en el reducto verdolaga para quedarse con la serie y eso era por demás peligroso.
Desde el comienzo, el Albirrojo le cedió la iniciativa a su rival esperándolo agazapado para meter contras comandadas por Ayrton Páez. En el estaban puestas todas las fichas, porque era el único que podía ponerse el equipo al hombro y conducirlo hacía una victoria. De él dependía todo Ticino.
Sin embargo, la experiencia del equipo de Santoni jugó un papel preponderante durante los 90 minutos y pesó más que la increíble habilidad del 10 visitante.
Rivadavia jugó el partido como una verdadera final, porque sabía que posiblemente del otro lado esperaba Colón y ellos no podían quedarse a mitad de camino. Con seriedad, experiencia e inteligencia, el local nunca rifó su ticket a semifinales. Desde el pitazo inicial de Murúa se supo que Rivadavia iba a pasar, porque jugó como deben jugarse los partidos en esta instancia.
Atlético Ticino no jugó mal, estuvo a la altura de las circunstancias, pero hizo lo que pudo y hasta donde pudo. El albirrojo depende pura y exclusivamente de Páez, y el que medianamente puede ayudarlo a manejar el partido es Berterame, pero dos jugadores pueden ganar partidos hasta cierto punto, en este caso: hasta semifinales.
La primera llegada del partido llegó a los 9 minutos cuando Nicolás Gayoso remató con violencia desde el punto penal y Carnino se “convirtió en héroe” atajando un disparo casi imposible de parar, volando hacia su derecha y malogrando el festejo de la parcialidad cabralense.
Luego, fue el visitante quien avisó un remate de larga distancia de Monges que se fue a escasos centímetros del ángulo superior izquierdo defendido por Berardo.
Sin embargo, Gayoso volvió aparecer y el verde abrió el marcador. Mientras todo el banco ticinense lo hostigaba (situación que le encanta al wing villamariense), el ex Alumni desbordó por izquierda y fabricó una falta ante la presión de Tadeo Bonaveri, lo cual derivó en un tiro libre ejecutado por Fabián Martínez y que, luego de varios rebotes, terminó dentro del arco defendido por Carnino. El árbitro le otorgó la conversión al “indio”, que puso el 1 a 0 en un momento clave.
Con el pasar de los minutos, Rivadavia fue creciendo y pudo haber liquidado la serie en los primeros 45 minutos, pero Martínez, Gudiño y Bustamante fallaron sus definiciones y se fueron al descanso con una ventaja de dos goles en el resultado global.
La tranquilidad de la diferencia hizo que los de Santoni salieran al complemento mucho más relajados. Era complicado que Atlético Ticino hiciera dos goles en el segundo tiempo, porque no estaba jugando bien.
La confianza de Rivadavia le permitió estirar rápidamente la ventaja y liquidar la serie. A los 16 minutos, cuando el visitante intentaba llevar peligro al arco defendido por Berardo, Bustamante lideró una contra letal que culminó con un pase en cortada para que Zalazar definiera con excelencia ante la salida de Carnino.
El 2 a 0 era mucho para Ticino. Su capitán, Paéz, entendió el momento e hizo todo lo que estuvo a su alcance para revertir la serie, pero no pudo. Ayrton la rompió y demostró una vez más que está a otro nivel, pero no le alcanzó. Igualmente fue emocionante ver como la hinchada cabralense lo aplaudía y le reconocía el esfuerzo. También hay que destacar que Ticino esta vez supo perder, felicitó su rival y dejó el estadio sabiendo que dejaron todo lo que tenían.
Rivadavia jugó un gran partido y ya piensa en Colón. Fiel a su estilo, Marcelo Santoni se retiró diciendo: “¡Estamos en la final, estamos en la final!”.