La Huella empezó como un taller, pero desde hace una década es una empresa
social situada en uno de los pabellones del Hospital Borda. Expacientes e internos utilizan materiales de todo tipo para recuperar y reciclar muebles
La Huella es una empresa social conformada por expacientes e internos de Salud Mental del Hospital Borda, en Buenos Aires. El taller de muebles reciclados que llevan adelante, las convirtió en la primera cooperativa en salud del país, formada por profesionales, terapeutas e internos.
Nació en 2006 de la mano del psicólogo social Federico Bejarano. Rápidamente, gracias a un programa italiano de financiamiento llamado ISOLE, pudieron comprar las primeras maquinarias. «Uno de los objetivos de La Huella es que el Borda deje de ser una ‘puerta giratoria’, y que el tratamiento farmacológico y psiquiátrico de los usuarios se acompañe de una actividad que les permita sentirse útiles con la comunidad y con ellos mismos», contó Bejarano.
En 2008 consiguieron el espacio en uno de los pabellones del hospital. El taller se especializa en producir muebles y artículos de decoración a partir del reciclado de materiales: percheros, sillas, butacas, cajones, lapiceros, estantes, biombos, etcétera.
También toman pedidos especiales por encargo de restauración o de piezas en particular. Pero además, utiliza elementos de desechos como forma de cuidado medio ambiental. A lo largo de estos años se ratifica que la estrategia de la cooperativa social hace efectiva la inclusión laboral y el acceso a derechos de personas desventajadas socialmente.
Además, es actualmente parte de la Federación de Cooperativas Autogestionadas de Buenos Aires Para Otra Economía (Fedecaba).
La empresa social buscaba que usuarios de salud mental del Hospital Borda pudieran integrarse socialmente, en el marco Ley Nacional de Salud Mental, que promueve en su artículo 11, el desarrollo de dispositivos tales como cooperativas de trabajo, centros de capacitación socio-laboral y emprendimientos sociales para articular a los pacientes con la comunidad y defender sus derechos.
Mariana Pacheco, una de las integrantes de La Huella, explicó el funcionamiento de una cooperativa de producción en el marco de un proyecto de salud mental: “Asumimos como necesario incluir en la estrategia cooperativa la problemática de la salud porque el cooperativismo nace y se refleja como forma de trabajo que dignifica la condición humana, a través de la libertad y de la autodeterminación y autogestión. Un trabajo elegido libremente, donde cada trabajador tiene voz y voto, crea condiciones de salud”.
Mariana remarcó que «en 2010 se sancionó la primera Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657 (LNSM), reglamentada en 2013, que ordenaba el cierre de los hospitales psiquiátricos para ser remplazados por dispositivos de carácter comunitario y asistencia en hospitales generales. Pero además, se considera a la internación como un último recurso en los tratamientos. Y al pensar al usuario como sujeto de derecho se le otorga a la integración socio-laboral un papel privilegiado. Una de las alternativas que la LNSM detalla es la cooperativa de trabajo».