Se trata de Adolfo Federico Borda, oriundo de esta ciudad, donde tiene familiares directos. Tras sufrir un episodio en el que recibió una paliza, tuvo un gesto más que honorable, lo que llevó al Gobierno de la ciudad en la que reside a reconocerlo y premiarlo
Adolfo Federico Borda es un empresario villamariense que en el año 2004 se embarcó hacia la ciudad china de Weihai, en la provincia de Shandong, para trabajar en un proyecto.
Tras repetidos viajes hacia el país asiático, en el año 2011 decidió fundar su propia empresa en esa región y se radicó definitivamente con su esposa.
Durante estos últimos siete años, Adolfo vivió sin mayores sobresaltos y con éxito a cargo de una firma dedicada a la importación y exportación de maquinaria industrial desde China hacia el resto del mundo, según dio a conocer ayer Infobae en su portal online.
Sin embargo, en julio pasado el hombre de negocios vivió un mal momento que -por fortuna- lo hizo pasar a la historia en la zona en la que vive: tras una discusión con unos vecinos, Borda fue golpeado y tuvo que ser hospitalizado por varios días, indicó la misma fuente.
Indemnizado
Frente a la situación, la cónsul general en Beijing, Andrea Rovelli, se vio obligada a intervenir ante las autoridades locales para buscar que se sancionara a los agresores. El resultado: los atacantes fueron procesados y se dictaminó que debían indemnizar a Borda con 100 mil yuanes, (unos 15 mil dólares, aproximadamente).
Altruismo
Con el dinero recibido, Adolfo acudió a la Federación de Caridad de la ciudad de Weihai y comprometió el capital para conformar un fondo de ayuda a los más necesitados.
Así, por primera vez en dicha localidad un ciudadano extranjero creaba un fondo de asistencia específico.
Por su buena acción, la Federación lo distinguió con una medalla de honor, convirtiéndolo en el primer extranjero en ser reconocido en esa provincia china.
«Fue transformar algo malo en algo bueno, darle un fin útil a un evento lamentable; además, no siento que me haya ganado ese dinero con mi trabajo”, dijo el empresario oriundo de Villa María a medios locales.
Agregó que “los atacantes tenían que pagar, pero nos pareció mejor que esa plata se destine para otra cosa”.
Parte del fondo creado a partir de la actitud honorable del villamariense ya se destinó a una familia necesitada y aún hay recursos para nuevas donaciones.
«Es un proceso transparente, la Federación me consulta para cada caso; les pedí que se hiciera foco en los niños», comentó el empresario, quien agregó: «Hemos visitado un orfanato y la verdad es que fue un baño de realidad que me ratifica que la decisión tomada es la correcta».
Uno en 95 millones
Shandong, que en chino podría traducirse como “montes orientales” o como “este de las montañas”, es una de las 22 provincias que junto con las cinco regiones autónomas, cuatro municipios y dos regiones administrativas especiales conforman la República Popular China. Su capital es Jinan.
La provincia está situada en el bajo río Amarillo y se extiende hacia el mar en la península de Shandong.
Limita con el mar de Bohai al norte, con Hebei al noroeste, con Henan al oeste, con Jiangsu al sur y con el mar Amarillo al suroeste. También comparte un pequeño tramo de frontera con Anhui, entre Henan y Jiangsu.
La provincia entera ocupa una superficie de 156.700 kilómetros cuadrados, con una población de 95.793.065 habitantes, según el último censo que figura en Wikipedia y que data del año 2010.
Hasta allí llegó este villamariense para convertirse, al cabo de siete años, en un ejemplo digno de ser reconocido, premiado.
Todo a partir de la sabiduría y la paz interior que le permitieron transformar un hecho desagradable sufrido en carne propia en ayuda para los que menos tienen y sufren necesidades.