El test rápido para la detección del la hepatitis C viral, una enfermedad que se calcula que padecen 400.000 personas en Argentina, de los cuales el 70% no lo sabe, será incorporado el año próximo al Programa Nacional de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud, según informaron desde esta cartera.
El test será una de las herramientas disponibles en los centros de salud pública del país para el diagnóstico de la enfermedad.
“Este año ya vamos a tener disponibilidad de test rápido para la hepatitis B y vamos a hacer una prueba piloto para C, que ya fue incluido para el presupuesto 2018”, dijo a Télam la coordinadora del Programa Nacional de Hepatitis Virales, Gabriela Vidiella, tras participar del panel de apertura del XIV Simposio Científico de la Fundación Huésped.
La médica infectóloga explicó que el test rápido de las dos formas crónicas de la enfermedad “permitirá acceder al diagnóstico a aquellas personas que por múltiples motivos nunca va realizarse un test serológico convencional”, a través de un análisis de sangre cuyo resultado demora más de tres días.
“Hay personas que concurren a una sala de salud, pero nunca a un hospital de mayor complejidad o que no volverían por el resultado”, dijo.
Además, la evaluación rápida podría aplicarse para la detección rápida de la enfermedad en población con “prevalencia alta documentada”, como aquellas que tienen “adicción endovenosa activa o antecedentes de adicción endovenosa”, dado que este tipo se transmite fundamentalmente a través de la sangre infectada.
La especialista explicó que la idea es capitalizar la experiencia ya alcanzada con el test rápido de VIH y “generar un circuito tal que se logre alcanzar más personas con el diagnóstico” pero que no termine allí, sino que incluya también “una consejería postest y darle un marco para que pueda acceder al tratamiento”.
Por su parte, el director de investigaciones clínicas de la Fundación Huésped Omar Sued consideró “una muy buena noticia” la incorporación de los test rápidos de hepatitis C al Programa de Hepatitis Virales.
“En Argentina, la cantidad de pacientes tratados para hepatitis C todavía es muy baja y necesitamos identificarlos para poder generar la conexión con los centros de tratamientos, reducir los nuevos casos y erradicar la enfermedad en el año 2030”, dijo.
Durante su exposición, en el panel “Hepatitis C viral (HCV): cura y acceso”, Vidiella expuso también los resultados de un relevamiento realizado sobre los primeros mil pacientes con hepatitis C tratados en Argentina con antivirales de acción directa (AAD), la forma más innovadora y efectiva de combatir la enfermedad que fue incorporada al programa a principios de 2016.
Según Villela, alcanzó la curación a los 12 meses de concluido el tratamiento “por encima del 95% de todos esos pacientes”
Por otro lado, la funcionaria anunció que con la compra de 250 tratamientos de urgencia en julio pasado por parte del Ministerio de Salud, “se saldó la deuda de pacientes graves” (con fibrosis hepática nivel F4) que estaban a la espera de la medicación y “en el próximo mes o mes y medio tendremos disponible 1.200 tratamientos más”.
“Hay dos etapas que podemos distinguir en el acceso a los AAD: en la primera etapa se priorizaron los pacientes graves -los cirróticos- porque había una gran demanda contenida dado que se trata de antivirales nuevos y muy caros; y en una segunda etapa ampliamos el acceso no solo a los cirróticos sino a grados de fibrosis hepática menores, es decir F3 y F2 coinfectados con VIH”, dijo.
“Esta estrategia no se aplica solo acá sino que incluso países desarrollados aún no abrieron el acceso de forma universal. Y puede hacerse porque se trata de una enfermedad que tiene una evolución lenta que permite, sin poner en riesgo a los pacientes y mientras está con controles adecuados, esperar para recibir el tratamiento. Pero el que no puede esperar va a recibir el tratamiento”, concluyó.