Allá por mediados de los 80’, en las primeras ediciones del Rally Argentina, era toda una atracción esperar a la madrugada el paso de los autos por Villa María.

La carrera tenía como punto de largada simbólica la sede principal del Automóvil Club Argentino en Buenos Aires, para luego tomar la “vieja Ruta 9” hacia las serranías cordobesas, donde comenzaba la carrera propiamente dicha.

Desde el banderazo en la rampa porteña, hasta que llegaran las primeras máquinas a esta ciudad, la espera se hacía eterna. La mayoría esperaba frente a la Terminal de Omnibus, donde los pilotos y navegantes realizaban un control de paso, aprovechaban para tomar un café y tomarse alguna foto al paso, muy alejado a estos tiempos modernos de selfies.

La edición 1984 marcó un hecho particular. Por primera vez se inscribió el equipo Audi y la carrera sumó otros atractivos; uno de ellos la presencia de un equipo oficial Audi Quattro, con vehículos conducidos por Stig Blomqvist y Hannu Mikkola, respectivamente.

Pero hubo otro gran atractivo; un tercer auto muleto Audi fue cedido a Jorge Recalde, aunque con motor de menor potencia que los dos titulares. De todos modos, igual pudo imponerse en varios primes y dominar en la zona de Mina Clavero, claro está. Un cuarto auto fue cedido a Luis Rubén Di Palma, pero apenas pudo recorrer 300 metros del tramo de enlace, hasta que se rompió el rulemán de un cigüeñal.

Pero volvamos a aquellas esperas en la madrugada del mes de julio. El frío era intenso, y a veces no alcanzaba el abrigo para apaciguar la espera. El público, que esperaba en Avenida Alvear, a la altura de la terminal, ovacionó la llegada de los primeros autos, que fueron los Audi. Otros espectadores esperaban en diferentes puntos de la ciudad, para ver a los autos en aceleración plena. También fue caluroso el recibimiento a “el Cóndor” Jorge Recalde, pero una de las mayores ovaciones se produjo cuando pasó el binomio local, el de los hermanos Mario y Daniel Stillo, con un Renault 12 de color celeste metalizado.

Entre los muchos que pasaron por esta ciudad estuvieron Luis Landriscina, navegando a su hijo Dino. La particularidad del paso del humorista chaqueño fue que, por tratarse de un tramo de enlace que se corría de madrugada, a cargo del volante del Peugeot 504 estuvo justamente el humorista.

El tercer prime marcó el final de la carrera para los Landriscina. En el tramo cercano a Candonga sufrieron un vuelco, Luis terminó hospitalizado con varios traumatismos y Dino resultó ileso.

Stillo-Stillo hicieron una gran carrera, fueron cuartos en la general, detrás de los tres autos oficiales Audi y fue el R12 el mejor auto nacional clasificado, ganando la Clase 2.

Dentro de los protagonistas que participaron en aquella edición, fueron varios los que por esos años sobresalían en el rally nacional, como Gabriel Raies, Ernesto Sotto, Pichirilo Torras, Mastromarino, Cravero, etcétera.

Los hermanos Stillo, que llevaban estampado el nombre de nuestra ciudad en su auto y la publicidad de Seppey Hermanos en los vidrios de las puertas traseras, y debajo del paragolpes delantero, terminaron descorchando el champán y haciendo historia con el R12.