Comenzó, pese a la jornada gris, el movimiento en el predio ferrourbanístico. Muchos espacios esperan a los niños para juegos científicos, divulgación y también a los mayores, en un sinnúmero de opciones
No solo en la Patagonia Norte hay fósiles de dinosaurios. En nuestra zona, como en muchas otras partes, también el subsuelo conserva osamentas y huevos de los grandes animales, desaparecidos hace 65 millones de años.
Sin embargo, a diferencia de la desértica meseta sur, los esqueletos de los dinosaurios de nuestra pampa están por ahora inaccesibles, a profundidades que oscilan los 800 a 1.000 metros.
Así lo afirmó a EL DIARIO el paleontólogo Rubén Juárez, enviado desde Neuquén a instalar junto a Carlos Fuentes la muestra “Dinosaurios y otras bestias prehistóricas”, que se exhibe en la sala central de la Biblioteca Moreno.
Ayer, la amplia variedad de muestras y actividades fue afectada por el clima en su primer día de acceso público. Así, algunos escaparates debieron ponerse a resguardo del agua, mientras que otros puestos recién se terminarán de armar mañana viernes.
Reptiles de ayer
En el amplio local de calle Sabattini se pueden apreciar reproducciones de ejemplares herbívoros y carnívoros hallados en la Patagonia. Entre ellos, un fémur de 2,34 metros del antarctosaurus (“reptil del sur”) que vivió a finales del período cretácico, hace aproximadamente entre 88 y 78 millones de años. Junto al enorme hueso descubierto en 1921, están exhibidas varias herramientas y una carpa usadas por los científicos en su trabajo de campo: “Estamos habituados a ver en televisión que los paleontólogos trabajamos con pequeños pinceles, pero la realidad es que el mayor trabajo es con palas, y herramientas mayores”, dijo Juárez, quien instruyó a grupos de guías para que lo remplacen en la atención a los grupos de visitantes que recorrerán la muestra.
Es la primera vez que su museo saca las piezas de su provincia. La exposición cuenta con dos partes, una dedicada a los dinosaurios, y otra con reproducciones de otros animales extinguidos, como una serpiente y cocodrilos.
No todos los dinosaurios son enormes, algunos poseen dimensiones menores a un metro. En realidad, se calcula que los ejemplares grandes solo existieron unos 30 millones de años y, al momento de su extinción masiva, ya había reducido sus dimensiones.
Juárez explicó que nuestro país está densamente poblado de dinosaurios, pero que solo son accesibles los restos petrificados de zonas desérticas, como San Juan, Neuquén y Río Negro. En nuestra región, por ejemplo, los ríos e inundaciones durante millones de años han depositado sedimentos sobre los fósiles, y ahora se hallan a casi un kilómetro de profundidad. Esto se comprobó en Uruguay en los años 30, cuando se extrajeron huesos en una prospección geológica.
Por otra parte, en la Patagonia hay permanentes hallazgos debido a la presencia no solo de paleontólogos, sino de geólogos contratados por la industria petrolera. Neuquén y Río Negro eran zonas con flora y fauna exuberante (había monos hasta en Santa Cruz), lo que permitió que los animales crecieran desmesuradamente. Luego, al formarse los Andes, los vientos húmedos dejaron de aportar agua, y la zona se secó. Otro factor negativo fue la separación de la Antártida de nuestro continente, con lo que se acercaron las corrientes marinas frías.
Asimismo, Juárez observó que “ya está totalmente comprobado que las aves descienden de los dinosaurios, cosa que se discutía hasta hace 30 años. De manera que cuando comemos un pollo, estamos comiendo dinosaurio”.
El científico visitante desmintió el planteo de la película Jurassic Park, según el cual se podía reconstituir un dinosaurio a partir de la sangre de dinosaurio extraída por un insecto atrapado en ámbar. “El ADN solo dura unos miles de años, y ya se ha establecido que el propio ADN de los insectos no se mantuvo”, aclaró.
De todas maneras, Juárez fue cauto al señalar que “la ciencia no da juicios definitivos, sino de acuerdo a las evidencias y a la tecnología disponible. Trabajamos mucho por comparación de especies, así que cuando tenemos solo un hueso, imaginamos cómo fue el resto del animal con cierta probabilidad”.
Ladrillitos
Una de las carpas instaladas en el Parque de la Vida aloja a un montaje de la empresa Rasti, radicada en Villa Ballester.
Posee tres áreas, una para el juego de los niños, otra con una pista para correr con automóviles armados con las piezas, y una tercera con estructuras que evocan construcciones emblemáticas de Villa María, tal el caso del nuevo puente colgante.
Lugar a dudas
La carpa con la exposición “Lugar a dudas” conecta a los visitantes con distintos aspectos científicos. Por ejemplo, con las mesas caóticas. El caos determinístico se refiere a comportamientos que ocurren aún en sistemas que parecen simples; entre las características principales de los sistemas caóticos se pueden mencionar los comportamientos a largo plazo de los sistemas caóticos (que son muy difíciles de predecir) y la alta sensibilidad a las condiciones iniciales. Dos mesas explican el fenómeno, una de ellas con un péndulo y otra con una bola que al igual que en una ruleta describe una gran espiral hasta caer en una u otra ranura.
La memoria
En las proximidades del Centro Favio se ofrece una muestra dedicada a mantener viva la memoria de los hechos acontecidos durante la dictadura cívico-militar de 1976. Se han recreado las exposiciones inauguradas en marzo de este año, y se han previsto talleres para los escolares, donde se hablará de la instauración del Plan Cóndor, que coordinó la represión en Sudamérica, se recordará la prohibición de libros y composiciones musicales a la vez que se informará a los niños y jóvenes sobre las biografías de 19 villamarienses que fueron víctimas de la dictadura.
En defensa de la Fábrica Militar
En la zona dedicada a la Feria del Libro, junto a la Medioteca, se puede visitar el stand de la Asociación Trabajadores del Estado, en el cual además de mostrarse colecciones publicadas por el sindicato, se procura difundir la lucha por la defensa de los puestos de trabajo en la Fábrica Militar local.
Según se informó en ese local a nuestro cronista, se teme por la suerte de los trabajadores cuyos contratos vencen a fin de año, ya que “no sabemos ni entendemos qué política se quiere implementar desde la Nación”.
Hasta hace dos años, en la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos se realizaban más de 40 cargas diarias de dinamita, mientras que ahora solo se llega a 7 cargas diarias.
“Si la excusa es decir que el Estado nos subsidia, hay que recordar que en ninguna parte del mundo las empresas de la defensa se autofinancian”, explicaron los sindicalistas.
Actualmente, trabajan en el predio fabril local 180 personas, 30 de las cuales son mujeres (en su mayoría como laboratoristas y enfermeras).