Entrevista con la coordinadora de Juventud del municipio, Valeria Caleri
Lo expresó cuando fue consultada sobre la actividad del Centro Nuevas Oportunidades, que este año sumó talleres y profesionales a su equipo. Dijo que en muchos casos falta acompañamiento familiar
En el marco del inicio de otro ciclo anual del Centro Nuevas Oportunidades que funciona en barrio Roque Sáenz Peña, la coordinadora del área de Juventud del municipio, Valeria Caleri, indicó que “en varias cuestiones muchos chicos están solos”.
Además contó que a menudo se enfrentan con niños que terminaron la primaria sin saber leer ni escribir.
Caleri fue entrevistada por EL DIARIO sobre la nueva oferta educativa y social que brinda este espacio ubicado en Colombia y María Curie del citado barrio, al que concurren adolescentes principalmente de La Calera y también de Las Acacias y del propio Roque Sáenz Peña.
En este contexto, subrayó que se sumaron dos psicólogas y dos trabajadoras sociales al plantel de profesionales, por lo que “hay una contención mayor”. “Las psicólogas hacen las intervenciones familiares que tienen que hacer y las trabajadoras sociales hacen eje principalmente en la cuestión escolar”, describió.
Tras aclarar que durante el verano “no cesó la tarea del centro porque hicimos actividades en piletas y clubes”, confirmó que este mes comenzaron distintos talleres.
“Continúan algunos de los anteriores y se sumaron otros, más que todo de oficios. Comenzó electrónica, continúa la blockera, está costura en la que tenemos las máquinas, y donde varones y nenas están cosiendo”, enunció.
Son casi 60 las personas que asisten al lugar, en dos turnos.
Ante la pregunta de este matutino, Caleri apuntó que si bien “la mayoría están escolarizados”, otros llegan al centro sin estarlo y en esos casos “se trabaja durante el año para lograrlo”.
“La mayoría viene de la primaria sin saber leer ni escribir, es una realidad con la que chocamos todos los días”, advirtió.
La población en la que se centra el espacio va de los 12 a los 19 años. “Ahora están llegando más chiquitos, a quienes les damos a elegir uno o dos talleres, porque a los profesores se les complica planificar lo mismo para un chico de 10 años como para otro de 18”.
“Tratamos en lo que podemos de trabajar con todos”, aseguró.
Cuando se le consultó si comúnmente los asistentes concurren durante todo el año al espacio, dijo que sí. No hay deserción. “Van porque quieren, no van exclusivamente a un taller, sino que se quedan toda la mañana y comparten las distintas propuestas”, recalcó.
Además, en lo que significa un avance cultural en barrer con estereotipos y prejuicios, indicó que se ven chicas incursionando en electrónica o varones cosiendo.
“Todos tienen el mismo interés por el deporte, por la música y el rap, todos escriben letras”, graficó.
En tanto, respecto a los recursos que generan los propios chicos, precisó que “los adolescentes más grandes trabajan en la blockera y de esa forma generan ingresos propios, quedándose con el dinero de sus ventas”.
Además, en algunos momentos del año se llevan adelante ferias en las que se comercializan otros productos que se elaboran en los demás talleres, como cuernitos, agendas, macetas. “Ahora con costura van a empezar a confeccionar ropa, pero todo en pequeñas cantidades porque son chicos, lo hacen para aprender”, explicó.
Finalmente, cuando se le preguntó sobre las situaciones de vida de los concurrentes al Nuevas Oportunidades, describió que “la mayoría convive solo con la madre, el padre no está en la casa, pero está presente”, y añadió que en varios casos los jóvenes son también el sostén económico del hogar.
“En casi todas las cosas están solos, en cuestiones escolares los ayudamos desde el centro, tuvimos chicos que no habían sido anotados por los papás y entonces hubo que concurrir a hacer el trámite. Por ahí hay poco acompañamiento de los padres, no en todos los casos, pero es algo que se ve”, finalizó.
D. B.
Taller en el centro para personas con discapacidad – A full la producción del CEMDI
A través de la iniciativa del taller de producción, los chicos del Centro Municipal para el Desarrollo Integral para las Personas con Discapacidad (CEMDI) aprenden y elaboran diferentes variedades de panificados, los que se pueden adquirir en la sede de Lisandro de la Torre y Rawson, en el predio del Parque Pereira y Domínguez.
Se venden masitas, alfajores de maicena y de chocolate, pastas frola, tortas materas, tartas dulces, grisines, panes y pizzas.
El taller está abierto de martes a viernes, de 14 a 17.30 horas.
El Gobierno recordó que los chicos realizan de manera periódica clases en la escuela de gastronomía Capacitar, lo que después les permite incorporar recetas nuevas a la variedad que ofrecen.
Además se hace panificación para las meriendas y desayunos de los jóvenes y adolescentes que asisten al Centro Nuevas Oportunidades y a la Escuela Granja.
Para pedidos y encargos: está el número telefónico (0353) 155627172.