Sujetos hasta ahora desconocidos perpetraron un asalto a la vivienda donde se encontraba un matrimonio integrado por profesionales y sus dos hijas menores de edad, los amenazaron con armas de fuego, maniataron a las víctimas y consumaron la sustracción de dinero (alrededor de 10.000 pesos) y objetos de distinto valor, para finalmente escapar en un vehículo del dueño de casa.

El episodio delictivo se registró a las 23.25 del sábado pasado en la vivienda situada en Marcos Juárez 1950, donde se encontraban reunidos, tras la cena, el contador Marcelo Olivero, de 48 años, su esposa la ginecóloga Ximena Salezzi, de 44, y las hijas del matrimonio de 10 y 14 años.

El hecho

Faltaba poco menos de media hora para la medianoche y los cuatro integrantes de la familia Olivero fueron sorprendidos por los delincuentes, que ganaron el interior de la casa por una abertura que da al patio, para lo cual previamente ultimaron a los perros.

Con sus rostros cubiertos dos de los asaltantes, que portaban armas de fuego, amenazaron de muerte al contador, la médica y las niñas, al punto que llegaron a golpear a Olivero, a quien maniataron.

En pocos minutos los ladrones se apoderaron de dinero en efectivo e hicieron lo propio con joyas y alhajas, algunas de ellas de oro, una play station y diversas prendas de vestir.

La huida

A punto de iniciar el escape, los furtivos se ocuparon de dejar inmovilizados a los dos profesionales, a la vez que optaron por marcharse a bordo de la pick up Ford Ranger gris, propiedad del dueño de casa.

Sin la presencia de los asaltantes, Olivero logró llamar a la Policía, que implementó un operativo cerrojo que tuvo resultado positivo poco después, cuando los integrantes de una patrulla encontraron abandonada, en calle 12 de Octubre, al fondo del barrio Costa de Oro, la camioneta que se habían llevado los malhechores.

Por fortuna las víctimas no resultaron lesionadas, a excepción del contador Olivero, quien presentó heridas en la cabeza, por lo que en el lugar del hecho se hizo presente el médico policial y un psicólogo para brindar contención, sobre todo a las menores.