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Escándalo en el fútbol local

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Escándalo en el fútbol local
José Martínez

En un partido de Inferiores el árbitro José Martínez y sus asistentes sufrieron golpes de puño y heridas cortantes en sus brazos generadas, presuntamente, por familiares de un juvenil de Alumni

José Martínez
José Martínez

El fútbol de Inferiores de la Liga Villamariense se vio ayer empañado con un gravísimo hecho de violencia del que fueron víctimas el reconocido árbitro, y exefectivo policial, José Martínez y sus asistentes Pablo Díaz y Marcos Sivel.

Precisamente, en cancha de Colón de Arroyo Cabral, una vez finalizado un encuentro correspondiente a la séptima división, en el que Alumni derrotó 1-0 a San Lorenzo Las Playas, tres «simpatizantes», si es que se puede llamarse de esa manera a un trío de inadaptados, de la entidad «fortinera» ingresaron a la zona de vestuarios para agredir con un alto grado de vehemencia a la terna arbitral.

Aparentemente serían el padre, la madre y el abuelo de un juvenil de Alumni quienes irrumpieron en el vestuario de los árbitros para desatar la barbarie.

Según relataron algunos testigos del lamentable episodio «el mayor de los agresores portaba un elemento punzante (un cuchillo) con el que produjo heridas cortantes en los brazos de los asistentes Díaz y Seivel, al tiempo que el padre del joven futbolista arrojó varios golpes de puño sobre la humanidad de Martínez, provocándole fractura del tabique nasal y un severo corte en uno de los pómulos, lo que derivó en que el referí debiera recibir tres puntos de sutura en la cara.

Otros testigos aseguraron que Martínez «se salvó por milagro» de no ser apuñalado en la zona abdominal gracias a que «tomó el brazo del agresor que portaba el cuchillo y que parecía decidido a aplicarle un puntazo».

El propio Martínez dialogó telefónicamente con EL DIARIO y al respecto de lo sucedido lamentó que «si alguien va a la cancha con un arma blanca es porque tenía premeditado hacer disturbios».

«Durante todo el segundo tiempo el asistente Seivel recibió constantes y airados insultos por parte de los agresores. Llegaron a gritarle que iban a matarlo, pero yo pensé que iba a quedar solamente en esas amenazas a las que lamentablemente ya estamos acostumbrados en el fútbol», señaló con marcada preocupación y culminó diciendo que «por suerte Díaz y yo tenemos experiencia para manejar este tipo de situaciones debido a nuestra actividad policial. De lo contrario creo que hoy podríamos estar hablando de una tragedia».