El próximo 31 de mayo se conmemora en todo el mundo el Día de la Esclerosis Múltiple. En el siguiente artículo compartimos algunos de los mitos más comunes que pueden afectar negativamente a los pacientes
Escribe: Yanina Garasto
Instituto de Inmunooncología “Dr. Ernesto Crescenti”
Es una de las enfermedades más desconocidas y su origen aún es un misterio. Esto genera falsas creencias o malos entendidos que afectan negativamente a sus pacientes.
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica autoinmune que afecta a la médula espinal y al cerebro. Aún se desconoce la causa real de su aparición, pero suele manifestarse cuando la cubierta de las neuronas se daña y el sistema inmune ataca a los impulsos nerviosos, imposibilitándolos a que realicen su función con normalidad.
La mielina es la sustancia que recubre las fibras nerviosas del cuerpo, su mal funcionamiento afecta a la vida y las tareas de las células que no transmiten los impulsos nerviosos como corresponde. Esta falta de correspondencia provoca los brotes de esclerosis múltiple, que pueden variar según el paciente.
Esta enfermedad se suele diagnosticar entre los 20 y los 40 años y ataca en mayor medida a las mujeres, que tienen el doble de posibilidades de sufrirla que los hombres. Los síntomas varían según la persona, su forma de vida, el tratamiento que esté siguiendo y de las áreas del cerebro dañadas.
Para obtener el diagnóstico, el médico tendrá en cuenta los brotes sin causa evidente y los antecedentes familiares. Realizará un chequeo en busca de reflejos nerviosos anormales, problemas para mover ciertas partes del cuerpo, pérdida de la visión y sensibilidad anómala. También podrá solicitar un análisis de sangre, punciones lumbares, resonancias magnéticas y estudios de la función neurológica para descartar otras enfermedades.
Una enfermedad, varios mitos
1) “Los pacientes con esclerosis múltiple mueren a causa de la enfermedad”. A pesar de que la esclerosis en algunos casos puede convertirse en una patología mortal, la mayor parte de los afectados conviven con ella a lo largo de su vida.
2) “Quien tiene esclerosis acaba en una silla de ruedas”. Esta es una de las creencias más extendidas, cuando lo cierto es que solo un 25% de los pacientes la llegan a necesitar. Quien tiene esclerosis puede sufrir problemas de movilidad, pero no todos llegan a ese extremo.
3) “Las mujeres con esclerosis no pueden quedar embarazadas”. No hay nada que impida que una mujer con esclerosis sea madre. Eso sí, el embarazo debe estar vigilado y es posible que se interrumpa la medicación durante la gestación.
4) “La esclerosis múltiple es contagiosa”. La esclerosis es una enfermedad autoinmune que en ningún caso puede contagiarse. Hay estudios que sugieren que tiene un componente genético, por lo que si una persona la padece es posible que sus descendientes sean susceptibles a padecerla.
5) “He tenido un brote, mi medicación no sirve para nada”. Cada persona desarrolla la esclerosis de una manera distinta, hay quien tiene brotes de vez en cuando y hay quien no los desarrolla. Para saber si el tratamiento funciona hay que someterse a ciertas pruebas médicas, pero los brotes no son consecuencia de que la medicación no sirva, ya que la esclerosis es una patología impredecible.
6) “El estrés y la mala alimentación me han llevado a sufrir esclerosis múltiple”. Las causas de la esclerosis múltiple son todavía desconocidas, por lo que no pueden atribuirse a la ansiedad o a la dieta. Sin duda el estado de ánimo y la alimentación pueden empeorar o mejorar el estado general de la persona, pero nunca son el origen de la patología.
7) “Un enfermo de esclerosis no puede trabajar”. Lo habitual es que los enfermos de esclerosis puedan llevar una vida laboral normal y satisfactoria a pesar del diagnóstico. Si llegan a tener problemas de movilidad bastará con adaptar su espacio de trabajo.
8) “La esclerosis múltiple no tiene tratamiento”. Se desconoce la causa de la patología, pero una persona con esclerosis puede recibir un tratamiento para mitigar los síntomas e intentar aplazar sus posibles efectos secundarios, a través de fármacos o suplementos inmunomoduladores y de rehabilitación física.