Un afiliado a la UCR honra a Sabattini, un villamariense ejemplar
Al cumplirse un nuevo aniversario de su desaparición física, resulta importante, por lo que ocurre en Argentina, resaltar los enormes y notables valores de nuestro querido vecino.
Desde su ejemplar Gobernación de la provincia, nos legó políticas mayúsculas.
Es así que personalmente tuve ocasiones de convivir con Don Amadeo cuando fundó el Ateneo de la Intransigencia Nacional, que funcionó antes en la calle Entre Ríos al 700.
Ahí nos convocaba a los jóvenes de entonces a fin de esclarecernos con conocimientos de la vida política de una verdadera Nación.
La democracia fue el principio y el fin de cada oratoria.
Se refería al radicalismo como sinónimo de revolución social, donde el hombre es el principal artífice, mientras que lo opuesto, el conservadorismo, olvida al ser humano para defender la economía de mercado.
Todo esto se parece, y mucho, a lo que estamos viviendo. Lo deplorable es que unos pocos dirigentes radicales posibiliten semejante atropello; deberían avergonzarse por lo que han promovido en lugar de ocupar cómplices espacios de poder.
Sin dudas niegan los principios de Alem, Yrigoyen, Sabattini y Alfonsín, siendo una real ofensa a la dignidad.
Amadeo Sabattini sostenía: “Nosotros siempre nos encontraremos en la vereda opuesta a la de los liberales, que para confrontar sus políticas de libremercadismo luego se convierten en nazifascistas enfrentados con el pueblo.
Los monopolios económicos, financieros e ideológicos siempre los apoyaron a usar a la gente para sus fines espúreos.
Para ser más cruda esta sombría realidad, buceando en los archivos del “gran diario argentino” y en La Nación de los 90, hallamos titulares como “Por contrabando de automóviles procesan a Macri”, y seguía: “Pretende incursionar en política a través del Partido Justicialista”.
Lamentablemente, los dirigentes que hoy militan en el partido radical apoyan al mencionado contrabandista de autos (según Clarín) en lugar de elevar las banderas revolucionarias.
Si Sabattini viviera, desearía morirse por la pena que le ocasionaría ver tanta entrega y corrupción a que fuimos inducidos los afiliados a la UCR.
Honor a la memoria limpia, cristalina y sabia de Don Amadeo Sabattini.
José Leandro T. LE 6.596.444
Acerca de la nota sobre el cierre del Kiosco Gallo
Dicen que cuando un amigo se va, queda un espacio vacío y no lo puede llenar la llegada de otro amigo. Y es así, así de simple.
La noticia chiquita, despiadada, “Cerró el Kiosco Gallo”. Fácil es decirlo, asumirlo es otra cosa; amigo kiosco.
Tenemos la misma edad, nacimos al unísono.
Cuántos años, cuántos caramelos, cigarrillos, cañitas de pesca y mil cositas más.
Aquella ciudad ya no está. Todo quedó en el olvido. La calle de tierra, los vecinos, el bulevar… Un camión quiso destruirte, pero ¿cómo se destruye un mito? Si es espíritu, si es el alma de un pueblo y un barrio; es inolvidable, es impalpable, sólo es recuerdo y ¡qué recuerdo! Fue como aprender a caminar o a andar en bici, como la primera novia inolvidable…
Flaco desgarbado, tus últimos días eras una sombra betérea. Recuerdo verte sentado en la carnicería de enfrente… Entré a saludarte y mientras hablabas, no apartabas tus ojos vidriosos del kiosco.
Un día dijiste basta y abriste un kiosco en el cielo. Seguro que volviste a ser feliz, porque ahí también hay chicos.
Si algún día alguien te pide tabaco alemán y papel, posiblemente sea mi papá. Hacete amigo porque el día que nos encontremos iremos juntos a comprar. Los caramelos sabrán a cielo, las cañitas pescarán peces de colores y las estrellas iluminarán, maravilloso, el frente del querido kiosco. Todo será maravilloso y sin tiempo. Dicen, según dicen.
Oscar F. B. DNI 6.552.905
Acerca de la nota sobre el triunfo de Mario Tarducci
Estoy plenamente de acuerdo con la nota de EL DIARIO del sábado 27 de febrero, “A 50 años del histórico triunfo de Mario Tarducci en el TC”, desarrollada por Diego Pellegrini y mi gran amigo, el doctor “Chiche” Carlström, quiero realizarles un aporte más.
Como es una nota histórica, nobleza obliga decir que si no hubiese sido por el señor Abel Latanzzi, que informado por el señor César Pérez (“Gato”), amigo de mi familia, excorredor de motos Pumas de la década del 70, ese auto estaba en Bell Ville, hoy no la tendríamos en la ciudad de Villa María.
Latanzzi, enterado, le comenta al señor Roberto Alassia, quien se pone en contacto con M. Fanin y “Puchi” Colmano y se abocan a corroborar si la información era certera.
Así fue que la ubicaron, en deplorable estado en un galpón y la compraron, previa verificación de si era la original de Loeffel y Tarducci. El procedimiento para verificar pasó en buena medida por confirmar si el chasis era Meunier (de los fabricados en Rufino, que tenían una particularidad).
Lo cierto es que el procedimiento fue positivo. Luego, el primer trabajo en pos de la restauración fue comprar un auto Chevrolet Sedan 1941 en la chacharita Scoponi de Bell Ville y ensamblar la parte del torpedo, cambiando también los parantes delanteros que estaban podridos.
Tras el armado del casco, se procedió a enarenar toda la estructura completa. Mientras tanto, Fanin terminaba el diferencial y la caja ZF (el motor ya lo tenía la gente de Grasso para rectificarlo y el señor Luis A. Grasso lo puede corroborar).
Posteriormente se vendió el vehículo a Juan C. Demateis, quien junto al “Panza” Pérez finalizaron la restauración.
Durante mi gestión como presidente de Asociación Villamariense de Vehículos Antiguos (AVVA) fue declarado, junto a otros autos de carrera de la ciudad de Villa María, vehículo histórico de carreras con la presencia de su preparador, Aldo Belaviña, y miembros de la Federación de Clubes de Automotores Históricos (FACAH).
Este escrito sólo tiene la intención de completar una parte de la recuperación histórica de un auto con historia que, por fortuna, volvió a nuestra ciudad.
Mario Juárez – DNI 12.672.728