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Esta historia continuará…

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Esta historia continuará…
Morales y Semenzín pugnan por quedarse con la pelota, mientras observa Aimar; Playosa y Silvio Pellico repitieron el marcador de la semana pasada y todo se resolverá en cancha del Canario
Morales y Semenzín pugnan por quedarse con la pelota, mientras observa Aimar; Playosa y Silvio Pellico repitieron el marcador de la semana pasada y todo se resolverá en cancha del Canario

Escribe Daniel J. Cerutti

En un partido de características mediocres, con dominio alternado y situaciones de gol repartidas, Playosa y Silvio Pellico reiteraron el resultado logrado siete días atrás, marcando nuevo equilibrio en dos tantos por bando y dejando el pasaporte abierto para el próximo domingo.

El gélido y fuerte viento que castigó a la región (y especialmente en el primer tiempo) fue factor determinante en la condición de la brega, impidiendo el traslado del balón y la comunicación entre los protagonistas, que se debatieron en grandes pasajes entre la imprecisión y la impotencia.

Al comienzo, Silvio Pellico intentó la proyección sobre las líneas de contención local mientras que Playosa buscó el control del esférico, mediante toque corto y rápido, pero de escasa profundidad en las cargas. El Canario contó con dos o tres lanzamientos de esquina en los primeros 15 m, pero no arrojaron resultados positivos, por el impedimento de dirigir con precisión dichos envíos.

A los 18 m cuando Playosa todavía no había podido llegar al marco de Ezequiel Oliva; Servetti y Acosta elaboraron una rápida jugada sobre andarivel izquierdo, la pelota cruzó el área y fue receptado por Guillermo Piva, quien doblegó con remate cruzado la resistencia del arquero marcando la apertura para el anfitrión; conquista aún inesperada de acuerdo al desarrollo del partido hasta ese entonces.

La conquista motivó la reacción de Silvio Pellico, intentando retomar el ritmo del comienzo y contando con el favor del viento siguió presionando. A los 30 m en un lanzamiento con pelota detenida, Alfio Demarchi proyectó el balón sobre el área de Garetto y muy atento Iván Moyano, ubicado entre dos defensores locales, desvió de cabeza la trayectoria del esférico, penetrando en un rincón del arco y marcando la igualdad provisoria y dando un contenido más emotivo a un trámite que pasó a ser disputado y con exigencias para los esquemas defensivos. Hubo otra acción de riesgo para el huésped por remate de Ledesma apenas desviado y luego una genialidad de Servetti, quien en base a amagues se sacó de encima dos marcadores y cerrando su carrera lanzó un disparo hacia el primer palo, provocando una perfecta contención de Ezequiel Oliva, atento ante la rapidez del avance playosense.

Las últimas instancias del primer parcial marcaron disminución en el devenir de las acciones, con demasiados toques y roces entre los jugadores; careciendo las intentonas de ataque de claridad en ambos equipos, chocando contra la expeditiva labor de las defensas, que salvaron inconvenientes para el trabajo de los guardavallas. El empate parcial en un tanto fue correcta expresión de lo observado, con dominio alternado en los primeros 45 m, con altibajos en la producción individual y colectiva; más la tendencia constante a cuidar la posesión del esférico, aspecto que quitó sustento técnico al desarrollo del partido.

En el segundo período no varió mucho el nivel de juego; si bien es cierto que disminuyó bastante la presión del viento, los contendientes no alcanzaron a formular un estilo futbolístico que conformara o mejorase en el aspecto técnico. A los 5 m se produjo el segundo tanto de Playosa, cuando Servetti desde posición oblicua despidió fuerte disparo hacia el primer palo; Ezequiel Oliva intentó detener el balón, pero este se escapó a su control, penetrando en la valla en un rincón de la misma y luego saliendo su trayectoria hacia (por lo menos) dos metros de la línea de sentencia, donde Alexis Acosta la recibió y no tuvo inconvenientes en introducirla en el arco. De inmediato se produjeron protestas de los jugadores canarios, aduciendo que la pelota había entrado por la parte externa de la valla luego de la contención parcial del golero. El árbitro Correa consultó con el juez de línea, quien convalidó la conquista de Playosa, y dejando para la polémica la certificación real del gol playosense, en jugada rápida que sorprendió a todos.

Como era de prever, el visitante salió dispuesto a conseguir la igualdad, mientras que el Albo fue perdiendo nivel de juego luego del gol de Acosta. A los 11 m el huésped capitalizó un descuido defensivo del local, receptando Walter Ledesma un pase en profundidad de Iván Moyano, y cuando enfrentó a Garetto lo derrotó con disparo cruzado, marcando equilibrio en las cifras que sería definitivo. Hubo otra situación favorable al huésped a cargo de Morales, exigiendo una magnífica atajada de Garetto, cuando parecía un hecho la caída de su valla.

Después del empate, el partido cayó en continuos desaciertos, con intentos ofensivos de escaso relieve, con un estilo elemental y carente de ideas, sin tentativas de evolución certera por parte de los protagonistas. Aparte de ello, la tendencia negativa a cuestionar los fallos del árbitro y varios cortes en su desarrollo por lesión o actitudes fingidas, pusieron un concepto crítico a la sección final del encuentro. Playosa intentó, pero no pudo, buscando todo a través de pelotazos improductivos o remates de larga distancia que no inquietaron a Ezequiel Oliva.

Posteriormente, el silbato del árbitro marcó el final de un partido disputado en condiciones meteorológicas desfavorables, pero donde los jugadores aportaron muy poco para variar y mejorar la tesitura cuestionable de su desarrollo. El dos a dos final puede considerarse justo, dentro de un mediocre trámite y disputa, que en el valor estadístico recién tendrá resolución dentro de siete días, con el enfrentamiento en Silvio Pellico.

 

La figura

Iván Moyano. Asumió su función como organizador del medio juego canario, con correcto criterio y ubicación. Marcó el gol del empate parcial y cuando debió intervenir ante situaciones riesgosas lo mostró con prestancia y siempre con la actitud pragmática de mandar a sus compañeros hacia posiciones ofensivas. Buena gestión en la totalidad del encuentro.

 

El árbitro

Jonathan Correa. Regular actuación. Frenó en muchas ocasiones el desarrollo del cotejo para dar indicaciones o para atender conductas fingidas de algunos jugadores. En el segundo período debió adicionar por lo menos cinco minutos más, por las veces que el juego estuvo detenido. En el segundo gol de Playosa, consultó con su colaborador ante las protestas de los jugadores visitantes, decidiendo luego certificar la conquista alba.