Nació el 12 de septiembre de 1948 en San Juan, donde vivió su infancia y adolescencia. Bioquímica, dos hijos, cinco nietos. Fue diputada nacional por San Juan de 1983 a 1987. En 1999 asumió la titularidad de la Secretaría General de la Provincia de Córdoba, impulsó la creación del Consejo Provincial de la mujer y lo presidió durante dos mandatos. Fue concejala de la ciudad de Córdoba de 2007 a 2015, tras postularse para la Intendencia. Ocupó diversos cargos partidarios en el peronismo y es la autora de la ley de igualdad vigente en la provincia desde el año 2000. En 2015 se presentó a las elecciones municipales de Córdoba capital secundando a Luis Juez. Hoy es la conductora del espacio “Fuerza de la gente”.
Escribe: Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION
Acción, coraje, perseverancia, fe. Palabras que tienen un profundo significado para una mujer que en su momento tuvo la cuota de poder necesaria para realizar transformaciones en determinadas áreas del Estado provincial e impulsar leyes que tienen su sello y forman parte de la historia cordobesa. Militante tenaz desde la adolescencia y de fuerte personalidad que supo acompañar codo a codo a José Manuel de la Sota hasta que el matrimonio se disolvió. Olga Riutort pagó un alto precio por su enfrentamiento con el poder, pero no bajó los brazos. Siguió haciendo lo que aprendió en su hogar: trabajar, comprometerse, hablar claro y soñar que todo es posible con la fuerza de la gente.
Una luchadora sin tregua.
-Uno de los temas que ha sido prioritario en su vida es la militancia social, ¿qué pasó que con tantos años de gobiernos peronistas no se pudo solucionar la pobreza y hoy estamos a nivel nacional en un índice mayor al 30%?
-Creo que es una autocrítica que deben hacerse todos los dirigentes, incluida la que habla, porque me parece que trasciende una posición ideológica. La pobreza ha formado parte del discurso de toda la dirigencia y de todos los candidatos en las elecciones, y que después pensamos sólo en paliativos: planes sociales.
Como peronista me duele, porque el peronismo nació como cultura del trabajo. Perón dijo hay que producir lo que consumís, el trabajo dignifica, el trabajo y el salario es la única manera de redistribuir riqueza.
He visto pasar gobiernos nuestros y gobiernos que no son nuestros y cada vez tenemos más planes sociales. En una disertación en una universidad local estaban exponiendo que la Nación tiene en vigencia 37 planes sociales, más 91 la provincia, todo en gasto social.
-¿Y en nuestra provincia?
-En esta provincia que hace casi veinte años que gobierna el mismo color político la pobreza, lejos de disminuir, ha crecido y el Gobierno en vez de tener menos planes sociales, parece que los planes sociales vienen para quedarse.
Y esto lo que te está marcando es que no hay una etapa de evaluación de los planes, los seguimos repitiendo, no estamos diciendo tenemos cuatro años de este plan y cuántos incluimos al sistema.
No nos tomamos el trabajo de medir qué plan dio resultado. Si no dio resultado en un período de tres o cuatro años lo demos de baja e intentemos otra cosa.
Pero todo esto está metido en el marco de cuál es el modelo productivo que tenemos, todo el mundo habla de generar trabajo, pero si no se generan las condiciones. El Gobierno nacional le puede echar la culpa al anterior, pero el Gobierno local no le puede echar la culpa a nadie.
-No existen medidas concretas para generar trabajo.
-No hay una sola disminución de la presión tributaria para las pequeñas y medianas empresas que son de trabajo masivo, en las grandes empresas también sienten el peso no sólo del Gobierno nacional sino del local, si no hay incentivos para que el que tenga capital en vez de ponerlo en el circuito financiero lo ponga en el circuito productivo ¿de dónde va a aparecer el trabajo? No va a llover del cielo. Hay un doble discurso, un discurso que decimos trabajo y salario porque son dignificadores de la realidad humana, y tenemos en paralelo un modelo de recaudación que pone el pie en el acelerador apretando cada vez más al que tiene capital.
Creo que esta es la contradicción que hay en la dirigencia y que trasciende la ideología de los partidos políticos.
-¿Por qué no se pueden solucionar esas contradicciones?
-Siquiera tuviera yo la solución (sonríe), creo que hay un principio y que siempre lo urgente tapa lo importante. Lo importante es tener un modelo productivo, si quiero que aparezca el trabajo tengo que disminuir la presión fiscal y tengo que dar algunos ganchos para que el capital venga a invertir.
Y esto por qué no aparece, porque lo urgente de recaudar para pagar un Estado cada vez más grande, más elefantiásico hace que si yo disminuyo no puedo pagar salarios ni puedo coparticipar lo que acabo de acordar con todos los gobernadores, toda una política de un discurso federal o pseudo federal. Mirá lo que pasa con Ganancias, no pueden cumplir lo que prometieron en la campaña.
Entonces, lo que creo es o tomamos la decisión sí o sí de que el ser humano es el eje más importante de cualquier diseño, de cualquier política y su realización es lo que nos va a dar la realización de la sociedad que integramos como seres humanos y nos preocupamos porque aparezca el trabajo o de verdad seguiremos en un círculo vicioso de discusión en discusión.
Y creo que si no hay activación de la producción no hay trabajo, no hay salario. Entonces planes, planes, más verso, más excusas.
-¿Cuál es su análisis sobre la crisis que atraviesa el peronismo?
-El peronismo está en crisis, así como el radicalismo, desde hace varios años. De hecho así como el radicalismo tiene su expresión hoy, en Cambiemos un sector, en el massismo hay otro sector, en el kirchnerismo otro sector, en el peronismo pasa lo mismo.
Hay un peronismo que está en el massismo, otro en el kirchnerismo y otro que es el que abarca lo que hoy es el PJ nacional, que son los gobernadores y el aparato partidario.
Le digo aparato porque está en plena discusión quienes serán los nuevos líderes o como se reorganiza. Y creo que las crisis tanto del radicalismo como del peronismo pasan porque hoy todavía no se han afianzado liderazgos importantes y aquellos que fueron los principios fundadores del justicialismo se dividen y se está discutiendo cómo se distribuye el poder, pero no se está debatiendo internamente cómo a la luz de esos principios doctrinarios nosotros podemos hacer una propuesta partidaria, movimientista y de plataforma de Gobierno.
-¿En qué se transformaron los partidos políticos, de acuerdo a su criterio?
-Se han transformado en el escalón que permite acceder al poder, pero no importa qué van hacer con el gobierno, por eso la gente vota cada vez a las personas y no le importa cuál es el partido.
Porque en la práctica se ha demostrado que no importan cuáles fueron los ideales o las diferencias ideológicas en los partidos, porque cuando llegaban uno se iba para un lado, otro se iba para el otro, porque no hay plataformas creíbles.
Entonces la gente vota por la cara del candidato, quien puede ser más honesto, si puede cumplir algo más, si miente más o miente menos.
Y esta es la crisis profunda de todos los partidos políticos, excepto de los chiquitos que por ser chiquitos se juntan y pueden solucionar sus problemas internos más rápido que los grandes.
Pero yo no creo que sea un problema de fácil resolución, va a llevar mucho tiempo en generar liderazgos, en democratizar los partidos. Se han cerrado las puertas al debate ideológico y el poder, por el poder mismo, es el que manda de arriba para abajo.
No hay una correa de transmisión de la gente al partido político. No hay ningún tipo de discusión.
-¿Se siente contenida por el peronismo?
-Si vos me preguntás cuál es el peronismo que a mí me contiene, yo no siento ninguno.
No siento el peronismo como tal, como debate, como esencia, como esta posición filosófica de decir somos esencialmente cristianos y humanistas y el eje de toda política debe ser la realización del ser humano en función social, no lo sentís. No está ese debate
Dicen la gente está participando cada vez menos, pero no hay por dónde participar, las puertas están cerradas. Y esto le está pasando a los partidos políticos y cada grupo va buscando dónde se pueden sentir más cómodos.
Por eso los partidos se han atomizado y hay veinte líneas y veinte propuestas.
-¿Adónde nos conduce esta situación, observa que haya algún regreso a las fuentes?
-No sé, creo que toda época de crisis institucionales cuando tocan fondo es cuando empiezan abrirse los caminos y las posibles soluciones. Lo que no podría decirte es si aquí van a renacer los partidos tradicionales renovados, con debate y remplazo de dirigencia o van a aparecer nuevos partidos. No lo sé.
Porque también la manera de relacionarse está cambiando, antes era el boca-oreja, ahora son las redes sociales lo que más conecta a la gente o sea que esta manera distinta en que nos estamos relacionando creo que va a tener influencia en cuáles son las cosas o las organizaciones que van a dar a luz los nuevos dirigentes a través de nuevos mecanismo.
-¿Cómo se siente ahora que está en una pausa de cargos políticos, qué está haciendo?
-Nosotros seguimos trabajando en la ciudad de Córdoba con nuestra estructura, tenemos una fundación que tiene talleres de oficios y tenemos dentro un instituto de investigación donde desarrollamos los temas que más nos preocupan y con propuestas alternativas al Gobierno.
Investigamos mucho, hace muchos años que estamos en esta ciudad y eso lo sigo haciendo, me reúno cada quince días con el bloque de los concejales para ir planteando soluciones a los problemas de la ciudad y siento que tengo más tiempo porque no tengo que estar todos los días en el Concejo.
Pero seguimos con las mismas ganas, las mismas energías y estamos viendo la posibilidad de ser una alternativa para 2019.
-No dejó de lado el sueño de ser intendente de Córdoba.
-(Se ríe). Creo que nunca lo voy a dejar.
-¿Gobernadora podría ser?, hasta ahora no tuvimos ninguna mujer
-(Risas). Ni se me ocurrió nunca, pero en la ciudad sí.
-Además de la fundación y su faz política, en lo personal ¿de qué manera está viviendo esta etapa?
-Muy bien, estoy en una etapa en que los hijos se criaron, tengo nietos y el rol de abuela es muy distinto al de mamá. Es más irresponsable te diría yo y uno disfruta, es una época de disfrute.
Estoy pasando por una etapa de la vida muy linda.
-Hay un emprendimiento en San Juan también…
-Sí, hace muchos años que lo tengo, la miel, las aromáticas, nosotros hacemos cedro, lavanda, orégano, estragón todas esas cosas y le agregamos con mi hermano una hectárea y media de Malbec que salió muy bueno y ya es el tercer año que producimos vinos de altura con una bodega que hay ahí mismo en Barreal y que acabamos de obtener un premio lindo, Medalla de Oro al Malbec de altura y eso gusta.
Es un hobby que tenemos y nos da muchas satisfacciones.
-¿En su infancia ya pintaba como dirigente política?
-No creo, nos hemos criado en una familia, tengo un hermano mayor y uno menor, con mi padre que ha tenido los veinte oficios, tenía bar, fue lechero, taxista, albañil, todo, nosotros siempre lo cargábamos y le decíamos que tenía los catorce oficios y las 21 necesidades.
Mi mamá fue modista de alta costura, se dedicaba a vestidos de novias y tenía academia de corte y confección. Y era muy inquieta y aprendía a pintar, a hacer sombreros, tenía todos los oficios ligados a ese arte.
Y nos criamos en un ambiente de trabajo, mis cuatro abuelos españoles, hasta que nos hicimos nuestra casa en la finca de mis abuelos.
Creo que eso nos marcó bastante en la contracción al trabajo, en ser responsables, en estudiar. Y cuando estudiaba en la primaria como toda niña te mandan a bailar, a declamación, esas cosas y después en la secundaria fui a la escuela de arte, fui a aprender dibujo, pintura, hacer títeres y ahí me fui a estudiar San Luis, partí con el teatro de títeres y empecé con esta vocación social.
Ahí entramos a un Colegio Mayor a vivir con un grupo de chicas y había un cura tercermundista y empezamos a acompañarlo a las villas. Como yo aprendí a coser, porque mi mamá nos metía a todas las primas a coser “porque la vida, hija, no sabés qué te puede deparar”, empecé a enseñar a coser y a formarme como un cuadro social.
-¿En su casa se hablaba de política?
-No, mi mamá le tenía un miedo terrible, en esa época, me acuerdo que me decía “los comunistas lavan el cerebro y a vos te están lavando el cerebro” (sonríe). Era una confusión que tenía porque como todos los españoles todo era trabajo. No había que perder el tiempo, había que trabajar y poder subsistir y entonces no había debate político.
Y la única mujer y metida en la política mi papá tuvo mucho miedo y mi mamá también. Me combatieron bastante esta actividad.
Nunca dejé de estudiar, siempre fui buena alumna porque sabía que la plata venía de mucho sacrificio. En ese sentido, nunca pudieron reprocharme nada.
Pero siempre me iban a visitar a San Luis, mi papá, mi mamá, mi padrino, y era ver que estaba mucha gente en mi casa y eran todos de la política y mi mamá se enfermaba y sufría, realmente sufría con esta actividad política, yo ya era ayudante de cátedra, trabajaba en Bromatología en la Municipalidad, o sea que me autoabastecía pero mi mamá tenía pánico a estas cosas.
-¿Y se le pasó el pánico y aceptó su vocación?
-Recién cuando se muere Perón. Una semana antes que se muriera Perón me mandan a Cuba, se abre la apertura al bloque y partimos una delegación de empresarios y de jóvenes y por esas cosas de la vida me tocó a mí y a una rosarina ir con esa delegación, le llevamos a Fidel un auto blanco de regalo que mandaba el General, estábamos todos muy emocionados y estando en Cuba se muere Perón.
Y como éramos de la Juventud, los empresarios se volvieron, pero nosotros nos quedamos sin un peso y nos costó muchísimo volver. Cuando a mi mamá le dije que me iba a Cuba imagínate, pensó “le terminan de lavar el cerebro a mi hija” (se ríe), sufrió mucho, pero cuando vinimos y vio lo mal que yo estaba, porque era como si se hubiera muerto un familiar muy cercano, estaba muy triste de verdad con la muerte de Perón y mi mamá y mi papá fueron a verme a San Luis y ahí mi mamá se dio cuenta lo que yo sentía por el peronismo y lo que era la política para mí y desde ese día nunca más discutimos por diferencias políticas.
Ahí mi mamá entendió que esto no era el comunismo ni el lavado de cerebro ni esas cosas que tenía en su imaginación, ahí nos reconciliamos la familia y mi actividad política, que fue paralela siempre a la profesión y al estudio.
-¿Quiénes la acercaron a la militancia?
-Empecé con el cura Beltrán del Colegio Mayor, en la universidad empezamos con el movimiento del integralismo, después apareció el movimiento nacional universitario peronista y después vino la discusión que se abre en la Juventud, Montoneros por un lado y nosotros quedamos por el otro. Me tocó vivir esa etapa de los años 70, en donde del integralismo decidí afiliarme al peronismo y la única diferencia es que de los cuadros de la universidad fui la única que por el trabajo territorial hice actividad político-partidaria.
Y entonces mientras estudiaba fui secretaria política y delegada de la Mujer de San Luis al Congreso nacional. Eso me diferenciaba de los cuadros universitarios, yo era más territorial y participaba en el Partido Justicialista.
Y ahí tuve la suerte de encontrar sobre todo en las mujeres grandes, una enseñanza, aprendí una barbaridad. Te estoy hablando de la época de Antún, Saadi, en donde nosotros nos planteábamos cómo cambiar esa dirigencia tan cerrada a la que nosotros le decíamos los capataces de estancia.
Y era la época en que discutíamos la renovación del peronismo.
-¿Por qué la decisión fue estudiar en San Luis?
-En realidad yo me quería venir a Córdoba a estudiar Medicina. Pero yo tenía un novio en esa época, mi primer novio, que se había venido a Córdoba a estudiar. Mi mamá imagínate dijo “no, que van a decir los vecinos que te vas a estudiar donde está tu novio”. En ese momento era muy mal visto, entonces pensé que es lo que está más ligado, fue la Bioquímica, a mí me gustaban las ciencias biológicas, las ciencias exactas y entonces viajamos a San Luis, y ahí empezó mi vida.
Encontré este rumbo, se fue dando la participación en los barrios humildes.
-Siempre fue aguerrida, con mucho coraje
(Sonríe). Sí, creo que es una característica de la personalidad.
-¿Qué sentimientos tiene cuando ve que la ley de equidad de género, impulsada por usted en la provincia, hoy está en boga?
-A mí me hubiese gustado que la ley nacional saliera como salió en Córdoba, es decir con la posibilidad de que abarcara no sólo la categoría de legisladoras nacionales sino que abarcara las asociaciones profesionales y gremiales.
Nosotros pudimos meter todo lo que tenía el padrón electoral menos los sindicatos porque la ley es nacional.
Porque yo creo que eso posibilita la igualdad de oportunidades de llegar, después que llegaste podés demostrar tus capacidades porque si no llegás siempre ellos te están tomando examen a vos y a ellos no, porque lo natural es que ellos estén con o sin capacidad.
Eso es lo que me hubiera gustado de la ley nacional y lo que siento también es que en estos 16 años que existe la ley en Córdoba no se pudo llevar a ninguna otra provincia y hubo esfuerzos de mujeres por sacar esta ley, pero como priman en la Legislatura los varones nunca van a sacar una ley que les recorte el poder a sí mismos.
Porque hablar de una ley de igualdad de género significa para el varón decir me corro para que entren ellas. No pasó ni pasará por mucho tiempo.
-Usted sostiene que esta ley de igualdad es beneficiosa.
-Sí, es beneficiosa para la sociedad en su conjunto porque somos distintos, porque tenemos visiones distintas de como vemos la realidad y ese equilibrio nos va hacer una sociedad más madura. Porque no es el llegar por llegar, si sos mujer o sos varón, son miradas.
Yo siempre doy un ejemplo, cuando uno mira la sociedad donde se distribuye el trabajo está lleno de mujeres, asociaciones, cooperativas escolares, asociaciones en los hospitales, siempre está lleno de mujeres que hacen empanadas para juntar unos pesos porque falta gasa, faltan remedios o un pizarrón, porque faltan cosas, no hay ni un solo hombre ni contado con los dedos de la mano y cuando vas a distribuir poder está lleno de hombres.
Y eso por qué. Porque el mundo se fue modelando sólo con la visión masculina, si fuera natural que las mujeres participaran en igualdad de condiciones en los ámbitos donde se deciden las políticas, las políticas serían más equilibradas.
Todavía nos cuentan con los dedos de la mano, dicen de qué se quejan si hay dos por allá, cinco por allá, mirá el día que nosotros digamos de qué se quejan los hombres, fíjense hay uno acá, otro allá. Esto es lo que hay que revertir.
-Se ha progresado en parte…
-Hemos progresado mucho sí, falta mucho sí. Ahora, cuándo llegará ese día en que no hagan falta contar cuántas mujeres hay y en qué puestos.
Según datos de la ONU, en el mundo solamente el 19% de los cargos ministeriales están ocupados por mujeres y aquí pasa lo mismo.
Cuando vos analizás, las mujeres son las que egresan en mayor porcentaje de las universidades, son los mejores promedios, y sin embargo no las ves en los cargos gerenciales, en los cargos de directores, ¿cuántas ministras tenemos?
Las mujeres son capaces, por supuesto. Somos diferentes pero no menos inteligentes que es muy distinto.
-¿Cuáles son los logros que le dieron mayor satisfacción en los cargos ejecutivos?
-Varias cosas, como secretaria general creo que haber generado espacios independientes en lo que fueron las agencias de cultura, turismo, deporte, medio ambiente. Creo que eso cambió en profundidad lo que fue la vida para esos ámbitos. Se avanzó muchísimo.
Y en el Consejo de la Mujer creo que fue un acierto haber iniciado el primer programa de violencia contra las mujeres y niños, permitió abrir una discusión y poner en el tapete lo que era la violencia sexual contra la mujer, niñas y niños. Y haber creado la primera Unidad Judicial de la Mujer y dio origen a la ley de violencia en la provincia, creo que fue un avance, queda mucho camino por recorrer.
Es muy triste que el Consejo de la Mujer que antes tenía una independencia para que los cambios de gobierno no influyeran, hoy se haya transformado en una institución más del gobierno de turno. Eso me pareció que fue un error o un retroceso porque la mirada si no es transversal y es vertical nunca va a descubrir los problemas reales, que son culturales.
-¿Los momentos más duros en su vida?
-Han habido varios te digo (sonríe). Creo que cuando se nos echó, no sé si el verbo correcto es “echar”, del Consejo de la Mujer. A mí personalmente me dolió mucho porque yo sentía que estábamos abriendo una puerta de participación que trascendía todas las diferencias políticas partidarias.
Era un ámbito de discusión muy positivo y muy abierto a la comunidad.
Y el otro, en mi vida privada, la separación con José (Manuel de la Sota), que obviamente le duele a cualquier ser humano cómo fueron esas circunstancias.
Pero bueno, ya pasó, se amortizó, todo pasa en la vida (sonríe), como decía mi abuela “en dos años se te pasa, te mueras o te separas en dos años se supera” (risas).
Y después la muerte de mi abuela y de mi padre. Creo que esos fueron los momentos más dolorosos.
-¿Qué espacio ocupó el amor en su vida?
El que ocupa en cualquier mujer, una mujer cuando se enamora, se enamora. Yo me he enamorado dos veces en mi vida y creo que lo viví con la intensidad que me caracteriza. Así como cuando no va corto y digo chau, hasta luego y a otra cosa mariposa, al amor lo viví intensamente.
-¿En la faceta de dirigente política se arrepiente de algo?
-Tal vez en lo que me arrepienta es de la decisión que tomé en la última elección. Creo que así lo reconoce Luis Juez. Cuando veníamos con una muy buena posibilidad electoral, tal vez de ganar las elecciones, cuando Juez viene y dice no te vamos a apoyar, yo quiero presentarme también y ahí sentí que íbamos a dividir tanto la oposición que íbamos hacerle el juego a que ganara (Ramón) Mestre.
Y ahí se dio esa decisión de pensar me tengo que correr y ayudar a otro, y ese que fue un acto de humildad, entre comillas, fue un error, un error que también lo reconoció Luis.
Me parece que la gente, que creía en mí, sintió que defraudé una expectativa.
Y después, seguro que hubo veinte errores, pero es la vida.
-¿Puede definir su relación con el peronismo cordobés?
-Es inexistente. Hace mucho tiempo, desde que pasó lo que pasó, no hemos tenido relaciones con el peronismo cordobés. Es más, mi sensación es que el peronismo cordobés siempre trató de coartar nuestra posibilidad de gobernar la ciudad y por eso hubo inventos electorales y pactos con el adversario político.
Lo de Mestre, en sus dos oportunidades, fue un arreglo con el Gobierno provincial, desde que se dividieran las elecciones hasta poner en el peronismo cualquier candidato.
Uno no puede pensar que los dirigentes del peronismo se van a equivocar tan feo de poner un candidato que no mida, porque es trabajar para el adversario y eso fue acordado con Mestre a cambio de separar elecciones, garantizar resultados provinciales con legislaturas ad hoc, a cambio de regalar la ciudad y son cosas que se comprobaron que son así.
Pero esto es así, este es el juego, ellos tienen el poder y si yo creo que puedo aportarle cosas a la ciudad sé que me enfrento con eso, no soy ingenua, me estoy enfrentando al poder.
Creo en lo que hago, en lo que digo pero es la gente la que vota y será la gente la que decida nuestra posibilidad o no de gobernar la ciudad. Yo no pierdo las esperanzas y soy muy perseverante.
-¿Alguna aunque sea lejana posibilidad de retornar al peronismo?
-Lo que pasa es que la pregunta es ¿cuál es el peronismo? Cuando uno escucha al gobernador con sus discursos tan pro Macri dice por dónde pasa hoy el peronismo. El exgobernador era pro Massa y ahora está diciendo que va hacer lo que diga Schiaretti.
Entonces hay otras preguntas ¿cuál peronismo, dónde está el peronismo?
Estamos en planteos de poder, pero no de discusión de qué es y por dónde pasa el peronismo.
El peronismo de Córdoba tiene estas circunstancias hoy, hubo un momento en que no se sabía si se cerraba el acuerdo con Mestre o no, Schiaretti me llamó y yo me sentí complacida, pensé que por fin se podía dar una chance real de gobernar la ciudad pero cuando se cierra el acuerdo y se separan las elecciones ya no nos necesitaron y nos cortaron el teléfono.
Entonces, esa es la realidad.
-¿Con Eduardo Accastello hubo algún contacto?
-Me llamó una vez cuando iba a ser candidato a gobernador y me preguntó si quería ser su candidata a intendente y le dije que no.
-El tema de la corrupción está en plena ebullición
-El tema de la corrupción es un tema cultural que ha atravesado todos los gobiernos, pasa que hoy ocurrieron dos o tres cosas muy grandes entonces le estamos dando con el zapato a un solo lugar porque tal vez es rédito mediático.
La corrupción es un tema de la sociedad toda, no es que se pueda cambiar por una u otra, es inherente al ser humano. Si nosotros no analizamos de verdad cuáles son las instituciones de control, que tenemos muchas, pero resulta que la estructura del poder hace que se tenga la mayoría automática.
Los organismos que auditan al poder son todos del mismo color político y entre bueyes no hay cornadas, entonces es muy difícil erradicar la corrupción. Y no es que la corrupción esté en la política, está en la sociedad porque quienes eligen los dirigentes y los gobernantes son los ciudadanos.
-¿Hay salida?
-Si no empezamos a definir qué es la política, si no es la vocación para trabajar por el bien común, y decimos son todos corruptos lo que estamos haciendo es que no haya participación.
Para que el acto de corrupción se materialice necesito un corrupto de la sociedad, ya sea un empresario, ya sea un profesional porque si no el acto no se produce. Hoy estamos en un pico mediático de haber descubierto dos o tres hechos grandes, pero yo tengo memoria y me acuerdo de los pollos de Mazorín, de los guardapolvos de Bauzá, hay veinte actos de corrupción y resulta que los jueces son los mismos de siempre, entonces ¿por qué hoy se han despertado?
La sociedad está necesitando ejemplos que si hubo hechos de corrupción se demuestren y vayan presos los que tengan que ir presos.
Pero es como que hacen grandes globos y denuncias, no terminan presos y entonces la gente dice en este país nunca pasa nada, los políticos arreglan todo.
Hay que rediscutir cómo hacemos para ir generando valores que empiezan desde la familia, desde la educación para que el ser humano no sea corrupto.
No se puede tomar con liviandad, pero comparto que si la gente no ve a alguien preso se bastardea todo, el Poder Judicial, el Legislativo, el Ejecutivo, los órganos de control.
-¿El sueño hoy?
-Con tranquilidad poder construir una alternativa de gobierno para la ciudad, hay que seguir trabajando.
Opiniones
Mauricio Macri
Presidente de los argentinos.
Juan Schiaretti
Gobernador de los cordobeses (sonríe), los dos con el voto de la gente.
Martín Gill
Lo conozco, me parece muy inteligente y creo por la gente con la que yo hablo de Villa María, más allá de si hubo o no corrupción, la gente aplaude la gestión municipal.
Por lo que dicen, Gill está haciendo buena gestión también.
Me divierte
Jugar con mis nietos, jugar a la canasta, ir al teatro, bailar.
Me entristece
La pobreza, tener problemas familiares.
Me encanta
El domingo en familia.
Me enoja
Muchas cosas, la mentira, la traición, la ineficiencia.
Me gusta
Cocinar, el jardín, decorar.