Por primera vez, una familia argentina clonó a su perro muerto. El titular de la empresa que representa a un laboratorio surcoreano se considera amante de los canes y habló del procedimiento. ¿Cuánto cuesta? Entre 60 mil y 100 mil dólares
La pérdida de un perro es una sensación difícil de superar, a tal punto que hay personas que darían cualquier cosa por recuperar a esa mascota que los acompañó durante tantos años.
Ese sentimiento aquejó a una familia porteña, que para paliar el sufrimiento decidió recurrir a un procedimiento hasta el momento inédito en la Argentina: la clonación del animal fallecido.
Para obtener una reproducción de su perro, de nombre Anthony, el grupo familiar -cuya identidad no trascendió- se acercó a la firma argentina BIOCAN, única representante en Latinoamérica de Sooam Biotech Research Foundation, un laboratorio con sede en la capital de Corea del Sur que lleva registrados unos mil procedimientos con éxito.
BIOCAN brinda asistencia desde la logística, la gestación, el nacimiento y hasta la tenencia del animal, en un proceso tiene una duración total de nueve meses.
“Un veterinario se encarga de extraer el tejido epitelial (de la piel) y ese material lo llevamos al laboratorio de la Facultad de Agronomía para que se realice la reproducción celular”, explicó Daniel Jacoby, director de la empresa.
“Una vez que las células están formadas se depositan en tubos con nitrógeno líquido, se las envía a Corea del Sur, donde se eligen las mejores células para iniciar el proceso de clonación”, completó Jacoby.
El proceso está basado en el Somatic Cell Nuclear Transfer (SCNT), que consiste en la extracción del núcleo de una célula somática (no sexual), que es transferida a un óvulo al que se le suprime su material genético. El embrión obtenido se introduce en una hembra que lo gesta.
El experto detalló que se obtienen un total de 24 muestras: se envían 18 y las 6 restantes se colocan en un banco de células “por cualquier inconveniente”.
“En Corea del Sur se eligen las células más aptas. Y se cuenta con la ayuda de dos perras: una dona el óvulo al que se le extrae el núcleo para introducir el del animal a clonar, que es el portador de la carga genética. Ese óvulo va a otra perra que es útero donante, en donde se va a desarrollar el embrión”, indicó Jacoby.
El precio puede variar entre 60 mil y 100 mil dólares, según la raza y la complejidad. La extracción del tejido epitelial se puede iniciar dentro de las 72 horas posteriores al fallecimiento del animal; si bien en algunos casos el lapso se prolongó a 15 días, lo recomendable es no superar las tres jornadas.
Jacoby, el creador
Daniel Jacoby, el dueño de la compañía argentina, creada el año pasado, se considera amante de los perros y se interesó en la temática en 2005, cuando nació Snupy, el primer perro clonado por científicos de la Universidad Nacional de Seúl, tal como detalló el diario La Nación en los últimos días.
En diálogo con ese medio, Jacoby cuenta sobre el papel de biólogos y veterinarios de la Facultad de Agronomía en el procedimiento, que se realiza en su mayor parte en el laboratorio surcoreano Biotech Research Foundation. Y defiende el tratamiento, cuestionado por los posibles riesgos para los animales clonados.
-¿Quiénes conforman Biocan?
-Yo soy el gerente general, y después está el grupo de biólogos y veterinarios, muchos de los cuales están en la Facultad de Agronomía, que son parte del proyecto. Entre ellos, Daniel Salomone, el director del Departamento de Reproducción Animal de Veterinaria, nombrado hace poco presidente de un área del Conicet.
-¿Cuándo, cómo y por qué se asociaron con el laboratorio surcoreano?
-Todo fue un proceso muy lento, desde julio del año pasado, cuando comencé a investigar el tema de las clonaciones. Ya lo había hecho en 2006, más o menos, cuando se clonó el primer perro, que se llama Snoopy. A mí siempre me gustaron los perros. A raíz de charlas y comentarios con amigos biólogos comenzamos a introducirnos con el tema en firme, empecé conectándome con Biotech. Tuve que viajar a conectarme con ellos y llegamos a un acuerdo fantástico, con una recepción fenomenal y se comenzó a generar Biocan. En ese interín, un biólogo del grupo nos presentó a una familia que quería clonar un can. Logramos clonarlo y ahora estamos por trasladarlo a la Argentina.
-¿Le pagan a Agronomía?
-No, pero sí a Daniel Salomone, que trabaja con nosotros.
-¿Cuál es su profesión?
-Yo no soy ni biólogo ni veterinario. Estoy reunido con un grupo de biólogos y veterinarios. Soy la persona que inició todo esto y lo culminó con el laboratorio cerrando todos los tratos correspondientes.
-¿Hay una parte de investigación?
-Biocan es una empresa privada, obviamente, que tiene que ver con la asistencia para todas las familias que quieran clonar a su can, a quien aman y quieren y quieren perpetuarlo en el tiempo y el espacio. Eso es lo que hacemos nosotros, darle toda la asistencia, psicológica, de contención, de cuidado, como toda la información correspondiente mientras se realiza la clonación. Porque no dura tres meses sino de siete a ocho meses. Es un proceso muy largo, con alto grado de eficacia. Trabajamos también con animales en extinción, eso lo hizo Salomone en su momento. Tiene varias aristas, pero Biocan está dedicada a los canes.
-¿Por qué dice que el acuerdo con el laboratorio fue tan bueno?
-Por la parte contractual, tenemos exclusividad para toda América latina.
-¿Tienen nuevos pedidos?
-Recién comenzamos.
-¿El animal clonado puede tener problemas?
-No tiene por qué. La vieja oveja Dolly tenía algunos problemitas de envejecimiento, pero esto fue en 1995 y el sistema se fue depurando. Hoy por hoy tenemos más de 1000 canes clonados en todo el mundo. En EE.UU., en Japón, en México. Y todos los perros gozan de excelente salud. Obviamente tienen el mismo tiempo de vida que cualquier can del planeta Tierra.
-¿Hay otras empresas que se dediquen a esto?
-El laboratorio de Corea del Sur es el único. Es muy pero muy difícil lograr la clonación canina. Es distinto que con otros animales, hay un procedimiento con los canes que con los caballos no se requiere. Con las vacas tampoco. Y no todos los mamíferos tienen la complejidad que tienen los canes. Pero el detalle del procedimiento es un secreto de Biotech.
-¿Por qué sale 100 mil dólares?
-Son ocho meses de trabajo. Por eso los precios. El primer can clonado, Snoopy, salió 150 mil euros. Después fue bajando y hoy está en 60 mil a 100 mil, dependiendo de los servicios que requiera el cliente.
-¿Qué les contesta a quienes critican el procedimiento alegando que con ese dinero se podría salvar a perros que ya existen?
-Tengo un montón de comentarios a favor y otros que plantean estas cosas. Una cosa no quita la otra. Yo puedo clonar tres canes y tener perros de la calle. Una cosa no impide la otra. Si no, te cerrás. Vos podés hacer esto y lo otro. Es lo mismo que tener un hijo y querer adoptar. El tener un hijo no te impide adoptar.
-¿Clonó a su propio perro?
-No, nunca.
-¿Lo haría?
-Por supuesto.
-¿Cuántos perros tiene?
-Tengo dos perros de la calle. Uno levantado en la ruta de Córdoba, y el otro de una institución militar donde los iban a matar y yo rescaté a uno, por lo menos. Panchito es el más viejito, tiene 10 años. Y Cielo tiene 3.