Romina Bachetti es microbióloga y desde 2011 desarrolla su beca doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en los laboratorios de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), en una línea de investigación que dirige la doctora Carolina Morgante.
Aunque obtendrá el título de Doctora en Ciencias Biológicas otorgado por la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), tomó la decisión de elegir a la UNVM como espacio de trabajo diario. Allí investiga sobre la atrazina en cuerpos de agua superficiales y su biorremediación.
Esta joven, que obtuvo su título de grado en 2010 en la casa de altos estudios del sur cordobés y que se desempeña como docente en la Licenciatura en Optica Oftálmica, explica con artes de pedagoga el objeto de su investigación. Se trata de un estudio sobre diversos cursos de agua, ya sean ríos, arroyos o canales, de la provincia para detectar la presencia de atrazina, un herbicida de uso muy común en las plantaciones de maíz.
La investigación apunta fundamentalmente a encontrar un mecanismo de biorremediación, es decir, aislar e identificar bacterias que utilicen este compuesto como nutriente y de esta forma, lo eliminen o reduzcan fuertemente su presencia en el ambiente.
No se han detectado grandes concentraciones de atrazina en el agua de los diversos cursos analizados. Si bien las concentraciones son muy bajas para provocar daños directos en la salud humana. “El compuesto llega principalmente transportado por el agua de lluvia, ese es el principal mecanismo. Se ha detectado su presencia en concentraciones muy bajas y los cursos de agua superficial tienen una capacidad de dilución muy rápida. Llega, sobre todo en el período de aplicación del herbicida, que coincide con el período de mayores precipitaciones en la región, pero luego se diluye. Las bajas concentraciones en las que se detecta no serían nocivas para los seres humanos” explicó la becaria Conicet.
“Mi tesis doctoral, que está en su etapa final, apunta a la biorremediación de atrazina en el ambiente porque si bien en cuerpos de agua superficial las concentraciones son muy bajas, probablemente en otros ambientes o en otras situaciones se pueden ocasionar derrames accidentales o vertidos de altas concentraciones del compuesto que sí requieran su biorremediación”, especificó.