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Estudiantes instan a desnaturalizar la desigualdad y desterrar prejuicios

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Estudiantes instan a desnaturalizar la desigualdad y desterrar prejuicios
Los chicos y chicas dijeron que "a pocos pasos de nosotros hay otros mundos"

Desde junio abordaron la temática de la desigualdad. Indicaron que es notoria la desigualdad cultural y económica y consideran que hay que terminar con la idea de que no puede haber un cambio

Los chicos y chicas dijeron que «a pocos pasos de nosotros hay otros mundos»

Algunos tienen 15 años, la mayoría 16, son adolescentes, cursan el Nivel Medio y han adquirido una fuerte conciencia social mirando a quien tienen al lado con perspectiva inclusiva.

Esto es lo que quedó en evidencia de una charla que EL DIARIO mantuvo con un cuarto año de Sociales del Instituto Secundario Bernardino Rivadavia (ISBR), en el marco del dictado de la asignatura Geografía, a cargo del profesor Luciano Pereyra.

En esa materia desde junio abordaron la desigualdad, cuyo estudio, análisis y reflexión hizo surgir infografías, fotografías, foros, encuestas y videos.

“Que se tenga la rebeldía de luchar”, señalaron en diálogo con EL DIARIO

Los chicos y chicas contaron a este medio todo lo que han vivenciado en este tiempo y cómo modificaron algunos pensamientos que tenían.

Por ejemplo, algunos comentaron que hacían comentarios despectivos hacia jóvenes de sectores socioeconómicos carenciados, algo que desterraron a raíz del citado trabajo.

Hicieron foco en contrastar el centro con la periferia. En un viaje que hicieron a Mendoza detectaron que allí la desigualdad es mayor que aquí. «Sólo con salir del hotel lo veíamos. Era pasar de un hotel muy lindo a un sector de casas pobres», comentó una adolescente.

En Villa Nueva hicieron un recorrido por los barrios La Floresta, La Reserva y el Portal de la Costa y se chocaron con realidades muy disímiles. Sobre todo, al ver un muro que separa al Portal de la Costa de La Floresta y que divide urbanamente dos sectores con características notablemente distintas. «En uno hay casas lindas, en el otro casas precarias, son vecinos pero separados por el muro», sintetizó un pibe.

No obstante, más allá de estos casos muy ilustrativos, advirtieron que la desigualdad «se observa en todos lados y en todas partes. Las más notorias son la cultural y la económica», apuntaron.

En este marco sostuvieron que «la brecha entre ricos y pobres es cada vez más grande» y aclararon que lo que hay que hacer es «no demonizar a ningún sector, sino interpretar la realidad y visibilizarla».

En ese sentido criticaron tanto los prejuicios hacia las personas en situación de pobreza como hacia aquellos que tienen riqueza económica. Cuestionaron la estigmatización de los chicos con gorra y también llamaron a desterrar la mirada de que «el rico es malo y el pobre es bueno». Es decir, instaron a ponerle un freno a todo tipo de prejuicios.

Los estudiantes confesaron que previo a este trabajo que llevó varios meses no eran «tan conscientes» de la desigualdad. «No pensábamos que era algo tan notorio, tan cercano», expresó una joven.

Muchos recalcaron que el cambio «empieza por uno mismo».

También hicieron especial referencia a lo que dejaron las distintas entrevistas que efectuaron. Por caso, que «las personas se tomaban como algo normal el hecho de que exista desigualdad».

Cuando este matutino les preguntó qué mensaje les gustaría dar a la sociedad, hablaron de la necesidad de «tomar conciencia».

«Sentemos cabeza. El cambio empieza por uno mismo», subrayó un pibe. Una compañera pidió «no cegar nuestra vista».

Dijeron que «a pocos pasos de nosotros hay otros mundos».

Reflexionaron que «no tenemos que ser individualistas» y que «el hecho de que exista desigualdad desde siempre no significa que tenga que seguir siendo así».

«Que se tenga la rebeldía de luchar», lanzaron, y hubo quien reflexionó que son «afortunados por tener una cama y una casa».