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Expusieron los problemas de la cuenca y proponen desafíos

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Expusieron los problemas de la cuenca y proponen desafíos
Tissera, en el medio, acompañado por otros miembros del equipo de investigación

Delimitar márgenes y línea de la ribera, recuperar vegetación y establecer un sistema de alerta temprana fueron algunas de las propuestas presentadas a raíz de la investigación 

 

Tissera, en el medio, acompañado por otros miembros del equipo de investigación
Tissera, en el medio, acompañado por otros miembros del equipo de investigación

El geólogo Germán Tissera, junto a parte del equipo de investigación, expuso ayer en el Parlamento de los Niños los avances, conclusiones y proyectos que arrojaron los resultados preliminares del estudio que hace más de un año llevan adelante sobre la cuenca del río Ctalamochita.

El trabajo, denominado “Evaluación preliminar de la cuenca del río Ctalamochita-Etapa final” se encuentra en su fase final, y se llevó a cabo “porque necesitamos conocer el estado actual de la cuenca para así empezar a planificar y sentar las bases del Proyecto de Gestión Integral de Recursos Hídricos, contó Tissera.

Durante la exposición, que se extendió durante más de dos horas, se brindaron detalles del estado actual de la cuenca, cómo se encuentran las aguas superficiales y subterráneas, los resultados de los análisis químicos sobre el río, entre otros detalles del trabajo de investigación.

Cabe destacar que Tissera plantea la necesidad de continuar, por lo menos, durante dos años más con el estudio y que “lo que damos son recomendaciones para trabajar de acá al futuro”.

 

Problemas y conclusiones

Tissera mostró en gráficos comparativos la recopilación de datos de los últimos 20 años sobre promedios de precipitaciones anuales, que como contrapartida de las de febrero de los últimos años en que se sufrieron las inundaciones, permitieron arribar a la conclusión que en ese mes se duplicaron los promedios de lluvias con respecto a la media de las últimas dos décadas. A raíz de esto, también mostró una comparación en el aumento de los caudales de distintos ríos.

En referencia a los problemas que detectaron en la cuenca, a la que redefinieron con una superficie de estudio de 3.824 km2, destacó que observaron una erosión de márgenes, por lo que instó a que “definir la línea de la ribera de manera urgente, lo que ya está hecho”. Hizo referencia a la falta de cobertura vegetal lo que puntualizó como importante porque la vegetación de la ribera y en sí en la cuenca protege del poder erosivo y tiene el poder de filtrar el impacto de la gota de lluvia.

Además destacó, y remarcó en varias ocasiones, que hay un déficit de información meteorológica, porque “si bien hay muchas estaciones, la mayoría son privadas y necesitamos hacer una red interconectada con ellos”.

A su vez, enfatizó que “la mayoría de las planificaciones urbanas tienen deficiencias y hay mucha infraestructura ubicada en sitios naturalmente anegables”.

Para graficar esto, mostró una foto del Archivo Histórico del puente negro de la primera década del Siglo XX en la que se observa que en ese momento tenía las ocho columnas en el río, y una imagen medianamente actual en la que se observa el corto tramo de este puente y el avance de infraestructura donde antes había agua.

Tissera hizo referencia concretamente al barrio Aguas Claras, en Villa Nueva, que está en pleno desarrollo a la vera del río. “Sobre ese sector del cauce, se hizo una acumulación de escombros, suponiendo que de esta forma se podía detener el avance del margen del río”. Contrariamente, indicó, lo que se hizo genera turbulencia en el agua y velocidad, por lo tanto, mayor poder erosivo, además le llamó la atención porque los escombros y lo que se arrojó son factibles de provocar contaminación.

Por otra parte, resaltó que a lo largo de la investigación “hemos visto muchos basurales a cielo abierto que están muy cerca del río, con el importante riesgo de contaminación que esto implica porque se encuentran en sectores anegables”.

 

Sistema de Alerta Temprana

El investigador planteó, entre otras propuestas de acciones a desarrollar, que hay que llevar adelante un Sistema de Alerta Temprana, porque “los eventos que sucedieron nos agarraron con el agua a las rodillas”, por lo que el objetivo de esto es prevenir y alertar. Para esto, plantea tres ejes en el sistema de alerta: amenaza, vulnerabilidad y riesgo.

“La amenaza es el peligro latente, la vulnerabilidad es la predisposición que tiene la población que se pueda ver afectada, y el riesgo es en función de la probabilidad de ocurrencia y la intensidad de la amenaza”, explicó, mientras que enfatizó que lo necesario sería que se planteen protocolos de acción para los distintos actores de la población para que en caso de que se dispare la alarma cada vecino sepa cómo responder, y planes específicos por sector, “porque las acciones individuales que cada vecino toma a veces pueden ser perjudiciales para el resto”.

 

Acciones a desarrollar a raíz del estudio

Tissera enumeró una serie de recomendaciones a llevar a cabo sobre la hidrología superficial:

– Activar una red de estaciones meteorológicas y/o datos pluviométricos.

– Determinar secciones de control sobre los principales ríos de la cuenca media y alta factibles para instalar sensores de medición continua.

-Identificar y analizar los diferentes canales artificiales.

-Implementar un sistema de alerta temprana.

-Definir la línea de la ribera de los cauces.

-Recuperación de la cobertura vegetal sobre la línea de la ribera del rio Ctalamochita.

-Identificar los posibles impactos ante la extracción de áridos y dragados realizados.

-Estudio integrado de la hidrodinámica del rio

-Inventario de pasivos ambientales industriales en la cuenca y posibles focos de contaminación.

De todas formas, para llevar a cabo esto, consideró que “Villa Ascasubi, Villa María y Bell Ville necesitan tener un sistema de medición continua de caudales para poder contar con un Sistema de Alerta Temprana que sea efectivo”.