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Falsos rumores sobre los felinos

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Falsos rumores sobre los felinos

La web Muy Mascotas hizo pública una serie de datos que desmontan los mitos más frecuentes sobre estos animales…

No se pueden educar. Son animales inteligentes capaces de aprender. Para educarlos, hay que aprovechar aquellos momentos en que están dispuestos a socializar. Empezar cuando es cachorro asegura mejores resultados.

Es normal que vomiten bolas de pelo. Esto ocurre cuando el gato, tras el acicalamiento, traga pelo y se le queda en el estómago o en el intestino delgado.

Necesitan menos cuidado que los perros. Aunque no es necesario sacarlos a pasear, también necesitan una correcta alimentación, juegos, cariño, ir al veterinario y las vacunas pertinentes, entre otros cuidados.

Ven en blanco y negro. No poseen las células responsables de detectar el color rojo, pero eso no es lo mismo que ver la vida en blanco y negro. Lo que ocurre es que no perciben tantos colores y tonalidades.

Lo arañan todo. A pesar de que necesitan usar sus uñas, no significa que vaya a destrozarlo todo en casa. Lo que hay que hacer es proporcionarles rascadores o accesorios que puedan arañar.

Se educan solos. Desarrollan comportamientos y habilidades propios de su especie de manera natural, por instinto. Pero los dueños de un gato tendrán que preocuparse de que se socialice cuando es cachorro.

Los negros dan mala suerte. Es irracional creer que la suerte dependa de un color o de un animal. El color del gato está determinado por su herencia genética y nada tiene que ver con la suerte.

Embarazadas no deben tener. La forma más habitual de que una mujer contraiga toxoplasmosis es por consumo de carne cruda o verdura contaminada. Lo recomendable es limpiar las heces con guantes.

Se llevan mal con los perros. Si el gato ha convivido durante su período de socialización con un perro lo considerará un amigo.

Arisco y traicionero. Rotundamente no. Son animales solitarios por naturaleza, por lo que en principio evitarán el contacto con otros. Sin embargo, la creciente domesticación que han experimentado los ha hecho más sociales.

Pueden beber leche. No está recomendado darle lácteos a los felinos. Los gatos cachorros se alimentan de la leche de su madre (no de la vaca) y, conforme crecen, la lactasa, enzima encargada de digerir la lactosa presente en la leche va desapareciendo de su cuerpo.

Tienen siete vidas. Tienen el mismo número de vidas que todo ser vivo: una.

Siempre caen de pie. Poseen la capacidad de enderezar la posición de su cuerpo en el aire para tratar de caer de pie, minimizando el impacto contra el suelo. Sin embargo, no siempre ocurre esto y puede que al felino no le dé el tiempo para girar.