Luego de que un grupo de vecinos denunciara ayer a través de EL DIARIO que “se está rompiendo la estética del barrio con un inmenso galpón”, su titular negó terminantemente que pretenda instalar una fábrica. “Ellos suponen lo que voy a hacer, pero no se puede parar una obra por lo que ellos suponen”, expresó Leonardo Ferreyra

El empresario Leonardo Marcos Ferreyra llegó ayer a la Redacción del diario con un enorme plano y una carpeta no menos abultada que la que portaban el miércoles los vecinos que lo acusaron.

“Mi obra no está en el corazón del barrio, sino junto a la ruta 2, donde hay boliches, la fábrica de Nestlé, la balanza pública, una planta de balanceado… y el que rompe la estética del barrio soy yo…”, se quejó inicialmente Ferreyra ante el periodista de EL DIARIO.

Enseguida comentó que “la ordenanza en la que se han basado (para interrumpir en varias oportunidades el avance de su emprendimiento) deja mucho de la decisión librada al criterio de un funcionario, y justamente hay uno que vive en el barrio…”, deslizó, al tiempo que aclaró que su ánimo “no es el de entrar a confrontar con la Municipalidad, porque allí hay gente que siempre me recibe muy bien, como el asesor letrado Marcelo Martín Silvano, entre otros”.

“Todo parece estar bien; me dicen que entienden, que qué más quiere la Municipalidad que una empresa que aporte impuestos, pero después algo se cruza en el medio y hace que nunca me firmen el plano. Está presentado y sellado, pero no está firmado”, expresó.

En el plano, Ferreyra señala el sector que ocupa la vivienda que habita, al lado de la cual hay una pileta de natación.

-¿Es verdad que usted quiere poner allí una exposición y venta de piletas de natación, como escribió en uno de sus recursos de apelación ante el intendente?, preguntó el periodista.

-Era una idea, pero ya me estoy perdiendo la temporada que viene. Ya no sé qué hacer…

Y luego sostuvo que “no puede ser que Villa Nueva no tenga un Código de Edificación como el que tiene Villa María”.

“Al no haber Código de Edificación, las cosas quedan muchas veces al arbitrio de un funcionario”, afirmó.

En otro pasaje de la charla de ayer en nuestra Redacción, Ferreyra exhibió el recorte de otra normativa vigente en Villa Nueva (aunque en el pasaje no se puede apreciar si corresponde al barrio Golf) en cuyo artículo 2ª se lee que “en dicho sector se evaluará la construcción o instalación de galpones, fábricas, complejos habitacionales y locales comerciales. Para los galpones se establecerá una altura máxima de cuatro metros”.

Y entonces negó las afirmaciones de sus vecinos en el sentido de que la construcción tiene “como siete metros”, para asegurar que está dentro de aquella normativa. “A lo sumo tiene 4,20 metros”, señaló, y aportó una foto de una de las paredes “para que saquen cuentas, a 20 centímetros por bloque”.

“Se ve fea porque no está terminada…”

“Además, ahora la obra se ve fea porque no está terminada. Dicen que tiene un portón de fábrica, cuando en el plano está previsto un portón que tiene una parte vidriada y dos grandes ventanales también vidriados con el mismo estilo; y lleva una cenefa. Otra cosa: no tiene techo parabólico, o sea que no puede ser considerado un galpón. El techo es plano…”, dijo el empresario, al tiempo que destacó que, por otra parte, se respetaron los 2,50 que hay que dejar en el frente. Hasta seis metros dejamos hasta el frente”.

Ferreyra dijo que su abogado le mostró la definición de la palabra “galpón” en el diccionario y que “no condice con un local comercial, que es lo que estoy levantando, porque habla de taller mecánico, garaje o depósito de mercaderías”.

La pileta

Más adelante, el titular de una empresa metalúrgica ubicada en Villa María expresó que “hice la pileta de natación al lado de la casa donde habito” y preguntó: “¿A quién se le va a ocurrir hacerse una pileta al lado de una fábrica?”.

Cuando se le consultó acerca de lo que dejaron trascender sus vecinos en el sentido de que “no quieren dejarse llevar por comentarios sobre una pileta colocada en la casa de una persona cercana al caso”, explicó que “quieren ensuciar a la jueza de Faltas, porque entiende mi posición” (Lilian Sosa).

“Fue hace tres años, como una obra más de tantas que hago, y ocurrió hace tres años cuando ni idea tenía de que iba a construir este local comercial y mucho menos que me iba a ver en la situación actual. Ella no tiene nada que ver. El que resuelve es el intendente (Natalio Graglia) con su secretario de Obras Públicas (Carlos Piccolini), que además tienen asesores legales”, sostuvo.

“Confío en que esto se resuelva de la mejor manera, porque yo tampoco me quiero enemistar ni con los vecinos ni con los funcionarios ni con nadie. Solamente quiero que me dejen trabajar”, concluyó el empresario Ferreyra.