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Filmando por un sueño

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Filmando por un  sueño

Cursa cuarto año de Diseño y Producción Audiovisual en el Instituto de Ciencias Humanas de la UNVM, y quedó seleccionado en el “Talent Campus” del Bafici (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente); una convocatoria entre más de mil jóvenes de toda Latinoamérica de los que sólo fueron elegidos 66. Esta es la historia de un villamariense que sólo piensa en producir películas y “ganar Cannes”

P15- Julián Palacios

Sorprende la decisión y perseverancia de Julián Palacios; la claridad para direccionar su “tiempo, deseo y energía” en pos de un objetivo excluyente: el de hacer películas. Pero también sorprende su lucidez sin concesiones a la hora de analizar las dificultades que se le presentan en el camino: vivir en el interior del interior, no tener contactos en el mundo del cine y, sobre todas las cosas, su plena conciencia del “factor azar”; ese que amén del talento determina la suerte de una persona. Sin embargo y tras haber pensado durante años en todos los fracasos posibles (casi como contracara de su “soñar despierto” con el éxito) el destino le acaba de sonreír. Y es que fue seleccionado para el “Talent Campus” del Bafici, la “plataforma de lanzamiento” para los jóvenes más talentosos de Latinoamérica, entre 1.100 aspirantes.

Nacido en el Festival de Berlín del año 2003, el programa “Talent Campus” se replicó en Tokyo, Guadalajara y (en su 11º edición) en Buenos Aires. Y está dirigido a directores, guionistas, fotógrafos, montajistas, productores, sonidistas, actores, críticos y periodistas especializados. La idea es (según el texto del propio Bafici) “abrirles a todos una puerta de acceso a la industria cinematográfica”. Por eso es que, desde una mañana soleada en el Campus, Julián habla de un viaje que acaso decida buena parte de su futuro.

 

A todo o nada

-¿Por qué creés que te eligieron para el “Campus Talent”?

-La verdad que no sé. Es la quinta vez consecutiva que me presento y mi Currículum no cambió demasiado; aunque creo que pesa la película que vengo de producir en Córdoba (“El paraíso”). Me parece que no es lo mismo tener una película en el lomo que no tener nada. Mandé el “teaser” de un minuto que edité y supongo que eso influyó.

-Has escrito varios guiones e incluso ganado premios ¿Por qué te presentaste como productor?

-Porque es el rubro en el que más me he aplicado. De todos modos, siempre que escribo lo hago como guionista, director y productor. No pierdo de vista ninguna de las tres vetas. Hace unos años me presenté en “Historias breves”, el concurso de cortometrajes más importante del país y lo hice solo. Por lo tanto mi proyecto abarcaba los tres rubros. Ese certamen fue muy importante para mí porque recién empezaba a cursar la carrera y ya tenía en mi mente la idea de dirigir. Sin saber guión, tuve la asistencia de la universidad que no sólo me pagó las carpetas y los envíos, sino que me ayudó desde lo técnico.

-¿De qué modo?

-La profesora Liliana Guillot estuvo conmigo en la corrección del guión todo el tiempo y le estoy muy agradecido. Porque vos podés tener una idea buenísima, pero si no sabés cómo escribirla esa idea no sirve. La peli era un ficcional que se llamaba “14 de noviembre” y duraba 14 minutos. Quedé suplente en ese concurso sin tener antecedentes y eso me animó muchísimo. También gané algunos concursos de guión del INCAA y ahora mi cabeza está sólo en función de poder filmar. Es tanta la emoción que uno le pone, que a veces te decís “no estoy tan lejos” y a la vez “sí que estoy lejos”. Hay una barrera que está ahí y que a veces no sabés cómo atravesar.

-¿Sentís que eso depende de vos?

-Depende de vos y a la vez no, porque hay un gran factor de azar que juega. Vos nunca sabés qué miran quienes dan los premios, qué hay en vos que pueda interesar a los demás o al mercado. Por eso este año me volví a aplicar y por suerte conseguí esta selección.

-¿O sea que estás viviendo en función a las películas que soñás?

-Totalmente. Hace mucho que vivo así, desarrollando proyectos todo el tiempo y presentándome a todas las convocatorias a nivel nacional que encuentro. Me la paso escribiendo guiones en mi casa, armando “teasers” en la compu, tratando de ver si la puedo pegar con una historia.

-¿Y de qué hablan tus guiones?

-Lo que más escribo son dramas, cosas que tienen que ver con mi vida personal, ya que uno no puede escribir de lo que no conoce. Pero mis tiempos son cortos. El tiempo es lo principal y por eso no lo quiero perder. En mi película soñada quisiera hacer guión, dirección y producción; por eso desarrollé de chico estas tres vetas. En pos de esto no me puedo aplicar al estudio académico como quisiera.

-¿Entonces dejaste la carrera?

-Sólo momentáneamente. Es que el tiempo, el deseo y la energía me piden otra cosa. Pero mi idea es terminarla. Sólo me quedan unas materias y la tesis. Dejé de cursar un rato por seguir un sueño que no sé hasta dónde me va a llevar. Pero hace del secundario que quiero hacer películas. Si bien la universidad me aportó muchísimo, hay una instancia que sólo te la da el trabajo. Si no aprovechaba este momento de mi juventud ¿cuándo lo iba a hacer? ¡Me iba a tener que dedicar a filmar cumpleaños de quince y casamientos!

-¿Esa es la única opción laboral en la ciudad?

-Es la más real y que mejor se paga. El problema es que muchos alumnos dejan la carrera en cuarto año para filmar casamientos. Y eso termina con cualquier sueño. Ojo, es algo muy comprensible. La gente en cuarto año empieza a tener necesidades. Tenés una novia, una esposa o un hijo y necesitás pagar el alquiler y comer. Ya dejaste de ser un chico que estudia.

-¿Y vos?

-Yo he tenido la suerte de que mis viejos me ayudaran hasta ahora y que puedo desarrollar proyectos en mi casa todo el día. Pero también soy consciente que si a los 30 años no “la pego”, me tendré que poner a filmar casamientos también. Igual no me voy a dar por vencido así nomás. Tengo 27 años, o sea que me quedan tres del plazo que me di. Y voy a ponerle todo lo que tengo a cada día de esos tres años. Desde que entré a la universidad y vi los equipos me dije “quiero ganar Cannes”. Si un día me dedico a los cumpleaños, al menos no me voy a reprochar no haberlo intentado todo.

-De hecho lo estás intentando y venís de producir un largometraje en Córdoba.

-Sí, fue en diciembre. Terminamos de filmar “El paraíso”, de Pablo Falá y Marina Arnaudo, con tecnología de alta calidad y presupuesto INCAA. Yo hice la producción. Es decir que los directores tenían un guión y me llamaron. Yo gestioné y les conseguí un “sponsor” que les pusiera 500 mil pesos. El equipo técnico estuvo íntegramente formado en Villa María y eso fue un orgullo, juntar gente de la UNVM tan competente como la mejor de Córdoba.

Fotograma del filme cordobés “El paraíso”
Fotograma del filme cordobés “El paraíso”

Recurso humano “made in” UNVM

-¿Querés decir que hay buen recurso humano en la ciudad?

-¡Es excelente! Sólo faltan posibilidades y presupuesto. Pero no tenemos nada que envidiarle a los técnicos o creativos de las grandes ciudades.

-También participaste en “Primero enero”, de un villamariense radicado en Córdoba.

-Eso fue hace dos años. Era la película de mi amigo Darío Mascambroni y ahí fui asistente de producción. “Primero enero” fue seleccionada para el Bafici de este año y actúan dos villamarienses también; Jorge Rossi y su hijo Valentino. Ahora con Darío, gracias a esa película, ganamos el premio Raymundo Glayzer. Seguro que nos vamos a encontrar en Buenos Aires.

-¿Y qué vas a hacer en el Bafici?

-Allá te permiten desarrollar un proyecto propio con productores conocidos, directores y guionistas con experiencia. Y todas las tardes hay charlas con programadores y directores. Es como que te insertan en el mercado cinematográfico por un rato, te abren la puerta para ver de cerca eso que estabas buscando durante tanto tiempo. Y ojalá que me dejen entrar… Me voy el 14 de abril y vuelvo el 20. Allá me dan comida y alojamiento y la UNVM me ayuda con los pasajes. ¡Por favor, poné que le agradezco infinitamente al rector Luis Negretti por todo!

-Hablabas de filmar casamientos, ¿qué otra posibilidad hay para los cineastas locales?

-Sin dudas el canal universitario. Pero todavía no se abrió ni hay información disponible. Estamos en espera. También están los canales privados, “C20” y “Mirate”, pero es dificilísimo entrar. Pasan los años y cada vez hay más realizadores filmando casamientos y cumpleaños. Yo espero que en Villa María se abran otras puertas más artísticas, que se una lo público con lo privado y que funcione mejor el plan municipal.

-¿Te referís a la Ley de Mecenazgo?

-Sí. Es una ley muy buena pero que está muy mal implementada. Te piden que vayas a buscar la empresa que te banque y después que vayas y le cobres. Pero si resulta que esa empresa te dice que sí y tiene deudas, te desaprueban en el acto. O sea que vos te gastás hablando para que al cabo de un mes te digan “no”. ¡Y un artista no tiene que hacer el trabajo de un inspector fiscal, porque un artista está para crear! Yo presenté cuatro proyectos y me aprobaron dos. Recién vengo de cobrar el primero.

-¿Y de qué tratan esos proyectos?

-Son dos documentales. Uno habla de las inundaciones de Villa María y el título es “La cola de la novia”, que así se le llama al fenómeno climático. El otro se llama “El alpinista de Perón” y es sobre la gesta de las personas que llevaron una estatua de Perón y otra de Evita a la cima del Aconcagua. Queda un solo sobreviviente de 97 años que vive en Rosario, pero para ir a entrevistarlo necesito dos personas que hagan cámara y sonido. ¡Estoy esperando que me den la plata para ir!

-¿Sos peronista?

-Sí, pero más allá de eso pienso que la historia de esos alpinistas es la misma de quienes queremos hacer arte; intentar algo que para el resto de la gente es imposible. Escalar muy alto y con mucho riesgo de caer o de perderte para siempre es muy peligroso. Pero por favor, dejame intentarlo.

Iván Wielikosielek

 

 P16-decana Gloria Vadori, foto para ilustrar el recuadro

Felicitaciones de la decana

Por su parte, la doctora Gloria Vadori, decana del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Humanas (del cual depende la Licenciatura de Diseño y Producción Audiovisual) consultada acerca de este premio, señaló que “el Instituto se gratifica con los logros de los estudiantes, ya que representan la calidad del trabajo realizado a partir de la orientación de un equipo de excelentes profesionales docentes, en este caso de la carrera de Diseño y Producción Audiovisual. En los logros de cada estudiante hay también mucho del trabajo compartido y construido en equipo. Mis felicitaciones a Julián y a todos los profesores y compañeros que hicieron posible esta convocatoria”.