Hubo fuertes reclamos al Gobierno nacional sobre la causa en la que Gendarmería es la principal implicada. Fue la movilización social más numerosa junto con la de Ni Una Menos

Otra vez, la plaza. Esa viejita cansada que nunca le cierra las puertas al pueblo cuando necesita hacerse oír, anoche recibió a más de mil ciudadanos que se levantaron en un solo grito: “Aparición con vida de Santiago Maldonado”.

Cerca de las 19, la gente comenzó a reunirse en la esquina de Buenos Aires y General Paz para reclamarle al Estado nacional sobre el paradero del artesano por el cual se inició un expediente de “desaparición forzosa”, una figura legal que contempla implícitamente la participación estatal.

Hubo organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles, ambientalistas, pero también se hicieron presentes vecinos y vecinas de la ciudad para sumar su voz al pedido que todo el país hizo escuchar en la jornada de ayer (ver páginas 44, 45 y 46).

Los dirigentes Guadalupe Vázquez y Carlos Andrada fueron los moderadores de la palabra, que pasó por el docente Marcelo Dughetti, Rubén Rüedi, Angela y Paloma Rüedi y Elvio Omar Toscano, el referente local de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) que se mostró “emocionado” por la cantidad de jóvenes que presenciaron la marcha.

Cabe destacar la fuerte presencia policial -en comparación con otras manifestaciones-, dado que se apostaron al menos dos efectivos de la Policía de la Provincia en cada una de las esquinas de plaza Centenario, sumados a algunos más en la parte interna.

Con respecto a eso, el dirigente del gremio de docentes, Carlos Andrada, advirtió sobre la presencia de agentes de civil entre el público e ironizó: “Si hay algún policía que quiera hablar, que tome la palabra”, frase que ganó la mayor ovación de la jornada.

No estuvo presente el intendente Martín Gill, pero envió una carta en nombre del municipio que fue leída por los oradores. También enviaron adhesiones el Concejo Deliberante de Villa Nueva, el Partido Justicialista y la agrupación La Néstor Kirchner. Se pudo ver entre la gente a algunos funcionarios de la ciudad y otras personalidades, entre las que se encontraba Eduardo Accastello.

Hubo artesanos -colegas de Santiago-, gente que por primera vez participó de una marcha, trabajadores con sus atuendos recién salidos de su jornada laboral. También hubo banderas políticas, pero el motivo que los unió fue el mismo: saber dónde esta Santiago.

Nunca Más

Elvio Omar Toscano, referente de APDH, fue el encargado de la lectura de un documento que refrescó un viejo y lamentable pedido: el Nunca Más.

“El Nunca Más debe ser Nunca Más de desaparecidos ayer, hoy y siempre”, sentenció el comunicado leído por Toscano.

“En estas circunstancias históricas, cada uno tiene su responsabilidad, individual e institucional, nadie puede quedar en silencio, porque el silencio pretende ocultar la realidad, encubrir”, continuó.

“Este encuentro nos debe estimular a reflexionar, no está en nuestro espíritu confrontar con nadie, solo intentar que nos detengamos un instante a pensar sobre lo ocurrido. Ha desaparecido una persona, que tiene familia, amigos y esperanzas, como nosotros”.

La multitud giró alrededor de la plaza para luego volver a la esquina inicial y entonar las estrofas del Himno Nacional y reforzar la petición: “Vivo se lo llevaron y vivo lo queremos”.

A diferencia de otras marchas, hubo al menos dos policías en cada esquina de la plaza.

OPINIONES

«Que esto vuelva a suceder habla de una inmadurez y de un método perverso y violento de meterle miedo a la sociedad que es espantoso».

Albertina, hija de desaparecidos

«Esta vez trajimos la bandera porque Santiago es un colega. Por ser un artesano, barbudo o zurdo quieren justificar su desaparición con prejuicios».

Gerardo, artesano

“Que desaparezca una persona en democracia es sumamente grave. me indigna la indiferencia de la gente que cree que esto se divide entre macristas y kirchneristas”.

Paola, empleada de comercio

“Vine solo y es la primera marcha en la que participo. Buscar un desaparecido no es un acto de conveniencia, es una indignación».

Lorenzo, estudiante

«Me moviliza que el Estado no da respuesta a la desaparición de una persona, eso es preocupante».

Mercedes, docente