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«Fue un triunfo esperanzador»

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«Fue un triunfo esperanzador»
Paula Mónaco Felipe espera que México despegue con López Obrador (foto de “Tercera Vía)

MEXICO – Entrevista a Paula Mónaco Felipe

La villamariense, hija de los desaparecidos Luis y Ester, fue la corresponsal de Telesur en la transmisión en directo de las elecciones históricas. Contó la felicidad que percibió en las calles y remarcó que el país “está reaccionando”

El histórico triunfo de Manuel López Obrador en México se amplificó por diferentes medios de comunicación hacia el mundo como un hecho que puede marcar un quiebre fundamental en la política en Latinoamérica.

Entre tantos medios, en los países de habla hispana se destacó la transmisión en directo de la señal de cable Telesur, que siguió todas las alternativas con una corresponsal que marcó un orgullo para Villa María: con micrófono en mano, la periodista que narró todo lo acontecido fue Paula Mónaco Felipe, la hija de los desaparecidos Luis Mónaco y Ester Felipe, que lleva años en el país azteca.

“Fue muy lindo y esperanzador hacer esta cobertura”, destacó la periodista y escritora, horas después, cuando se prestó al diálogo con EL DIARIO, a través del WhatsApp y a pocas horas de la transmisión inolvidable.

No obstante, Paula no habló exclusivamente de su manera de verse en cámara o de los miles y miles que la siguieron por Telesur. Lo suyo va por el momento del país donde reside y trabaja.

¿Qué significó para vos este momento?
-He cubierto las anteriores elecciones presidenciales, las de 2006 y 2012, de distintas formas, pero siempre trabajando en prensa, y es muy frustrante ver cómo se le aplasta a la gente, cómo se le pasa por encima, cómo no hay vergüenza para hacer un fraude, cómo la impunidad triunfa. Y acompañé, registré las protestas en contra del fraude, vi el dolor, la angustia, la desesperación de las personas. Y vi también lo difícil que ha sido el proceso de la gente para tratar de organizarse, no solo por un partido, sino para buscar salidas comunes a los problemas que nos aquejan. Entonces después de ver todo eso, ver a la gente festejando como lo hicieron anoche en el Zócalo, saliendo con mucha alegría, con dignidad, con un disfrute, cada uno expresándose como podía, fue muy reparador.

Había banderas de Morena, personas que hacían carteles, los mariachis cantaban… Vi mujeres compartiendo el contrabajo y compartiendo su arte con otras personas, vi a coros cantando… Pudimos ver un montón de cosas felices, con gente de distintas edades. Muchos disfrutando, siendo muy felices por haber logrado no solo el triunfo de López Obrador, sino una elección confiable, con muchísima participación a nivel de cómo cuidar su voto. Entonces para mí fue muy lindo, muy esperanzador.

 

Esas calles

Paula también se refiere a la crónica de unos colegas amigos, de la red Periodistas de pie: “Hay una parte que me parece muy importante: dicen que esas calles del centro de la ciudad de México son las calles donde en las últimas décadas, miles de personas han transitado siempre con dolor, con rabia en manifestaciones, en protestas, tratando de poner aunque sea un alto verbal, reclamando por su dignidad, por los derechos atropellados. Y ayer esas calles estaban ocupadas por esas mismas personas en un momento de felicidad, de plenitud y esperanza.

No sabemos qué va a pasar. Ojalá que López Obrador no solo cumpla con lo que prometió sino que vaya más allá. Todavía no sabemos, pero hay mucha esperanza y eso, personalmente, me parece un gran triunfo.

¿Por qué López Obrador?, ¿qué influyó para este cambio?
-Es un proceso que iremos entendiendo, pero en principio reconozco dos factores importantes: primero, es  un político con una trayectoria muy amplia, muy vasta, muy sólida. Ha caminado el país a ras de tierra. Recorrió el país varias veces, conoce al pueblo desde sus entrañas y supo tener el tesón para mantenerse en su línea, con algunas variaciones, pero en general en su modo durante varias décadas, siempre la misma persona, teniendo el mismo perfil, el mismo discurso. Es alguien que la gente conoce, a quien vieron gobernar la ciudad de México, percibiendo cómo enfrenta todo. Y el otro factor grande que veo es ajeno a él y es la situación del país. No soy experta, pero veo y vivo una desconfianza, un hartazgo en la calle de la clase política, de la crisis inacabables, de la pobreza estructural, de la violencia sin freno, muchas veces promovida o con participación de estratos del Estado. Veo hartazgo y desconfianza en los partidos políticos y en los líderes que han sido evidenciados en procesos muy jodidos de corrupción, entonces creo que los dos grandes factores que explican esto es quién es Manuel López Obrador y el otro el México que llega a estas elecciones, este México cansado, saqueado, devastado, un México que no quiere más eso y está reaccionando.

Creo que fue muy importante la participación ciudadana, no solo con el voto y la cantidad del electorado, sino también de los miles y miles que aún sin ser integrantes de partidos se acercaron a cuidar el voto, a ser observadores, a ser fiscales, funcionarios de casilla. Y eso tal vez explique este corte en seco con un historial de fraudes que se encadenaban en la historia reciente de México.

En su discurso, más allá del mensaje por sus ideales, habló de una prioridad para con los pobres. En ese sentido, ¿se percibe un incremento mayor de la pobreza en México durante los últimos años?
-Se incrementó en los últimos 20 y 30 años. Desde entonces nunca en México la pobreza ha sido inferior al 40% del total de la población. Siempre ha sido más de ese porcentaje el que vivió bajo la línea de la pobreza. En la última medición pública que se conoció hace un par de años, era de un 43% porque hubo cambios en la estrategia, aunque en definitiva, dejaron de medir la pobreza como lo hacían antes, sistemática y periódicamente, pero cerca de 50 millones de personas en México viven en la pobreza, una pobreza que lleva dos o tres décadas, que significan generaciones y generaciones con las mismas carencias. Pero si tomamos mediciones de la pobreza multidimensional, es decir no restringidas únicamente a los ingresos, los datos son realmente devastadores: el 80% de la población mexicana vive con al menos una carencia importante, es decir salud, educación, vivienda… Sin poder garantizar esos derechos básicos y fundamentales. La pobreza ha crecido sistemáticamente y pareciera un mal inamovible. Y en ese sentido el discurso de López Obrador es esperanzador porque habla de eso que pareciera naturalizado en este país durante décadas.

Uno de los primeros eslóganes  de López Obrador en el inicio de su campaña, allá por 2016, fue ‘Primero los pobres’. Había abandonado ese eslogan, pero lo retomó en esta campaña. En su primer discurso de campaña, volvió a decir esa frase. Y esto se condice con su planteamiento en general, que es atender a los sectores más vulnerables para hacer de México un país más próspero, menos desigual. Prometió también apostar por la industria nacional, por fortalecer el mercado interno… No será sencillo porque si la pobreza es una condición estructural tiene que ver con situaciones ya muy complejas en el país. Y un dato que lo demuestra todo es que, según estudios realizados por instituciones académicas serias, en México el que nace pobre, muere pobre. Solo dos de cada cien personas que nacen en la pobreza tiene posibilidad de ascenso social. López Obrador promete romper con este círculo perverso y antihumano. Ojalá sinceramente que lo logre.

La violencia también parece estructural. Hubo más de un centenar de colegas asesinados desde 2000. ¿Hay esperanza también para que esto pueda modificarse con el mensaje de paz de AMLO?
-Sí, en los últimos 10 años hay cerca de 140 colegas asesinados y desaparecidos. Hay muchas agresiones y es una situación muy compleja la de la prensa en México. Estamos en medio del fuego y desprotegidos por todos porque las empresas mediáticas no protegen, tampoco el Estado. Los ataques muchas veces provienen de funcionarios del Estado. Muchos colegas asesinados, amenazados, agredidos, han sido por el Estado y está documentado.

El mensaje de paz no es suficiente. Se requieren acciones y es un desafío muy grande porque es una situación compleja. De todas maneras, no se ha referido a la situación concreta de los periodistas, pero sí a la violencia en general en el país, atacando las causas que la producen y no militarizando más al país. Ojalá pueda y eso funcione. Tal vez se requiera de un estudio y un diagnóstico especial de lo que está pasando con la prensa en México. Es un asunto pendiente y ojalá tengamos novedades en los próximos días.