Desde el año pasado la fundación brinda apoyo escolar, copa de leche, talleres para mujeres y trabaja sobre el proceso de envejecimiento

La Fundación Ciclos nació por el sueño de un grupo de personas, según lo confesó quien la encabeza, Mónica Lazos. La edil aclaró que el espacio nada tiene que ver con lo político y que se trata de un viejo anhelo que pudo hacer realidad, acompañada por otros colaboradores.

“La fundación nació por la idea mía y de un grupo de gente que está fuera del ámbito de la política, por las expectativas y necesidades que vi en los barrios en mi faz política. Era mi sueño poder tener una asociación civil para poder trabajar con los niños, con una copa de leche, con apoyo escolar y diversas cuestiones. Esa siempre fue mi inquietud y mi sueño. Quería concretar en mi vida tener un espacio en el que pudiera realizar el trabajo social que siempre hice y que me motiva a hacer salidas en los barrios”, explicó Lazos.

“Se llama Ciclos porque se abordan los distintos ciclos de la vida, es decir que se trabaja con los distintos grupos etarios”, señaló, y agregó que la fundación tuvo su antecedente en Punto de Encuentro Juana Azurduy, un espacio comunitario donde confluían distintas organizaciones del barrio.

La Fundación Ciclos funciona en Ramiro Suárez 415, compartiendo la sede con el Centro de Jubilados Suppo.

“El presidente del Centro Suppo, Víctor Vedelago, nos cedió el espacio en el barrio La Calera, ya que queríamos tener un lugar de encuentro para que fuese utilizado por la comunidad y que todos los que lo necesitaran pudiesen solicitarlo y usarlo y así estamos intentando hacerlo”, indicó.

“El año pasado trabajamos en apoyo escolar a través de un programa llamado Contenidos en el que el objetivo era acompañar a los chicos en el proceso escolar, dar la copa de leche y trabajar con la familia. Cuando uno se pone en contacto con los chicos también se pone en contacto con otras temáticas que empezamos a abordar, entonces el trabajo no comienza y termina con los niños, sino que se extiende a la familia”, remarcó.

“El programa tiene por objetivo principal acompañar a los chicos en el proceso escolar, también trabajamos mucho con valores, expresión cultural y actividades recreativas, y cuando terminan se les da una copa de leche. Esto es algo que se desprende del objetivo principal, por lo tanto la copa de leche se da de marzo a diciembre, durante la época escolar”, precisó.

“También les damos útiles escolares a los chicos, a medida que se les van terminando, para ayudar a las familias”, afirmó.

“Es importante el apoyo escolar, tenemos vínculos con las escuelas de tal manera que podamos tener un seguimiento de los alumnos. El año pasado tuvimos un cupo de 20 chicos para apoyo escolar, la mayoría de primero a sexto grado y algunos de la secundaria, es complicado porque no todos van al mismo curso y no es igual el acompañamiento”, puntualizó.

“En febrero empezamos las actividades para organizarnos y poder comenzar de nuevo en marzo con el apoyo escolar. Las inscripciones ya están abiertas para los niños que lo necesiten”, añadió.

“También trabajamos con mujeres ayudándolas a planificar sus vidas, además los sábados hay un grupo de emprendedoras con las que se realizan ferias, son mujeres que con eso aportan una ayuda en sus casas. Por otra parte, en la sede funciona un roperito y en estos días vamos a tener una feria americana que se hará con las donaciones que las mujeres voluntarias están acondicionando”, manifestó Lazos.

“El año pasado trabajamos con los adultos mayores dando charlas, este año esperamos que ese trabajo sea más fuerte porque al estar el centro de jubilados, la idea es articular la labor con ellos”, dijo la edil.

Fortalecer lo hecho

“Este año pensamos seguir trabajando con niños, mujeres y adultos mayores. Vamos a trabajar muy vinculados al centro de jubilados para fortalecer el programa que tenemos con los chicos y con las mujeres”, adelantó Lazos, y agregó que en febrero comenzaron algunos talleres.

“Queremos complementar todas las tareas con actividades recreativas y culturales, vamos a tratar de implementar talleres de computación y de alfabetización para los adultos mayores. En la fundación dimos charlas sobre el proceso de envejecimiento y luego articulamos con los hogares de día, ahora tenemos pensado salir con el centro de jubilados a trabajar sobre el proceso de envejecimiento en las escuelas primarias y secundarias”, afirmó.

“Hay muchos voluntarios del barrio que trabajan acercándose con los niños, en la copa de leche y para la preparación de la merienda, también hay docentes voluntarios que ayudan con las tareas escolares, además de profesores de canto”, precisó.

“Tenemos unas 10 voluntarias adultas mayores que lo que hacen constituye también una actividad para ellas, más unos 10 jóvenes que se van rotando para trabajar en el apoyo escolar”, señaló la integrante de Ciclos.

“Para la copa de leche siempre hacen falta voluntarios, nunca están de más, todos los que tengan ganas de colaborar, apoyar y contener a los chicos y ayudarlos con las tareas escolares también puede acercarse a la fundación, porque siempre hay algo para hacer”, manifestó.

“Para la copa de leche hemos recibido el apoyo de la Secretaría de Inclusión Social, pero siempre es necesaria la ayuda. Espero que los que estén interesados en colaborar se acerquen a la fundación”, apuntó Lazos, quien agregó que pueden hacerlo donando útiles escolares y ropa, entre otras cosas.

Tanto los niños que necesiten apoyo escolar como las personas que quieran desarrollar alguna de las actividades que ofrece la fundación pueden concurrir a Ramiro Suárez 415. En este momento atiende lunes, miércoles y viernes por la mañana y miércoles y jueves por la tarde, pero a partir de marzo la atención será mañana y tarde. Toda la ayuda y actividades de la fundación son gratuitas para la gente.

Trabajo en común

“En ese mismo espacio físico funciona el Rotaract, estamos tratando de abrir el espacio y sumar a toda la gente que necesitaba una sede, más las instituciones del barrio que necesiten un lugar donde reunirse y trabajar juntos”, señaló por su parte Vedelago, quien agregó que “lo importante es ir creciendo y con el tiempo hacer un centro comunitario”.

“A la labor con niños y mujeres que hace la fundación y al de tercera edad que hace el centro de jubilados, hemos sumado el trabajo con discapacitados. En ese marco, luego de la crisis de disolución que tuvo la Cooperativa Crecer Juntos, ayudamos a poner en marcha de nuevo la revista e imprimimos ejemplares que se están vendiendo. Este año, a este trabajo queremos ver cómo lo acompañamos con talleres como para que sea algo más integrador y no sólo una herramienta para que ganen algo de dinero”, explicó.

“Con la fundación tenemos una relación de mucha confianza y trabajo en común, la iniciativa de cada uno la toman ambos grupos como propia y la llevamos adelante”, aseguró.