El intendente Martín Gill consideró que los hechos de discriminación en los accesos a boliches “son actos absolutamente intolerantes” y sostuvo que “es una problemática que supera los términos administrativos”, en relación a los controles municipales.
Consultado por EL DIARIO sobre la denuncia de varios casos de esta naturaleza, el mandatario indicó que “si bien el municipio tiene una tarea de contralor en el ámbito del ejercicio de su Policía Municipal tanto en la habilitación como en el funcionamiento de locales que hacen a los espectáculos públicos, entre ellos los boliches, lamentablemente es una problemática que supera los términos administrativos”.
Remarcó que “es una problemática social” que demanda “más participación en la construcción de conciencia de lo que implica un acto discriminatorio para una persona por su condición social, color, origen, sexo, por lo que me parece que es una discusión mucho más profunda”.
“Ojalá podamos crear las instancias de debate y de participación para crear conciencia sobre un acto que es absolutamente intolerante y que muestra a veces un síntoma de una enfermedad mucho más profunda que tiene la sociedad argentina y también la nuestra”, declaró.
Cuando se le preguntó por los controles para el cumplimiento de la normativa con el fin de que no sucedan estos episodios, apuntó que los mismos “son habituales y regulares, pero obviamente que pueden existir controles en los que esas situaciones se escapen y se evada la normativa”. “Hemos mantenido una reunión con Policía Municipal, hay normativas que tienen que ver que con los adicionales de seguridad donde el policía cumple una función pero no para defender al propietario del local sino para garantizar que se cumplan las normativas, como la del expendio de bebidas y demás. Seguramente reforzaremos operativos en ese sentido pero esto es mucho más profundo, tiene que ver con valores sociales”, advirtió.