Martín Gill presentó ayer en la Feria el proyecto de ley de su autoría en el que se propone la creación del Instituto Nacional del Libro para, a semejanza de como lo hace el INCAA con el cine nacional, promueva políticas activas para favorecer la edición y llegada al lector de esta clase de bienes de la industria cultural. El mismo “contempla no sólo la edición de libros sino la apertura de librerías, la capacitación de los libreros, el auspicio a producciones con un carácter absolutamente federal”, entre otros ítems. Además, señaló que el Instituto tendrá vertientes financieras para su funcionamiento: una derivada de la partida correspondiente en el presupuesto nacional, y la otra a través de un gravamen a actividades de tipo netamente especulativo.