Un 3 de noviembre de 1996, el equipo que por entonces condujo Mario Requena se coronaba campeón en la Liga Cordobesa de Fútbol y lograba la chance de jugar el Argentino B
Un 3 de noviembre de 1996, Alumni sumaba un nuevo título en la Liga Cordobesa de Fútbol y concretaba un paso grande hacia su futuro: clasificaba al Torneo Argentino B, categoría en la que se mantuvo durante varios años, escribiendo su nombre con tinta indeleble, más allá de la actualidad.
El estratega y maestro del fútbol local, Mario Requena, supo llevar al éxito a un equipo local que tomó la mejor experiencia en la competencia cordobesa y demostró estar a la altura, como lo hicieron en su momento los campeones del 91 o del 93.
Los nombres propios se magnificaban con la camiseta roja y blanca: los hermanos Sachetto (El Lichi, arquero y capitán; el defensor Marcelo o Yosi, y el mediocampista Diego, el más chico) se potenciaban junto a otros grandes como dos laterales históricos: El santiagueño Carlos “Caia” Amarilla (talento puro, polifuncional) y Roque Pinto, mientras maduraba el Chocota Albornoz, acompañando el cerebro de Sergio Miranda y Sandro Cepeda, quienes tocaban como los dioses para la velocidad del Cachorro Villalba (otro de Ballesteros, como el Chano Cepeda) y el Panadero López, el hombre de la potencia y el gol.
Otro que se destacaba era el central, Gustavo Miranda (actual DT de Yrigoyen), quien aportaba firmeza en el juego aéreo y personalidad.
Requena amalgamó al equipo de tal manera que los “suplentes” saltaban al campo sin pesarles la responsabilidad. Así aparecían, por ejemplo, un joven Rodrigo Liendo, el Colorado Claudio Aris, el propio Fede Ferrer (quien marcara el segundo gol de la victoria en la final), el lateral Carlos Heredia y el arquero suplente, Fernando Zabala.
Aquella tarde, Alumni derrotó 2-1 a San Lorenzo en Córdoba, y se quedó con el campeonato de la ACF, con goles de Amarilla de penal y el por entonces pibe Ferrer.
El capitán del equipo Luis Sachetto dialogó con EL DIARIO y recordó ese 3 de noviembre de 1996: “Son recuerdos imborrables, sentimientos que quedarán por siempre. Realmente era un equipazo, uno de los mejores de la historia con jugadores de la cantera, y con el estilo de Mario Requena. En lo personal significó una enorme satisfacción porque pude jugar ese último partido y salir campeones junto a mis hermanos. Seguramente ninguno de los protagonistas olvidará ese momento, ya que para todos Alumni significaba algo muy especial, en la mayoría de los casos, el club donde nos formamos”.
Hoy, a 20 años de aquel título, viajamos en el tiempo con EL DIARIO, para remontarnos a la cancha de San Lorenzo (1996), donde el periodista Alberto Arce fue quien realizó la cobertura de ese domingo inolvidable para el pueblo Fortinero.