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Hace siete años que tramita una pensión y no tiene respuestas

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Hace siete años que tramita una pensión y no tiene respuestas
Zabala es insulinodependiente y tiene problemas cardíacos. Necesita una pensión para sustentar los gastos mínimos

Leonardo Zabala  subsiste gracias a la solidaridad de una sobrina. Imposibilitado de trabajar por distintas enfermedades, sueña con tener recursos propios a través de una pensión que gestiona desde el año 2011, pero que aún no le otorgaron

 

Tiene 60 años. Llevó una vida humilde, residiendo en una pieza alquilada que sostenía con lo que ganaba haciendo changas. Pero en 2011 una enfermedad coronaria motivó que lo tuvieran que intervenir quirúrgicamente, quedando limitado para cualquier esfuerzo físico. Sumado a ello, la dueña de esa pieza falleció y no pudo seguir alquilando.

Así se encontró Leonardo Omar Zabala. Sin casa, enfermo y sin posibilidad de ganarse el sustento. La solidaridad de su sobrina, Romina Mercado, le garantizó un techo prestado, en una habitación ubicada al fondo de la casa, donde vive su suegra. “Ella le puso una camita y lo ayudamos como podemos”, dice la joven, madre de dos hijos, que busca desesperadamente una ayuda para su tío.

“Cuando lo operaron decidimos tramitarle una pensión. Creíamos que le correspondía porque no puede trabajar. Además, ya perdió casi la totalidad de la visión de un ojo por la diabetes, así que está totalmente imposibilitado”, relató Romina, al contar que inició en el año 2011 los trámites en la Municipalidad para que Leonardo acceda al beneficio.

“Desde esa época hasta ahora nos siguen dando vueltas y vueltas. Nunca me dijeron que no le correspondía, pero me dicen que falta un papel, o que está archivada. Siempre es algo, pero lo cierto es que en todos estos años no le dieron la pensión”, agregó.

Ahora, tiene esperanzas puestas en dos frentes: uno, en el de una médica del dispensario del barrio San Martín, que la ayuda en los trámites que tiene que hacer. “Ahí también está María Emilia, una trabajadora social muy buena que me gestionó un medicamento, el Enalapril, que antes se lo teníamos que comprar”, señaló. El otro frente es la Auditoría General. “Hablé con Alicia Peressutti y las chicas que trabajan ahí, y me prometieron que iban a destrabar el trámite en Buenos Aires. Ojalá sea así, porque ya no sabemos a quién recurrir”, dijo.

La joven mujer trabaja a través del plan “Por Mí” en una panadería y tiene a sus dos pequeños hijos que atender. “Como puedo gestiono la ayuda. En un momento me habían dicho que como mi tío tenía una moto, -que en realidad ya había vendido- no le podían dar la pensión. Para hacer la transferencia, José Carignano me regaló dos cajones de pollos para vender y con eso pudimos pagar el trámite. Pero ni así funcionó. Desesperada fui dos veces a la casa del intendente. Me dicen que no tengo que hacer eso porque no es ahí la Municipalidad; pero fui tantas veces a la Municipalidad y me hacen esperar sin darme respuesta, que acudí a ese recurso”, señaló.

Aseguró que Martín Gill le prometió que la visitaría una trabajadora social. “Vino Marta Giusti, del MuniCerca del barrio, pero me dijo que hay gente que necesita más que mi tío. Ni el bolsón le quieren dar. Dicen que con el bolsón que me dan a mí cada dos meses nos tiene que alcanzar”, señaló.

“Necesitamos que alguien nos escuche. Mi tío puede recuperar el ojo si lo operan en Córdoba, pero ni podemos viajar porque no tenemos plata. Estamos tramitando el certificado de discapacidad y también eso es complicado. Con eso, podremos viajar sin costo para que lo operen”, dijo, esperanzada Romina.