A las 20 del lunes empezaron a llegar las primeras personas. Comenzaron a vacunar ayer a las 8 con 70 dosis disponibles, aunque algunos llevaron las que habían conseguido en farmacias. Solo el Pasteur emite la libreta que certifica la aplicación

La vacuna contra la fiebre amarilla, que se transmite  por un mosquito y cuya zona de riesgo incluye a distintas zonas de Brasil, comenzó a aplicarse ayer en el Hospital Pasteur, luego de una gran demanda por parte de los viajeros que pasarán sus vacaciones en ese país.

A las 8 empezó el trabajo en enfermería, pero 12 horas antes, a las 20 del lunes, ya había gente esperando en  la parte trasera del edificio de ruta 9.

Las dosis se consiguen con mucho esfuerzo en algunas farmacias de  la ciudad (alcanzan los $700), aunque en las últimas dos semanas se agotaron luego del aluvión de turistas que, influenciados por la paranoia de la desinformación, acudieron en forma masiva a los centros de salud.

Sucede que muchos se enteran en el momento que la ciudad a la que viajan ni está expuesta al virus o bien que se puede aplicar hasta 10 días antes de partir, por ende, quienes viajen en marzo no tendrán prioridad en los hospitales.

Muchos villamarienses que sí necesitaban colocársela urgente tuvieron que viajar hacia Córdoba, al Hospital Misericordia, pero algunos, incluso, debieron volver por quedarse sin turnos.

El martes que viene continuarán con la colocación y provisión gratuita de las dosis, por orden de llegada y hasta agotar las 70.

Quienes hayan comprado la ampolla por su cuenta pueden llevarla. Cabe destacar que los centros de salud públicos son los únicos que certifican la aplicación con el carné correspondiente.

Dicen que viajando…

A pesar que la fila se hizo larga y tediosa para algunos, el clima que reinaba en los jardines traseros del Pasteur (donde hacían la cola los viajeros) lejos estaba del mal humor: todo sea por las vacaciones.

Unos pocos se llevaron reposeras, otros equipo de mate y el resto aprovechó el servicio de café que gentilmente dispuso el personal del Pasteur para quienes habían pasado la noche allí o bien llegaban antes de la salida del sol.

“Hace tres semanas estamos tratando de conseguir la vacuna, preguntamos en la farmacias, en Córdoba en los hospitales, mandamos mails, pedimos turno, todo… después nos enteramos de esta posibilidad y nos vinimos”, comentó Analía, parte de un grupo de cinco matrimonios que habitualmente salen juntos, pero esta será la primera vez afuera del país.

Todos debieron presentar los pasajes en los que se indica la fecha de viaje y el destino.

“Vamos a Porto Seguro. Es recomendable para los argentinos, dicen que allá no te lo piden, pero sí lo recomiendan”,  agregó la mujer.

Jorge se vino de Monte Buey para conseguir la aplicación de la vacuna contra la fiebre amarilla, porque vive en Río de Janeiro y volverá pronto luego de un mes y medio en Argentina.

“Allá trabajo en una posada, en Río de Janeiro. Tengo gente allegada que me contó que desgraciadamente por los focos de fiebre amarilla, inclusive, hubo casos fatales”, relató el hombre. “Por lo que sé, el aumento de las lluvias generó que haya más riesgos”, agregó.

Otra postal típica: la “parejita” viajera, en este caso Melody y Santiago. Van a Río y quieren vacunarse “por precaución”.

No todas las ciudades presentan riesgo de contraer el virus

Lo importante

Para los que viajan a Brasil, la vacuna no está indicada para aquellos que lo hagan a Florianópolis y balnearios vecinos ni el estado de Paraná (incluyendo Curitiba). Tampoco se recomienda para gran parte del nordeste del país, incluyendo los estados de Sergipe, Alagoas, Pernambuco, Paraíba, Río Grande do Norte, Ceará y zona centro y Norte de Piauí.

Se debe asistir al hospital con el pasaje en mano (foto).