Natalia Di Rico trabajaba en Río Cuarto y resolvió instalarse en Villa María para abrir el primer laboratorio exclusivo para animales. Formó socios con un anuncio en EL DIARIO y hoy tiene una demanda importante desde las veterinarias
Desde hace unos meses, se instaló en nuestra ciudad un laboratorio integral de análisis exclusivamente para animales. Quien lleva adelante este proyecto es Natalia Di Rico, técnica en Laboratorio especializada en Análisis Veterinarios.
“El nombre es Punto Final porque es la denominación de una técnica que se realiza. Cuando una muestra cambia de color, se le llama punto final y de ahí el nombre. También porque cuando uno se propone algo tiene que continuar hasta lograrlo”, expresó Di Rico a este suplemento de EL DIARIO, en una charla en donde contó que tener su propio laboratorio es un sueño cumplido, luego de mucho años.
Antes vivía y trabajaba en un laboratorio en Río Cuarto, pero con su familia decidieron instalarse en nuestra ciudad: “Soy de un pueblo chiquito de Santa Fe y me fui a estudiar a Río Cuarto. Ahí conocí a mi marido, Federico, y tuve a mis hijos, Andrés y Joaquín, y juntos decidimos venirnos al año pasado a vivir a Villa María. Esto que tengo hoy, comenzó porque mis padres me ayudaron y me regalaron los equipos para empezar a trabajar”.
“Se me ocurrió poner un anuncio en EL DIARIO para buscar socios para este proyecto y armamos una sociedad de tres personas. Por cuestiones de la vida mis compañeras tuvieron que dejar y continué yo sola”, relató.
Trabajo en equipo
Para hacerse conocer, primero llevó folletos a todas las veterinarias “y tubos para las muestras”: “Repartí a cada uno y les expliqué lo que hago y cómo lo hago. Me costó mucho porque no fue fácil que se acostumbren y también me critican un poco los precios. Pero yo no los puedo bajar porque me lleva todo el día ver muestras en el microscopio. Estoy encontrando bacterias, parásitos, enfermedades”.
“La veterinaria Laura Borsero fue la primera que me mandó muestras, luego María Franchino y a partir de ahí muchos”, continuó.
A los veterinarios les entrega un tubito para la muestra del animal y el protocolo: “Ahí pido el nombre del veterinario, del animal, la raza y diferentes datos para tener en cuenta a la hora del análisis”.
También llega gente directamente con el animal a su laboratorio, enviados por un veterinario: “Hay semanas que no doy abasto y quiero salir corriendo con tanto trabajo por hacer y otras es más tranquilo”, bromeó.
“Hago todo lo que es un hemograma completo y dentro de eso lo que hago es ver si hay parásitos sanguíneos, moquillo, en qué grado está. Cuestiones que un aparato no lo determina, sino el ojo humano. Hemos encontrado enfermedades raras, algunos no podían creer lo que sale en los análisis”, señaló sobre qué la diferencia de otros.
“También lo que se hace es la parte de bioquímica sanguínea, serología y todo lo que es piel y pelo del animal y el coproparasitológicos, con una técnica especial”, agregó.
Di Rico trabaja principalmente con perros, gatos y vacas: “Muchos perros vienen de los campos con muchos parásitos, hongos. Hay casos de perros con convulsiones por ejemplo, que son urgentes. Hay que saber diferenciar cada cosa. También atendí muchas vacas de un campo, se morían y no sabían la causa y las pudimos determinar con los análisis”.
“Algunos se quejan porque dicen que es costoso, pero la serología y la citología es lo más costoso. También los reactivos, insumos y el tiempo que lleva, porque la idea es no equivocarme y hacerlo bien”, afirmó.
“Yo sabía que me iba a costar, como técnicos en laboratorio no somos muy valorados. Pero me gusta trabajar en equipo con el veterinario y esa es la idea. Me siento muy orgullosa de mi familia y todo lo que logramos, con el apoyo y el amor”, finalizó.