El doctor Juan Enrique Romero, reconocido por sus consejos en diferentes medios de comunicación, detalló en su portal web cómo debe ser el adiestramiento de un gato, una información vital para estos tiempos donde cada vez son más las personas que tienen mascotas.
Para el popular veterinario argentino, el adiestramiento debe comenzar mientras el gato sea aún un cachorro.
Si se les habla suavemente desde que nacen, cuando crecen se transforman en adultos confiados e independientes, resalta.
Además, indica que las primeras experiencias en la vida de los mininos son muy importantes, ya que los gatos que reciben caricias y atenciones desarrollarán con más facilidad un sentimiento de confianza que los que son tratados con frialdad o indiferencia.
Las recompensas como la comida o el afecto no funcionan bien para apartarlos de un mal hábito, como sucede en los perros.
La sorpresa, que nunca involucre dolor, es el mejor recurso para vencer casi todos los problemas de conducta felina.
En ese sentido, Romero dio las herramientas necesarias para el adiestramiento de un gato. A saber:
Atomizador: los gatos detestan los chorros de agua. Dispare sobre su gato un chorro de agua si éste clava sus uñas en alfombras, plantas, cortinas, etcétera. No grite, ya que él puede asociar el castigo con usted.
Bolsa de porotos: lance una pequeña bolsa llena de porotos cerca de su gato si intenta, por ejemplo, trepar por las cortinas.
Objetos sonoros: esta es una alternativa táctica para causar sorpresa, su ruido asustará al gato.
Bolitas de naftalina: para evitar que su gato escarbe en sus plantas de interior, esparza bolitas de naftalina sobre la tierra. Los gatos odian su olor. Asegúrese que queden fuera del alcance de los niños.
Palmaditas: si su gato lo utiliza a usted como poste para arañar o le lame la ropa dele suaves palmaditas sobre la nariz, pero nunca le cause dolor. Los gatos dominantes con frecuencia hacen lo mismo si otro se pasa de la raya. Regáñelo de esta manera si sólo se ha comportado mal con usted.
Trampas: usted puede estar ausente en el momento en que su gato decide portarse mal. En este caso es necesario ponerle “trampas” que lo disciplinarán al instante. Por ejemplo, cubra la mesa de la cocina con recipientes atados unos a otros con el objetivo de que choquen entre sí cuando el gato salte encima. O coloque trampas para ratones debajo de un papel grueso o cartulina, alrededor de la base de las plantas que pretende morder o arañar, al pisar sobre el papel accionará la trampa sin ser dañado y se asustará con el ruido provocado por ésta.
El marcaje de territorio y sus hábitos de higiene pueden considerarse socialmente inaceptables, pero cuando se les proporciona el equipo adecuado y reciben un buen entrenamiento, en la mayoría de los gatos los hábitos naturales se pueden domesticar.
Aprenden con rapidez a utilizar bandejas para sus deposiciones, arañar postes especiales y comer la comida especial que les preparamos.
Preparación de la bandeja: cubra la bandeja con papel de diario antes de llenarla con el material. Lo más importante para el gato es la sensación de textura que experimenta debajo de sus patas. Pruebe cuál es el material que más le gusta y use siempre el mismo, quizá se niegue a utilizar otro material si usted se lo cambia.
Poste para arañar: su gato araña para dejar marcas visibles en su territorio, así como para afilar sus uñas. Los postes deben colocarse en lugares prominentes y estar confeccionados con materiales adecuados para que las garras se claven con facilidad.
Juguetes: los juguetes brindan estímulos mentales y físicos. Las pelotas livianas se prestan para que las golpee con sus garras, mientras que los juguetes con forma de ratón alientan sus aptitudes de caza. Hay juguetes más sofisticados que estimulan el oído, tacto y vista.
Cepillos, peines y collares: los gatos domésticos, en particular los de pelaje largo, necesitan que usted los ayude a peinarse. Si el pelaje está muy sucio, es necesario un baño seco o húmedo.