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Historia breve de una perra llamada Mirra

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Historia breve de una perra llamada Mirra

Tenía hace mucho tiempo una perra que se llamaba Mirra; como de oriente el regalo que los reyes magos llevaron.

Pelaje muy raro tenía, gris plata diría; tan glotona era ella, devoraba lo que había: bizcochos, caramelos, carne.

Así todos los días, luego de la ingesta larga horas dormía, en una mesa de piedra que en el patio había; el sol acariciando su cuerpo, ¡qué lindas siestas se hacía! …Siempre estaba contenta, la cola siempre movía ¡Qué felicidad cuando a casa volvía!

Era mi compañera, mi amiga fiel si la había, así era mi perra ¡cómo la quería!…

Recuerdo cuando era pequeña, enfermó gravemente un día.

De una “virosis perruna”, la cuidé de noche y día, que más que un animal, una persona parecía… El veterinario me dijo: “Dé gracias señora, de que no es una perra fina que de haberlo sido, tan enferma quizás ya hubiera partido”. No me gustó que dijera que era ordinaria mi perra, para mí era única “el amor produce ceguera”.

Y pasaron los años, tranquilas, acompañadas, disfrutando del cariño que ella me brindaba, tantos años pasaron (dieciocho) que es decir muchos, que para un perro es sabido, los años se multiplican.

Pensaba… que tanta felicidad no duraría y así sucedió que un día amaneció muy “pachucha”, para tomar agua tan solo salía de la cucha. Ya no movía la cola, entre las patitas de atrás, que apenas si las movía, allí tenía mi perra, su colita escondida. Se acercaba el desenlace, muy triste me ponía y así fue que una tarde gris, de otoño y lluvia, dejó este mundo mi perra a la que yo tanto quería.

Después de ella no hay otra, me decía todos los días, pero esta sentencia fue en vano, a los pocos meses, Lisandro, me tenía otro “regalo”. No era linda esta perra, la pobrecita, bastante enferma venía, con remedios y cuidados logré superar ese estado.

Y hoy está sana y contenta, el lugar está ocupado, Pues la vida se encarga de cambiar lo programado. Pero estoy feliz con ella, es cariñosa e inquieta, glotona, se come todo y camina muy coqueta, tiene manchas negras en su cuero de ellas está llena, que más que una perra, la pobre, parece una vaca lechera.