Haciendo un detalle minucioso de los planteles de Rivadavia y Universitario, que mañana empezarán a jugar los primeros 90 minutos de una final atrapante, en cuanto a ascendencia por nivel y trayectoria, enseguida sobresalen dos figuras indiscutidas: Marcelo Berardo y Pablo Picotti.
Hoy por hoy, son los referentes de ambos clubes. Uno (Berardo) más vinculado por arraigo e idolatría, el otro (Picotti) por su ascendencia sobre el plantel y esencialmente por todos los títulos que ganó, tanto en la Liga local como en la región, en los otros clubes donde jugó.
Sin dudas que, de hacer un seleccionado de jugadores en los últimos 15 años de la Liga Villamariense, ambos serán nombrados rápidamente, por su virtudes futbolísticas, que continúan ratificando, domingo a domingo, y que la realidad actualmente los pondrá frente a frente, por el título. Tal vez no serán las figuras rutilantes o más destacadas en lo que va de esta campaña, ya que Nicolás Gayoso o Tomás Pratti, por desequilibrio ofensivo y capacidad de gol, son los nombres que sobresalen como primera impresión, pero la historia que tienen atrás tanto Berardo como Picotti, provoca que sean los “referentes” de esta nueva definición del torneo local.
PABLO PICOTTI
Con 35 años, es una de los marcadores centrales más sobresalientes que mostró el fútbol local y regional en los últimos 15 años, siendo multicampeón en la Liga Villamariense y en ligas aledañas.
Un defensor formado en Liga Cordobesa (más precisamente, en Instituto), llegó de muy joven al fútbol villamariense integrando el equipo campeón de Atlético Ticino, en el 2005, que cortó la hegemonía de Alem, en ese entonces.
Después se incorporó a Colón de Arroyo Cabral, siendo participe de ese plantel que empezó con una cosecha impresionante de títulos que conformó el elenco Rojinegro a finales de la década pasada. Luego se sumó a Ricardo Gutiérrez de La Palestina, su último club en la LVF, hasta que retornó a la U.
Entremedio, mostró su impronta en la región, en dos clubes poderosos en sus respectivas ligas: Matienzo de Monte Buey (Liga Bellvillense) y Atlético Ascasubi (Liga Ríotercerense).
Con ambos, precisamente, continuó cosechando títulos, ni hablar con Ascasubi, al punto que fue figura del plantel tricampeón de dicha liga y también del Provincial.
Hasta que, en el 2014, Universitario lo repatrió, en lo que fue particularmente su primer club en Villa María, donde ya estaba radicado con su familia y por su trabajo particular.
Jugó el Provincial, cayó en la final con Alumni, llegó otra vez a la definición en el último Apertura y ahora buscará obtener el anhelado título con Universitario, para así repetir lo que logró en cada club dónde jugó.
Por su trayectoria, ascendencia ante el plantel y esencialmente sus virtudes futbolísticas, lo convirtió en un referente invaluable (es el capitán) para el proyecto que lleva adelante Bernadó y compañía en la U, apuntalando a los más jóvenes que ha promovido, esencialmente en los dos últimos torneos, la entidad académica.
Ubicado como líbero o primer marcador central, según el sistema que disponga el entrenador, Picotti no muestra fisuras en su función de “último hombre”, con un capacidad de lectura, tiempo y espacio para los cierres. Y, para más, con una asombroso cordialidad deportiva (prácticamente, no comete faltas) y sin necesidad de “embarrarse”.
Aunque no integra el lote de marcador central de gran estatura típico, su capacidad de elevación le permite ganar mucho de arriba, sumado a su virtud de ubicación.
Sin dudas, un especialista en finales, que otra vez buscará llevar a lo más alto a su equipo.
MARCELO BERARDO
Con 34 años, es de los arqueros más elogiados que brindó el fútbol local en las dos últimas décadas por sus capacidad innatas en el arco y que perfeccionó como pocos.
Empezó, desde niño, su carrera en el baby fútbol en All Boys de nuestra ciudad, hizo inferiores en su amado Rivadavia de Arroyo Cabral, para luego partir a Rosario, en las divisiones formativas de Newell’s.
De igual modo, a los 18 años, decidió retomar al fútbol doméstico, a “sus pagos”, y debutó de muy joven en el arco del Verde de Arroyo Cabral, en el 2002, compartiendo plantel con su hermano César, después de que finalizará la recordada Alianza Arroyo Cabral, con Colón.
Y aquel mismo entrenador (Marcelo Alamo) que lo llevó a la Lepra, lo convocó para el Sub 20 que enfrentó aquellos recordados amistosos con los seleccionados juveniles de AFA, en Plaza Ocampo, como así también lo llevó –mientras ya era un indiscutido en el arco de Rivadavia pese a recién pasar los 20 años- a Alem, para el Provincial del año 2006; y fue una destacada figura de aquel plantel que logró por primera vez dicho título para el Tricolor villanovense.
Por sus notables capacidad bajo los tres palos, continuó su carrera en Alumni a nivel nacional, en el Federal A, y se ganó la titularidad, logrando ser un pilar en campañas donde enfrentó a los grandes del norte del país y de la provincia, como Racing de Nueva Italia (todavía se recuerdan los penales atajados en un clásico), Sportivo Belgrano, Estudiantes de Río Cuarto, Juventud Antoniana (donde jugó una temporada), Atlético Tucumán, por decir algunos.
Después de ello, estuvo un tiempo sin jugar, teniendo idas y vueltas con Rivadavia. Curiosamente, no integró los dos últimos planteles que logró el título, el del 2007 (estaba en Alumni) y el del 2013 (el arquero era José Gobbi, hoy finalista de la Región Centro del Federal B, en Sarmiento de Leones).
De igual modo, retornó definitivamente al arco donde mejor está, el de Rivadavia, para los 100 años del club y ser el “1” del plantel que conduce Marcelo Santoni. Y su estirpe está intacta; y si hacía falta alguna demostración, lo dejó en claro el pasado domingo, ante el clásico rival Colón, con atajadas espectaculares en los minutos reglamentarios y figura esencial en los penales definitorios.
Qué decir de los atributos de Berardo como arquero. Por arriba y abajo, brillante; conoce todos los secretos del puesto y su pegada para sacar desde el arco, tanto con pelota al piso o en el aire, es sobresaliente, anticipándose en sus comienzos a tal vez al prototipo del arquero actual.
Es decir, es uno de los arqueros más completos de la Liga Villamariense, que ya está en la historia del Verde, como su apellido, pero que quiere refrendar ese vínculo con una corona.
Detalles de la primera final
A las 20
… comenzará mañana la primera final, en Plaza Ocampo, entre Universitario y Rivadavia.
A las 18.15
… se jugará la primera final de Reserva, entre el Verde (defensor del título) y Alumni.
Similares
Veintiocho (28) puntos lograron ambos equipos en la fase regular, clasificándose como líderes de sus respectivas zonas y con un recorrido prácticamente idéntico: nueve victorias, un empate, dos derrotas y 29 goles a favor. En lo que no coincidieron fue en goles en contra, ya que el Verde recibió 8 tantos y 13 la U.
Goleadores
Nicolás Gayoso, con 11 tantos, es el goleador de Rivadavia en el certamen. En la U, su máximo artillero es Tomás Pratti, con 9 goles, y con menos partidos que el atacante Verde. Vale recordar que el goleador del Clausura es José Ledesma, de Sportivo FC, con 12 conquistas.
Primera
Universitario y Rivadavia animarán una final por primera vez en la historia en la Liga Villamariense de Fútbol.
Tercera
Marcelo Santoni sostendrá su tercera final como entrenador de Rivadavia; las dos anteriores fueron en el 2013, logrando un título (venció a Alem en el Apertura) y un subcampeonato (cayó con Ticino en el Clausura).
Cuarta
Gastón Chino Moyano sostendrá su cuarta final consecutiva en el certamen local y, de las cuales, todavía no pudo conquistar el título; es que, fue subcampeón con San Lorenzo de Las Perdices el año pasado y con la U en el Apertura.
Quinta
Joselito Bernadó, el DT con más años consecutivos a cargo de un equipo en el ámbito local, sostendrá su quinta final con Universitario, en siete años (o 14 torneos). Previamente, logró un bicampeonato (en 2011) y dos subcampeonatos (en 2014 y en el Apertura de este año).