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Hostels: una tendencia que gana cada vez más adeptos en la ciudad

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Hostels: una tendencia que gana cada vez más adeptos en la ciudad

En Argentina hay más de 200 hostels y cada vez más viajeros eligen este sistema de alojamiento. Nuestra ciudad no es la excepción y hace un tiempo ya se sumó a esta nueva forma de hospedar

Dormir en una de las habitaciones compartidas ronda entre $150 y $250. Hay áreas comunes que pueden disfrutar todos

El alojamiento en hostels es una tendencia mundial que crece día a día y Villa María no es la excepción.

Pero, ¿qué es un hostel? Se trata de un hospedaje que se caracteriza por el bajo precio de las habitaciones o camas. Pero principalmente promueve el intercambio cultural y social entre los huéspedes.

Al haberse convertido en la ciudad de paso por excelencia para los turistas, estos hostels reciben todos los días huéspedes desde distintos puntos del país y extranjeros, que deciden pasar la noche antes de seguir viaje.

Dormir en una de las habitaciones compartidas, ronda entre $150 y $250. También se caracterizan por tener áreas comunes, como cocinas, quinchos, salas de estar, en donde se puede cocinar, se arman asados entre todos los que están pasando sus días en el lugar y generalmente se vive un clima de amistad y compañerismo. Es una filosofía distinta al del hotel tradicional.

«Hemos tenido alemanes, rumanos, mexicanos, colombianos, italianos, hasta ayer tuvimos una parejita de uruguayos», le dijo a EL DIARIO Facundo, dueño del Hostel Girando.

Este hostel fue el primero en abrir en la ciudad, hace más de cuatro años. Facundo lo maneja hace un año y medio.

Cada persona que llega a Girando, va dejando un recuerdo de sus país, por eso en el mostrador tienen una mesa llena de monedas y billetes del mundo, un habano y hasta un jabón, “de todo”.

“Babel, buen hostel” abrió hace nueve meses y ya recibió a miles de personas, según indican sus dueños.

“La mayoría de la gente anda de paso, gente que va conociendo ciudades o son mochileros. Han venido de Bélgica, de México, Chile, Cuba, Ucrania, Brasil, India, Uruguay y ahora hay una mujer de Estados Unidos», cuenta Marina.  

“Todo el mundo pasa por acá, a cualquier punto del país que uno quiera ir, generalmente tenes que pasar por Villa María, es un punto intermedio. Todos los días renuevo la gente y todos vienen y quedan maravillados con esta ciudad. Los porteños, llegan y descubren que es una ciudad hermosa para vivir y se quieren venir para acá”, agregó Mario, esposo de Marina y quien tenía, desde hace muchos años, el sueño de poner un hostel en nuestra localidad.

Abrieron en mayo y llegó el primer pasajero desde Jujuy: “No teníamos ni página web ni Booking, llegó de casualidad, pero así empezamos”.

“Mis amigos más íntimos tenían terror, no confiaban mucho en la idea. Pero decidimos invertir fuertemente y con convicción y hoy estamos obteniendo los frutos por la cantidad de gente que recibimos. Todos quedan chochos”, siguió contando Mario.

Cada hostel posee un total de 30 plazas, que siempre tienen ocupantes y en Babel, en planta baja, hay una habitación adaptada para personas con discapacidad: “Hay días que esta bastante lleno y otros no, es muy relativo, pero el nivel de gente se mantiene todo el año así. En el verano se ve un poco más, pero no es un gran cambio”, contaron desde Girando.

Girando, también funciona como bar y se llena cuando hay recitales de rock en la ciudad

Intercambio de culturas

“Los hostels los conocí hace unos 15 años. Soy un aventurero, viajante y montañista y siempre me encantó la movida, donde principalmente se comparte una mesa, una cena, un café, largas conversaciones con gente de todo el mundo”, cuenta Mario.

“Yo soy productor agropecuario , trabajé muchísimos años en eso y ésta no es una historia que se me ocurrió de un día para el otro. Mi sueño siempre fue, cuando dejara de trabajar en el campo, poner un pequeño hotel . Siempre tuve la duda de que un hostel se adaptara a Villa María, pero es una tendencia mundial, la juventud hoy viaja y para en hostels y se ve reflejado”, detalló.

Hay mucha gente que le gusta viajar así: “La idea fue poner algo diferente, era todo un desafío ponerlo acá. Pero también es cierto que es una ciudad de paso”.

En el mundo, hay mucha gente que va a hostels y cambia el valor de la estadía por trabajo, limpiando las habitaciones o en otra área donde se necesite: “Pero es imposible en Villa María utilizar ese método. La legislación no lo permitiría”, dicen desde Girando.

La interacción entre los huéspedes figura entre las características más valoradas de este tipo de alojamiento: “Se genera un increíble intercambio cultural, muchos se van tomando y adoptando el mate. Compran yerba para llevarse a sus países”.

Durante las noches se juntan a tocar la guitarra, a conversar sobre viajes anteriores de cada uno, a intercambiar experiencias: “Pero hasta cierta hora, porque respeto el tiempo de sueño de todos y me gusta cuidar la comodidad y confort de las personas que nos eligen”, explica Mario.

Muchos extranjeros adoptan el mate y compran yerba para llevarse a sus países

Cosmopolita

A la ciudad llega gente desde todas las provincias de nuestro país: “El otro día llegó uno desde Misiones que se iba en auto hasta Ushuaia. Otros de Buenos Aires que van a las sierras y paran una noche acá. Desde Salta que van al sur y vienen muchas personas que tiene parientes internados en clínicas locales”.

También llegan muchos extranjeros: “El otro día vino un austríaco que viajaba en bicicleta. Vienen muchos en moto, todas las semanas tenemos tres o cuatro. Ayer cayeron dos chicas con dos motos iguales que venían desde Chile y viajaban por todos lados y unas noches pararon acá”.

A Babel llegó un grupo de músicos de la India: “Todos vestidos con sus ropas típicas y trajeron todos sus instrumentos de cuerdas largos (sitar), y bajaron con sus túnicas claras y querían tomar un té. Son serios y de pocas palabras. Uno no está acostumbrado a ver gente de una cultura tan distinta en nuestra ciudad, pero es increíble”. Este grupo llegó por un encuentro que organizó un centro de yoga de la ciudad.

“De Bélgica paró una chica un mes. Estuvo viviendo un mes en Perú, un mes en Ecuador y venía un mes al país porque quería trabajar en la Asistencia Pública y en el barrio Los Olmos en un programa de Médicos Sin Frontera. Estaba feliz de elegir el lugar, quería aprender a bailar tango así que me encargué de buscarle el lugar donde pudiera aprender”, agrega.

Las universidades también generan mucho movimiento de gente: “Han venido muchos chicos que mandan desde la Universidad, músicos. Aprendí de instrumentos más que nunca. El otro día vino un grupo de 20 guitarristas de Mendoza”.

En julio llegó una chica desde Cuba, convocada por la UNVM para dar una conferencia: “Sufrió el frío pobrecita, no estaba acostumbrada para nada, no tenía dimensión del invierno. Además la llevé al campo para que vea la siembra, los tractores, le regalé un taladro para el marido y ella nos contó de su vida allá. Se fue muy feliz”, contó Mario.

“Hemos logrado un nivel muy bueno de huéspedes. Mi temor principal era que al venir tanta gente ensucien el lugar, rompan, roben pero en 9 meses no tuve ni una situación así”, detalla desde Babel.

 

Internet, punto de contacto

El contacto a través de páginas web, redes sociales y páginas especializadas en alojamiento a nivel mundial, como Booking.com, son las fuentes principales de consulta. Después llegan mucho por recomendaciones, hay muchas paginas de mochileros en donde funciona el “boca en boca”.

“Cuando viene una banda de rock, vienen en grupo, hacen previa acá y vuelven a dormir. Es un precio apto para su presupuesto”, cuenta Facundo de Girando.

Mario expresa su satisfacción por haberse animado a cumplir su sueño: “Estoy feliz de tener este trabajo, de haberme jugado entero. Hace casi un año que empezamos con este proyecto y a trabajar con una espátula para sacar el empapelado de las paredes. Al día de hoy hemos logrado cosas increíbles. En Booking tenemos una valoración de 9,4 sobre 10 y leer los comentario me llena de satisfacción”.

“Es una propuesta arriesgada, pero me han dicho que no tengo nada que envidiarle a los de Europa” finalizó.