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«Hoy está muy poco considerado el problema de la salud visual»

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«Hoy está muy poco considerado el problema de la salud visual»

La técnica óptica contactóloga villamariense tiene 30 años de experiencia en la profesión, 20 de los cuales ejerció en Italia. Conjugar la estética y la salud, al tiempo que crear conciencia de que la prevención es un factor determinante, es uno de los desafíos con los que se encuentran hoy los técnicos ópticos, ya considerados en la actualidad auxiliares de la salud

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Marisa Montoya, durante el diálogo que mantuvo con EL DIARIO en la óptica donde ejerce su profesión

Los técnicos ópticos enfrentan en la actualidad el desafío de ofrecer un servicio que conjugue salud y estética, al tiempo que concientizar a la población acerca de la importancia que tienen la prevención y la detección temprana de los problemas de la vista.

En eso coincide Marisa Montoya, quien se recibió de técnica óptica contactóloga en el Profesorado Antonio Sobral y ejerció la profesión, con ese mismo título, durante 20 años en Italia para luego regresar al país, hace unos años ya, y afincarse en Villa María.

“La única diferencia que existe entre Europa y la Argentina en materia de óptica radica en que los europeos realmente se toman en serio la salud visual; hacen consultas periódicas, se atienden y respetan a rajatabla lo que les receta el oftalmólogo y les aconseja el técnico óptico. Por lo demás, en cuestión de materiales y aparatología, estamos iguales; no hay diferencias. Trabajamos con los mismos materiales y herramientas, que son importados, desde luego. En esto no existe industria nacional porque no hay un mercado lo suficientemente grande para absorber la producción”, asegura Montoya.

Montoya: “Si el anteojo no es idóneo, causará más daño que protección”
Montoya: “Si el anteojo no es idóneo, causará más daño que protección”

La profesional entiende, además, que “en los últimos años todo ha cambiado muchísimo en lo que a óptica se refiere, tanto respecto a conocimientos, materiales e instrumentos como en lo atinente al aspecto conceptual. Empezando por el hecho de que hemos dejado de ser considerados meros técnicos, como lo éramos hace un tiempo, para ser considerados ahora auxiliares de la salud. De hecho, existe en la Universidad Nacional de Villa María la Licenciatura en Optica Oftálmica para quienes egresan de la tecnicatura, aunque, claro, la experiencia es fundamental y eso sólo se consigue ejerciendo durante muchos años”, señala la profesional.

Para Montoya, “hoy está muy poco considerado por los propios paciente y usuarios el problema de la salud visual. No es una prioridad. Mucha gente gasta, tal vez, mucho dinero en artículos de otro tipo, incluso suntuarios (ropa, calzado, peluquería) y no quiere gastar en salud visual. Entonces compra anteojos para sol, por ejemplo, o para mejorar su visión, considerando más el precio que la prescripción. Mientras tanto, la tecnología y la ingeniería han avanzado tanto que incluso los anteojos para el sol pueden ser personalizados porque no da lo mismo cualquier color ni cualquier material. Si el anteojo no es idóneo, causará más daño que protección”, explica la experta.

 

Marisa Montoya, en plena acción, trabajando en lentes de contacto
Marisa Montoya, en plena acción, trabajando en lentes de contacto

Personalizadas

Montoya no cree que, al menos en los últimos 50 ó 60 años, hayan cambiado las dolencias o enfermedades de la vista.

“Creo que lo que ocurre, fundamentalmente, es que en la actualidad la vista está más exigida, bombardeada con más información visual y la estamos esforzando más todo el tiempo. Por eso desde nuestra profesión debemos brindar más respuestas a las necesidades de cada paciente o usuario. Debemos ver qué tipo de trabajo realiza, por ejemplo, y de acuerdo a eso y a las características individuales, se hacen lentes personalizadas”, explica Montoya.

“Antes la gente leía menos, no veía tanta televisión ni trabajaba con computadoras y teléfonos celulares.

Pero esas exigencias han hecho que también el ojo, como órgano, vaya evolucionando y adaptándose, de modo que no creo que hayan aparecido nuevas dolencias que aquejen al usuario.

Salvo, tal vez, el síndrome del ojo seco, que tiene lugar porque cuando concentramos la vista en la pantalla de la computadora, parpadeamos menos, y como el parpadeo tiene la función de mantener el ojo hidratado, al parpadear menos, se moja menos”, señala Montoya.

“Y lo que es una suerte es que en los últimos años se ha superado el prejuicio de usar anteojos; ya no se discrimina a quienes los usan, y hay tantos modelos y variedades para ofrecer, que la cuestión estética ya no es un problema. De este modo, se puede dar una respuesta en el plano de la salud y de la estética al mismo tiempo”, asegura la profesional.

“Sólo resta que la gente tome conciencia de la importancia que tiene la salud visual”, concluye.