Un poco de historia
En el año 1910, Demetrio Jaureguialzo y Albisu, fundó el pueblo de Idiazábal, ordenando al agrimensor, Pablo López Moreno, el levantamiento del trazado de los detalles urbanísticos.
El fundador, en su visión del lugar al que le dio impulso vital, lo imaginó con calles amplias y generosos espacios para los edificios y otras dependencias públicas.
Sin pensar en las ventajas económicas que la reducción de espacios hubiera otorgado, el visionario actuó en consonancia con los extensos terrenos que tuvo ante sí, y en grande garabateó las líneas fundamentales del incipiente territorio urbano.
Las calles de 20 metros de ancho y un bulevar de 30 metros de cordón a cordón que se erige como la arteria principal de tráfico, se destacan hoy de aquel trazado que ubicó a Idiazábal en el de uno de los más modernos de la provincia de Córdoba.
En 1910, se inaugura además la extensión del ferrocarril, que comunica a la población de Idiazábal, con las ciudades de Córdoba y Rosario, además la integra al «Granero del Mundo». Dos años después, más precisamente el 7 de mayo de 1912, se aprueban los planos del pueblo mediante un documento que aparece en la «Compilación de Leyes, Decretos y demás disposiciones de carácter público”, del Archivo del Gobierno de la provincia de Córdoba.
Jaureguialzo y Albisu, falleció en el año 1934, cuando la fisonomía del pueblo estaba delineada y en pleno apogeo. Hoy, una población pujante, traza nuevos horizontes dándole vida a cada uno de los lugares que el fundador soñó, diseñó y estableció en los albores del siglo pasado.