Propuesta/Circuito “Casas con historia”
Además de sus múltiples joyas naturales, el hermoso pueblo de Nono acoge un loado patrimonio arquitectónico, que habla de la extensa línea de vida del pueblo (nacido a finales del siglo XVIII), y de lo bien que se conserva. Aquí, un recorrido por algunas de las casas históricas de este emblema del Valle de Traslasierra.
De las más antiguas
El paseo comienza con una de las construcciones más antiguas de la otrora aldea. Se trata de una vivienda privada erigida en el año 1880, y que hoy funciona como local gastronómico. Tiene un estilo colonial que sobresale tanto en el interior como en el exterior con detalles que se respetan en las aberturas (de madera) y el techo (con tejado). Sus paredes están hechas de adobe crudo, revocado a la cal.
El primer hospedaje
Nacido en el año 1920, el inmueble que reposa en la esquina de calles Sarmiento y Cura Brochero destaca con sus muros de melancólico ladrillo visto (bien de aquellos años). Fue el primer hospedaje del pueblo y todavía funciona como tal (aunque también es casa familiar). Desde su patio central se obtienen excelentes vistas de las Altas Cumbres.
Despensa
Frente al “Primer Hospedaje”, la actual sede de la Despensa Blanco y Negro (erigida hacia el 1950) presenta encantadoras pintas de pulpería. Antes, había ofrecido servicio como casa de un cura local y también como almacén de ramos generales. Impresiona su fachada de casi 15 metros de frente, también en ladrillo visto sin revoque.
La Posta de Nono
Ubicada justo en frente de la Iglesia San Juan Bautista, la otrora Posta de Nono fue construida en el año 1887, dos décadas después que el célebre templo. Con vistas a la placa central (una de las más bonitas de la provincia, ofrece espectaculares panorámicas de las Sierras Grandes) la propiedad supo ser utilizada por viajeros que atravesaban las Altas Cumbres desde o hacia Córdoba capital. Actualmente restaurante (también fue pulpería y posada), presenta un delicioso estilo toscano (de Toscana, Italia) y muros de adobe original. Se cuenta que en su patio central, en el que llama la atención un aljibe original, se solían realizar riñas de gallos.
Subcomisaría
Ayer residencia familiar, la casona que es sede de la Subcomisaría de Nono hace esquina mirando a la plaza central, en estupenda postal. La fachada tiene un marcado estilo colonial (los más avezados en el mundo de la arquitectura podrán apreciar las formas clasicistas). Vio la luz en el año 1927, y supo ser club social.
Auténtico almacén de ramos generales
“Pegada” a la Subcomisaría (en realidad las separa una calle, la Siria, que luego se convierte en Sarmiento), la variopinta casa de ladrillo visto vecina a la plaza (1920) es acaso la más hechicera de todas las viviendas de Nono. El viajero que ingrese al almacén-bar-ramos generales-hospedaje se sentirá en otra época, materializando un viaje cósmico de un siglo. La estructura, el mobiliario y las formas de los clientes que apuran el vasito de vino acompañan tales sentires. Auténtica y feliz la experiencia.
Casa de un artista
A media cuadra de la plaza, sobre calle Hipólito Yrigoyen, aparece la casa donde funciona el Taller de Víctor Bustillos Aguilar. Así se lo conoce al inmueble, de estilo colonial hasta en sus farolas externas, elixir para los admiradores de los detalles. En su interior, una exhibición permanente convida con las obras de este pintor, escultor, dibujante, escritor y poeta boliviano, quien habita el valle desde el año 1980.