La investigación policial comenzó el mismo domingo por la noche y dio sus frutos ayer, luego de que se estableciera que el múltiple homicida iba en un coche de la empresa General Urquiza que se dirigía a la capital provincial
Diego “el Chino” Loscalzo, sindicado como el autor de la “masacre de Hurlingham”, fue detenido luego de que los investigadores siguieran sus movimientos a través de la intervención de su teléfono celular y determinaron que había abordado un colectivo hacia esta provincia.
Los detectives de la Policía bonaerense que intervinieron el celular del acusado establecieron que mientras estuvo prófugo cambió de chip, por lo que se produjo una “ventana horaria” en la que le perdieron el rastro, aunque poco después lo volvieron a localizar en la Terminal de Omnibus de Retiro y en la empresa Urquiza.
Ante esta situación, los investigadores se comunicaron durante la madrugada con la División Homicidios de la Policía de Córdoba y le comunicaron que Loscalzo estaba a bordo de un ómnibus que se dirigía hacia la capital provincial.
“Ahí se montó un operativo policial importante con efectivos de la Provincia, la Policía Caminera y la Federal para ver dónde se iba a interceptar el colectivo y proceder a la detención”, explicó a la prensa la fiscal de Río Segundo, Patricia Baulies.
“Se logró comunicarse con el chofer del colectivo y le hicieron saber la situación hasta que finalmente se decidió que frenara en Río Segundo para que subiera la Policía”, indicó la funcionaria judicial.
Exhaustiva requisa
Según Baulies, “ya en sede policial se hizo una requisa más exhaustiva de todos los pasajeros para ver que no hubiera ningún cómplice y de todo el equipaje”.
“Fue un trabajo policial impecable. No hubo ningún problema, ni un forcejeo, nada (…) El (por el acusado) lo único que intentó fue deshacerse de la documentación. Tiró su DNI al baño, pero después lo rescató la Policía”, señaló.
Baulies indicó que “otros pasajeros comentaron que el hombre iba tapándose la cabeza con una campera y que fue nervioso todo el viaje”.
Consultada sobre lo que dijo al momento de su captura, la fiscal indicó: “Me consta que él estaba pidiendo no volver a Buenos Aires, que lo juzguemos en Córdoba porque la mujer de él era policía bonaerense y tenía miedo a represalias. Pedía que la causa quedará aquí, pero eso no va a ocurrir”.
Luego de ser notificado sobre las causas de su detención, Loscalzo fue alojado en el penal de máxima seguridad de Bouwer y hoy será trasladado a Buenos Aires por una comisión policial que lo irá a buscar.
Sobre la autopista
Por su parte, el director de la Policía Caminera de Córdoba, comisario Adrián Delgado, informó que la detención se concretó a las 13.35 sobre la autopista Rosario-Córdoba, a la altura de Río Segundo, a partir de que ya contaban con el número de interno del colectivo (el 3.907) y el del asiento que ocupaba el sospechoso (el 13), los cuales habían sido aportados por la empresa Urquiza.
“Este sujeto fue reconocido rápidamente por personal de la Policía Caminera por las fotografías e inmediatamente se procedió a la aprehensión sin darle posibilidad a ningún tipo de acción”, dijo el comisario.
Delgado añadió que “fue bastante sorpresivo para él, no le dimos tiempo a nada”, y agregó que en ese momento Loscalzo les dijo que “se estaban equivocando”, que “no era la persona buscada”, aunque aclaró que “las fotografías son claras”.
Según el jefe policial, el sospechoso no llevaba arma ni equipaje y que sólo tenía “una billetera con poco dinero encima” y que los choferes comentaron que “había sacado un pasaje de último momento”.
Los crímenes, paso a paso
Diego Loscalzo estaba en pareja con Romina Maguna (36), una oficial de la Policía bonaerense del Comando de Patrullas de San Isidro.
Alrededor de las 22.50 del domingo, Loscalzo discutió con la mujer mientras cenaban en la casa en la que convivían junto a un hijo de ella, de 11 años, situada en la calle Cañuelas 2403, de Williams Morris, en Hurlingham.
En medio de la pelea, Romina recibió varios balazos efectuados con su propia pistola reglamentaria y cayó muerta en el acto en el sector de la cocina-comedor, tras lo cual el tirador le apuntó con el arma al niño, pero no gatilló.
Al escuchar los disparos, la hermana de Romina, Vanesa Gisele Maguna (38), y el esposo de ésta, Darío Daniel Díaz (33), que ocupaban con sus tres hijos una casa ubicada en la parte trasera del mismo terreno, se dirigieron hasta la vivienda delantera junto a una vecina que se encontraba con ellos, Cinthia López Gotta, para tratar de detener a Loscalzo.
En esas circunstancias, el acusado efectuó al menos nueve disparos contra estas tres personas, a raíz de lo cual Vanesa cayó muerta junto a su hermana, Díaz quedó malherido en el sector del porche -aunque falleció horas después en el hospital- y López Gotta sufrió tres heridas de bala.
Loscalzo escapó a bordo de una moto hacia la vivienda de la madre de Romina, Juana Paiva (55), situada en la vecina localidad de Villa Tesei, también en Hurlingham.
A metros de arribar a dicho domicilio, en la esquina de Schubert y Beethoven, el tirador se cruzó con un Renault 19 en el que viajaban Paiva junto a su hijo José Eduardo Maguna (34); la esposa de éste, Mónica Beatriz Lloret (36), embarazada de nueve meses y con fecha para dar a luz ayer, y una hija de 12 años.
El homicida atacó a tiros el auto, lo que provocó la muerte de Maguna y Paiva, mientras que tanto la embarazada como su hija resultaron heridas de tres balazos cada una, por lo que fueron trasladadas al Hospital Posadas.
En ese centro asistencial, Mateo, el bebé en gestación de Lloret, nació muerto, ya que uno de los tiros contra su madre perforó el útero y lo hirió mortalmente, al tiempo que la madre quedó internada con pronóstico reservado.
Los primeros peritajes realizados en las dos escenas del crimen establecieron que el tirador efectuó al menos 19 disparos: 12 en la casa de la calle Cañuelas y siete en la intersección de Schubert y Beethoven, todos ellos con la misma pistola, la cual tuvo que recargar.
«Papá, por favor no me mates»
El hijo de 11 años de Romina Maguna, la pareja del autor de la masacre de Hurlingham, le rogó al asesino que no lo matara cuando éste le apoyó un arma en el pecho: “Papá, por favor no me mates”, le suplicó, según contó Marcelo, vecino de la casa donde Diego Loscalzo mató a su mujer. El testigo fue el primero en ingresar a la casa cuando, a las 22.55 del domingo, uno de los hijos de la mujer le pidió ayuda. “Vino a tocar la puerta de mi casa. Lo hice entrar pensando que les estaban robando. Cuando entró, el nene me dijo que el Chino había matado a la madre”. “¡Mató a mamá, me mató a mi mamá!”, le dijo llorando el menor, quien también le contó que se salvó porque le suplicó por su vida al asesino.