Casi lo indica un informe, que abarca a la región comprendida por Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay. El 20% de los nacimientos de madres adolescentes corresponden a mujeres que ya habían tenido al menos un hijo
Una de cada cinco mujeres será madre antes de cumplir 19 años en la región comprendida por Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay, mientras que el 20% de los nacimientos de madres adolescentes corresponden a mujeres que ya habían tenido al menos un hijo, según un relevamiento presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
«El trabajo permitió constatar mediante un análisis riguroso y sistematizado que, aunque ha disminuido en los últimos diez años, la región del Cono Sur sigue teniendo un problema con el embarazo adolescente, que la mayoría de los casos no fue planificado», indicó a Télam Virginia Camacho, coordinadora del relevamiento. El informe, denominado «Fecundidad y maternidad adolescente en el cono sur: apuntes para la construcción de una agenda común», concluyó que «una de cada cinco mujeres» de la región comprendida por Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay «será madre antes de terminar la adolescencia, proporción que descendió sólo en Paraguay en las últimas dos décadas».
El trabajo señaló además que, del total de embarazos del Cono Sur, 1.250.000 corresponden a madres adolescentes lo que representa entre el 15% y el 20%, una proporción que se mantuvo estable la última década.
Además, se detectó que «un 20% de los nacimientos que ocurren anualmente en adolescentes son del orden 2 o más, es decir, de madres adolescentes que ya han tenido uno o más hijos».
En este aspecto, el informe aclaró que en Chile, la proporción de estos embarazos «es algo menor (14%)», y que en todos los casos, la repetición de la maternidad en la adolescencia ha descendido.
«La falta de acceso efectivo a métodos anticonceptivos es la principal causa del embarazo adolescente, y esto se da por múltiples causas pero en todos los países relevados, al igual que en el resto del mundo, esta situación refleja siempre las condiciones en las que viven las jóvenes», indicó Camacho.
Y continuó: «Esto implica que, por un lado, las que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad social están más expuestas a un embarazo no planificado, al tiempo que una vez que fueron madres, su condición socioeconómica empeora por lo que se reproduce la desigualdad».
En este sentido, el reporte señaló que «la mayoría de las adolescentes que fueron madres están fuera del sistema educativo al momento del embarazo», mientras que, «de estar estudiando, el embarazo y nacimiento precipita el abandono escolar».
La situación del Cono Sur se reproduce en toda la región de América Latina y el Caribe donde, de acuerdo a estimaciones de Naciones Unidas, la tasa de fecundidad adolescente es de 73,2 por mil, lo que casi duplica los niveles del resto de las regiones (48,9 a nivel mundial) y sólo es superada por Africa, en donde alcanza el 103 por mil.
El informe realiza un análisis de los programas de educación integral de la sexualidad y de los marcos normativos de cada país, como por ejemplo, el suministro de métodos anticonceptivos de manera gratuita y el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva en forma autónoma, sin obligación de acompañamiento de un adulto y como respeto al derecho de confidencialidad.
La especialista, destacó que «en este contexto, los países relevados (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) cuentan con buenos marcos legales y políticas destinadas a prevenir el embarazo adolescente, pero esta cobertura no llega a ser universal».
«Esto se debe a una tensión entre la oferta y la demanda, es decir, muchos servicios que se ofrecen no son amigables o no son oportunos en cuanto a los horarios que se brindan, los jóvenes no se sienten cómodos y por lo tanto no se acercan», describió.
Y añadió que «otro tema central es la necesidad de educación sexual integral; en el Cono Sur sólo Argentina cuenta con una ley específica, pero en la práctica el acceso a esta educación tampoco es universal».
«Nosotros observamos un compromiso político de la región con la temática que todavía no ha sido suficiente, porque estos son procesos muy lentos que implican además transformaciones culturales, económicas y sociales muy profundas que llevarán años realizar», concluyó Camacho.