Inicio Culturales Javier Páez: “Los chicos en el colegio siempre se enganchan con el terror”

Javier Páez: “Los chicos en el colegio siempre se enganchan con el terror”

0
Javier Páez: “Los chicos en el colegio siempre se enganchan con el terror”
“El sentimiento del miedo es primitivo”, afirma el escritor

Escribe Iván Wielikosielek ESPECIAL PARA EL DIARIO

El entrevistado es profesor de Literatura en el Rivadavia, cantante de heavy metal y escritor de relatos fantásticos. Su cuento, de reciente aparición en una revista local, combina la mitología de los zombies con el costumbrismo en los pueblos de la pampa gringa. Habló de su pasión por los relatos de miedo y la fascinación que el género ejerce en los adolescentes

“El sentimiento del miedo es primitivo”, afirma el escritor
“El sentimiento del miedo es primitivo”, afirma el escritor

En un campanario de la llanura, un muchacho espera con una escopeta a que caiga la noche. Sabe que con la oscuridad empezarán a aparecer. Son ellos, “los resucitados”, un verdadero ejército de “zombies” de la pampa sojera que, levantándose inexplicablemente de sus tumbas, han diezmado al pueblo. El muchacho fue uno de los pocos que pudo escapar de la masacre por encontrarse borracho en el baño de una fiesta, luego de lo cual consiguió refugio. Lo que no sabe es hasta cuándo tendrá comida o si le alcanzarán las balas para tanto enemigo. Y, sobre todas las cosas, no sabe hasta cuándo podrá soportar una vida demasiado parecida a una cacería. Y para sobrevivir a ese “infierno grande” instalado en su “pueblo chico”, para evadirse de tanta presión y escaparse de la realidad, escucha heavy metal a todo volumen en las alturas. Pero esto no hace más que atraer a ciertas huestes de “desmembrados”, difuntos que en vida fueran cultores del género y que ahora, levantando los brazos, se acercan a la iglesia agradeciendo la bendición de las filosas guitarras.

Esto no es una “crónica paranormal” para la sección “Policiales” de este periódico. Se trata de un resumen de “Los resucitados”, un fabuloso cuento aparecido en el último ejemplar de la revista “News Magazine” que mezcla de manera magistral el terror fantástico con el humor negro y que salió de la pluma (o mejor dicho, del teclado de la notebook) de Javier Páez, cantante de la banda “Miedos”, escritor y profesor de Literatura en el Rivadavia.

Aprovecho la aparición de este cuento para charlar con su autor de varios temas que sé que lo apasionan: el género fantástico, la ambientación literaria de ese hálito anglosajón en estas pampas y el impacto de los cuentos de terror en la escuela.

 

Mirar debajo de la cama antes de acostarse

-¿Por qué ambientaste un cuento de zombies en la pampa gringa?

-Porque a mí parecer, esta región posee elementos riquísimos para desarrollar; como la geografía, el costumbrismo de los pueblos pequeños, la religiosidad y los personajes. Más de una vez pienso que si llevásemos un pueblo de acá al sur de los Estados Unidos o viceversa, quitando la cuestión idiomática, la historia se desarrollaría sin inconvenientes.

-¿Cómo nacieron “Los resucitados”?

-Es un cuento que hace algún tiempo tenía escrito y supongo que tiene que ver con mi pasión por los zombies que me viene desde chico. Cuando Marcelo Silvera me invitó a participar de “News Magazine”, eché mano a este relato que no forma parte de “Koalas Amateurs”, una novela corta que publicaré en breve en la editorial cordobesa Borde Perdido.

-Hay un “boom” del terror en Argentina ¿es un género poco cultivado aquí?

-Cuando se habla de literatura de terror rioplatense parece que todo comienza y termina en Horacio Quiroga. Sin embargo, el terror siempre ha estado presente en la literatura argentina. Acaso porque nuestra historia como pueblo ha estado cargada de terror. “El Matadero”, de Echeverría, sin necesidad de elementos sobrenaturales, tiene pasajes de terror. Y es el primer cuento argentino. En relatos clásicos de Borges, Cortázar o Lugones, el género también se expone.

-¿A qué se debe la permanente vigencia del género?

-A que el sentimiento del miedo es primitivo y a su alrededor se ponen en juego una serie de mecanismos con los que el lector es permeable y se identifica de inmediato. ¿Quién no ha tenido miedo a la oscuridad o a lo que podía haber debajo de la cama?

-¿Cuál es la relación de tus alumnos con los cuentos de miedo?

-Los chicos en el colegio siempre se enganchan con el terror, sin hacer diferencia de edad ni clase sociales. Y creo que es porque, justamente, se ponen en funcionamiento sus recuerdos y temores. Si bien en la escuela se trabajan distintos géneros, el terror es uno de los más solicitados.

-¿Solés trabajar producción de textos con los chicos?

-Sí. Y eso se debe a que, más allá de la consigna, se juegan elementos más profundos. Mediante la producción de textos uno conoce de otro modo al adolescente; es decir, más allá de su rol como alumno. En el Rivadavia, además, dicto un taller de lectura y escritura. Y las posibilidades que permite este espacio son únicas. Al manifestarse a través de sus producciones artísticas, los chicos no sólo te están contando un relato sino que te están mostrando parte de lo que son; un universo muy íntimo que pocas veces sale a la superficie.