Opina Germán Vicario
DT de Atlético Ticino
Se enfrentaron los dos favoritos del Grupo B. Cada uno con su estilo; España con el del buen juego, asociado, con controles, perfiles, toque corto y de todo el fútbol que le gusta a la mayoría, ante un Portugal que apuesta a la contra y que tiene a un “monstruo” como Cristiano Ronaldo.
Se vio lo que fue, hasta ahora, el mejor partido del Mundial, en el que hubo la categoría y la jerarquía que le faltó a los anteriores encuentros.
Fue España 3 – Ronaldo 3, no solamente porque a los tres goles portugueses los hizo el delantero del Real Madrid, sino porque a las jugadas de los goles las generó él mismo, inclusive en el penal (que no fue) y en la falta, que tampoco existió, del tiro libre en el que consiguió el empate final. Ronaldo busca las faltas porque sabe que es su fuerte y quedó demostrado, en cierta forma, que un jugador puede más que un equipo completo. Ronaldo lo hizo.
Igualmente, España se pude quedar bien tranquilo porque jugando así va a llegar a la final y es un gran candidato al título, mientras que Portugal solamente tiene que esperar la magia de Ronaldo, si no se va a quedar en el camino muy rápido.
Fue un lindo partido. La tenencia del balón fue total de España, se sobrepuso a dos resultados adversos y cuando parecía que lo tenía ganado Ronaldo terminó sellando el empate.
Más allá de la igualdad, España es mucho más y lo va a ser durante todo el torneo. Pensé que podía llegar a sufrir algo con respecto a la exclusión de su técnico, pero van a jugar igual que si tuvieran a Lopetegui en el banco.
Es sorprendente y gratificante ver un partido así y jugadores con tanta técnica y capacidad.
Seguramente España será, al menos, semifinalista del Mundial.